Table of Contents Table of Contents
Previous Page  132 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 132 / 2894 Next Page
Page Background

La propia pared torácica también ejerce a la respiración una

impedancia elástica que no se detecta durante la respiración espon-

tánea porque la pared torácica forma parte de la propia bomba. La

mecánica de la pared torácica se puede medir en voluntarios entre-

nados, aunque son necesarias complejas maniobras respiratorias

con relajación completa de los músculos respiratorio

s 11 .

Por otro

lado, durante la ventilación artificial con relajación muscular se

puede medir la distensibilidad de la pared torácica porque se

permite que los músculos respiratorios reposen, y la caja costal y

el diafragma ejercen impedancia elástica sólo cuando los pulmones

están insuflados y la pared torácica está expandida. El cambio del

volumen pulmonar dividido por el cambio de la presión pleural

dará entonces la distensibilidad de la pared torácica. Se puede ver

que la distensibilidad de la pared torácica es aproximadamente de

la misma magnitud que la distensibilidad de los pulmones, de unos

0,2 l/cmH

2

O. Puede disminuir en la obesidad y en enfermedades

asociadas a edema general, así como en trastornos que afectan a

las articulaciones, como la espondilitis anquilosant

e 11 .

Resistencia del aparato respiratorio

Es necesario ejercer presión para superar la resistencia al flujo de

gas a través de las vías aéreas durante la respiración. Además, el

deslizamiento de los diferentes componentes del tejido pulmonar

y de la pared torácica durante la inspiración y la espiración ejerce

resistenci

a 12

. Esta resistencia se calcula como la fuerza impulsora

dividida por el flujo de gas. El flujo se puede medir en la abertura

de la vía aérea, la boca o la nariz, y se supone que se aplica al cálculo

de los tres tipos de resistencia (en la vía aérea, el tejido pulmonar

y la pared torácica). La fuerza impulsora para vencer la resistencia

de la vía aérea es la presión en la boca (o la nariz) menos la presión

alveolar, mientras que las demás fuerzas impulsoras formarán parte

de los cambios de la presión transpulmonar y pleural.

El flujo de gas puede ser turbulento, con un patrón desorde-

nado que se manifiesta por vórtices, o laminar, con un patrón unidi-

reccional e hidrodinámico. El flujo turbulento es proporcional al

cuadrado de la presión, y el flujo laminar, que tiene menos requisitos

de presión, se relaciona linealmente con la presión. El flujo es turbu-

lento en las vías aéreas grandes y en las bifurcaciones e irregularidades

de los bronquios, y es laminar en las vías aéreas de menor calibre.Así,

la mayor parte de la energía, o presión, que se consume en la creación

deunflujodegas,segastaparasuperarlaresistenciadelasvíasaéreasde

mayor tamañ

o 12 .

Sólo aproximadamente el 20% de la resistencia de

la vía aérea medida, en una persona normal, está localizada en los

bronquios pequeños. Puede ser difícil detectar un aumento al doble

de la resistencia de las vías aéreas «periféricas» o «pequeñas» con

técnicas de registro estándar. La dificultad en la detección de cambios

de las vías aéreas pequeñas de unos 2mm de anchura o menos ha

llevado a que se acuñe la expresión «zona silente del pulmón».

La resistencia al flujo aéreo es normalmente de más o menos

1 cmH

2

O/l/s. En las neumopatías obstructivas aumenta hasta unos

5 cmH

2

O/l/s en el asma y la bronquitis leve a moderada, y hasta

más de 10 en los casos más grave

s 13 .

Se debe señalar que la respi-

ración a través de un tubo endotraqueal del tamaño 8 produce una

resistencia de 5 cmH

2

O/l/s a un flujo de 1 l/s, y que un tubo de

tamaño 7 aumenta la resistencia hasta 8 cmH

2

O/l/s (es decir, com-

parable al asma moderada

) 14 .

La resistencia al flujo aéreo puede ser mayor durante la espi-

ración que durante la inspiración, en particular durante la espiración

forzada y en pacientes con neumopatías obstructivas, porque el

esfuerzo de los músculos espiratorios actúa no sólo sobre los alveolos,

para vaciarlos, sino también sobre las vías aéreas, para hacer que

tengan menor calibr

e 12 .

Por otro lado, el esfuerzo inspiratorio ayuda

a dilatar las vías aéreas del interior del tórax mediante la reducción

de la presión pleural, que actúa en el exterior de la pared de la vía

aérea. Finalmente, las vías aéreas que no están en la cavidad torácica,

específicamente la faringe, la laringe y la tráquea, están sometidas a

menos presión dentro de su pared que fuera de la misma durante la

inspiración, porque están rodeadas por la presión atmosférica, mien-

tras que la presión luminal es menor que la atmosférica (de no ser

así,no se aspiraría aire hasta ese punto del árbol bronquial

) 12 .

También

se pueden utilizar estas consecuencias fisiológicas para diferenciar un

aumento de la resistencia extratorácica de un aumento de la resisten-

cia en otras vías aéreas. Si la resistencia está aumentada durante la

inspiración, probablemente esté producida por un estrechamiento de

las vías aéreas extratorácicas (p. ej., tracción de una cuerda vocal

paralítica hacia la luz). También se puede ver retracción de la vía aérea

superior, con el consiguiente aumento del trabajo respiratorio, en un

recién nacido con dificultad respiratoria (v. cap. 74).

Se ha estudiado menos la resistencia del tejido pulmonar y de

la pared torácica. La resistencia del tejido pulmonar supone aproxi-

madamente 1cmH

2

O/l/s en situación normal, y puede aumentar

hasta tres a cuatro veces en las neumopatías crónica

s 15

. Se ha estu-

diado todavía menos la resistencia de la pared torácica. Sin embargo,

parece como si la suma de la resistencia del tejido pulmonar y de la

pared torácica estuviera aumentada, y mucho, en la insuficiencia

respiratoria aguda que precisa ventilación mecánic

a 16

.

La resistencia respiratoria, en particular la resistencia de las

vías aéreas, depende del volumen pulmonar. En lo que se refiere a

las vías aéreas, se puede entender que durante la inspiración las vías

aéreas y los alveolos están expandidos, y la resistencia en las

vías aéreas disminuirá. Esto se puede ver en la

figura 5-5 .

La resis-

tencia en la vía aérea puede ser de aproximadamente 1 cmH

2

O/l/s

al nivel de la CRF y se reduce aún más, aunque en menor medida,

cuando se respira a mayores volúmenes pulmonares. Por el contra-

rio, la espiración hasta la CRF aumenta rápidamente la resistencia,

que puede ser de 5-8 cmH

2

O/l/s cuando se aproxima al VR. De

hecho, un gráfico de resistencia frente a volumen pulmonar como

el que se muestra en la

figura 5-5

tiende al infinito al final de una

espiración máxima. Es necesario tener esto en cuenta cuando se

obtengan mediciones de la resistencia de las vías aéreas a diferentes

volúmenes pulmonares. Un ejemplo es cuando se compara la resis-

tencia entre despierto y durante la anestesia. En esta última situa-

ción la CRF está disminuida, como se analizará más adelante.

132

Fisiología y anestesia

I

Figura 5-5

 Representación esquemática de la resistencia en relación con el

volumen pulmonar a diferentes tasas de flujo. Obsérvese que la resistencia

aumenta al disminuir el volumen pulmonar, y lo hace más por debajo de la

capacidad residual funcional (CRF) que a un volumen pulmonar mayor.

Obsérvese también que la resistencia aumenta al aumentar la tasa de flujo.

Nótese que a volúmenes pulmonares bajos la resistencia es tan elevada

como la que se puede ver en el asma moderada a grave (6-8cmH

2

O/l/s).

CPT, capacidad pulmonar total; VR, volumen residual.