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anestesia raquídea puede explicar el fracaso ocasional de esta

técnica y los raros casos de «anestesia raquídea total» después de

una anestesia epidural, aun cuando no haya signos de inyección

errante de anestésico local en el LCR.

La duramadre está rodeada por otro espacio usado amenudo

por los anestesiólogos, el espacio epidural. Dicho espacio se

extiende desde el agujero magno u occipital hasta el hiato sacro, y

rodea a la duramadre por delante, por los lados y, lo que es más

útil, por detrás. El espacio epidural se encuentra delimitado por

delante por los ligamentos longitudinales posteriores, a los lados

por los pedículos y los agujeros intervertebrales o de conjunción, y

por detrás por el ligamento amarillo. El contenido del espacio epi-

dural comprende raíces nerviosas que lo atraviesan desde los agu-

jeros intervertebrales hasta localizaciones periféricas, así como

grasa, tejido areolar, vasos linfáticos y vasos sanguíneos, entre los que

se encuentra el plexo venoso de Batson. A partir de su estudio de

cortes de cadáver con criomicrotomo,Hoga

n 27

sugiere que el espacio

epidural se halla más segmentado y es menos uniforme de lo que

en principio se creía por análisis anatómicos indirectos

( fig. 41-3 )

.

Esta falta de uniformidad también se extiende a las diferencias

relacionadas con la edad. Existen pruebas de que el tejido adiposo

en el interior del espacio epidural disminuye con la eda

d 28

. Otro

cambio anatómico del espacio epidural que se ha fomentado desde

hace tiempo es que el tamaño de los agujeros intervertebrales

decrece con la edad. Este descenso se ha asociado conceptualmente

a bloqueos más altos con dosis epidurales de anestésicos locales

similares. Saitoh y cols

. 29

demostraron que este concepto probable-

mente es erróneo, al no encontrar una correlación entre la fuga de

medios de contraste radiológico a través de los agujeros interverte-

brales y la edad. Cuando los datos de Igarashi y cols

. 28

y los de Saitoh

y cols

. 29

se consideran en conjunto, puede que la disminución del

tejido adiposo en el espacio epidural con la edad sea el principal

responsable de los cambios en los requisitos de dosis epidurales

relacionados con la edad. Bernard

s 24

respaldaba elocuentemente

una serie de ideas singulares acerca del espacio epidural.

Por detrás del espacio epidural se encuentra el ligamento

amarillo, que también se extiende desde el agujero magno u occi-

pital hasta el hiato sacro. Aunque clásicamente se ha descrito como

un único ligamento, se compone en realidad de dos ligamentos

amarillos, el derecho y el izquierdo, que se unen en la línea media

y forman un ángulo agudo con una abertura ventral

( fig. 41-4 ) 27,30

.

El ligamento amarillo no es uniforme desde el cráneo hasta el sacro,

ni siquiera en el interior de un espacio intervertebral. Su grosor, su

distancia hasta la duramadre y la distancia piel-duramadre varían

1380

Control de la anestesia

III

Figura 41-2

 Contenido del saco dural a la altura de L4. La cola de caballo

está dentro del saco dural, lleno de líquido cefalorraquídeo.

Figura 41-3

A,

Corte sagital que

demuestra que el contenido del espacio

epidural depende de la altura del corte.

B,

Representación tridimensional del

espacio epidural que muestra la

discontinuidad del contenido epidural, si

bien este espacio potencial puede

ampliarse mediante la inyección de líquido

en su interior.