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Bloqueo axilar

Aplicaciones clínicas

La vía de abordaje axilar al plexo braquial es la más popular,

debido a su facilidad, fiabilidad y segurida

d 29

. El bloqueo se

produce a la altura de las ramos nerviosos terminales. Con este

abordaje no siempre se consigue bloquear el nervio musculocu-

táneo, pero se puede complementar a la altura de la axila o en el

codo. Dicho bloqueo está indicado para intervenciones quirúrgi-

cas en el antebrazo y la mano. La cirugía del codo también se

puede realizar de forma satisfactoria con esta técnic

a 30

. Dicho

bloqueo es ideal para la cirugía ambulatoria, y puede practicarse

sin dificultades en la población pediátrica

31 .

No obstante, el

bloqueo axilar no es el más apropiado para intervenciones en

el brazo o el hombro, y para realizarlo, el paciente debe ser capaz

de abducir el brazo.

Técnica

Los aspectos anatómicos que deben tenerse en cuenta antes de

realizar un bloqueo axilar son los siguientes:

1. El paquete vasculonervioso se encuentra tabicado en varios

compartimentos

( fig. 42-6 ) 32 .

2. La arteria axilar es la referencia más relevante; los nervios

mantienen una orientación predecible respecto a la arteria.

3. El nervio mediano está por encima de la arteria, el cubital

por debajo y el radial por detrás, y en cierto sentido lateral

( fig. 42-7 )

.

4. A esta altura, el nervio musculocutáneo ya ha abandonado

la vaina, y se encuentra en la sustancia del músculo

coracobraquial.

5. El nervio intercostobraquial, un ramo del nervio intercostal

T2, suele bloquearse con una infiltración subcutánea por

encima de la arteria; sin embargo, se puede garantizar una

anestesia adecuada para soportar el torniquete si el habón

subcutáneo se amplía 1-2 cm en dirección caudal y cefálica.

El paciente debe estar en decúbito supino, con el brazo que

se va a bloquear colocado en ángulo recto con respecto al cuerpo,

y con el codo flexionado 90 grados. El dorso de la mano descansa

sobre la cama o sobre una almohada; no se recomienda exagerar

la abducción del brazo colocando la mano debajo de la cabeza del

enfermo, ya que esta posición oblitera a menudo el pulso.

Una vez palpada la arteria axilar, se traza una línea a lo largo

de su trayectoria desde la porción inferior de la axila hasta la zona

más proximal posible. A continuación, la arteria se fija al húmero

del paciente con los dedos índice y medio de la mano izquierda, y

sobre ella se realiza un habón cutáneo en un punto cercano al

pliegue cutáneo. La distribución proximal de la solución anestésica

se facilita al colocar la aguja lo más proximal posible manteniendo

una presión digital distal.

Método de localización con aguja

Se han descrito diversos métodos para identificar la vaina axilar, y

todos ellos con buenos resultados. En conjunto, no es necesario

obtener parestesias. Sin embargo, las inyecciones múltiples pueden

acortar la latencia y mejorar la fiabilidad del bloqueo.

1. Se pueden buscar parestesias con una aguja de 2 cm del

calibre 25, comenzando profundamente (es decir, nervio

radial) o por los nervios responsables de la zona que se va a

operar. Son raras las ocasiones en que se precisan agujas

mayores de 2 cm para alcanzar el paquete vasculonervioso;

el riesgo de neuropatías es menor con agujas y un bisel más

corto

s 33 .

En cada parestesia se inyectan 10ml de solución

anestésica.

2. Los nervios también se pueden localizar utilizando un neu-

roestimulador y una aguja aislada. Con esta técnica se

elimina la necesidad de buscar parestesias.

3. La aguja de bisel corto se va profundizando hasta atravesar

la vaina axilar, lo que se percibe por un chasquido aponeu-

rótico. Una vez comprobado que la aspiración es negativa, se

inyectan 40-50ml de solución anestésica.

4. En la técnica transarterial, en la que la aguja perfora la arteria

y se inyectan por detrás de ella 40-50ml de solución anesté-

sica, una alternativa consiste en inyectar la mitad de la dosis

por delante de la arteria y la otra mitad por detrás. Uno de

los riesgos principales que se deben evitar con esta técnica

es la inyección intravascular, sobre todo porque la presión

de inyección dentro de los compartimentos de la vaina axilar

puede desplazar determinadas estructuras anatómicas con

respecto a la aguja inmóvil. Algunos especialistas evitan la

punción voluntaria de la arteria porque piensan que es un

método cruento innecesario.

5. Una variante de la técnica de la vaina consiste en efectuar

un bloqueo de campo del plexo braquial con una infiltración

en abanico de 10-15ml de solución anestésica local a cada

lado de la arteria. Con esta técnica, aunque no se buscan

parestesias, se suelen encontrar, y corroboran la correcta

colocación de la aguja.

6. La guía ecográfica, visualizando la distribución del anesté-

sico local alrededor de los cuatro nervios (con y sin estimu-

lación motora) disminuye la latencia del bloqueo y puede

reducir el número de veces que es preciso redirigir la aguja.

Sin embargo, los índices de éxito y de complicaciones son

similares a los de otras vías de abordaj

e 34

.

Bloqueos nerviosos

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Sección III

Control de la anestesia

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Figura 42-6

 Tomografía computarizada después de un bloqueo axilar con

bupivacaína al 0,5% mezclada con yodotalamato. Se realizaron inyecciones

independientes de 10ml de la solución después de obtener parestesias en

los nervios mediano y radial mediante un abordaje transarterial. Parece que

el medio de contraste se mantiene en tres compartimentos independientes.