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Una vez completada la inyección, se recomendaba colocar el

brazo en aducción y pegado al costado del paciente. Esto evita que

la cabeza humeral obstruya el flujo proximal de la solución. Sin

embargo, en un estudio más reciente se mencionaba que el mante-

nimiento del brazo en abducción disminuye la latencia y prolonga

tanto el bloqueo sensitivo como el moto

r 35 .

Si no se consigue blo-

quear el nervio musculocutáneo por la vía de abordaje axilar, se

puede hacer en el interior del vientre muscular del músculo cora-

cobraquial o a la altura del codo, superficialmente en la cara externa

de la fosita antecubital, justo por encima de la línea intercondílea.

Índice de éxito con las técnicas de bloqueo axilar

El índice de éxitos del bloqueo axilar depende de cómo se defina

un bloqueo satisfactorio (es decir, anestesia quirúrgica frente a

bloqueo de los cuatro nervios terminales de la extremidad supe-

rior), de la técnica empleada para localizar el plexo y del número

de inyecciones. Los índices de éxito con las técnicas de inyección

única son variable

s 36,37 .

Thompson y Rorie

32

llegaron a la conclu-

sión de que la presencia de varios compartimentos limita la di­

fusión de la solución (y el éxito de las técnicas de inyección única).

Aunque Partridge y cols

. 38

confirmaron la presencia de dichos

compartimentos, llegaron a la conclusión de que los «tabiques»

que los separaban eran incompletos, basándose en inyecciones de

azul de metileno y soluciones de látex en cadáveres. La controver-

sia respecto a las técnicas de inyección única y múltiple sigue sin

resolverse.

La búsqueda de parestesias tiene la misma eficacia que la

estimulación nerviosa periférica (con una respuesta motora de

0,5-0,8mA). La mayoría de los estudios señala que las técnicas

transarteriales con inyección doble resultan equiparables a las téc-

nicas de parestesia o de electroestimulación únicas. En general, la

eficacia de las técnicas con parestesias o de neuroestimulación peri-

férica aumenta cuando se realizan inyecciones múltiples. Por el

contrario, la fiabilidad de los abordajes perivascular y de chasquido

aponeurótico es variabl

e 7 .

La familiaridad con una amplia gama de

técnicas de bloqueo axilar del plexo braquial le permite al aneste-

siólogo una mayor flexibilidad para adecuar el abordaje anestésico

a cada contexto clínico.

Efectos secundarios y complicaciones

Las lesiones nerviosas y la toxicidad sistémica son las complicacio-

nes más significativas que se asocian al abordaje axilar. La asevera-

ción de que las neuropatías son más frecuentes cuando se buscan

parestesias puede ser válida, pero no está respaldada por los datos

disponibles. Incluso cuando no se buscan parestesias, a menudo se

producen de manera involuntari

a 39

. La inyección de grandes volú-

menes de anestésico local, y en particular con el abordaje transar-

terial, aumenta el riesgo de inyección intravascular y de efectos

adversos sistémicos de los anestésicos locales. Los hematomas y las

infecciones representan complicaciones raras. El bloqueo nervioso

central y el neumotórax no son complicaciones de esta vía de abor-

daje, como ocurre en otras técnicas de abordaje al plexo braquial.

1412

Control de la anestesia

III

Figura 42-7

 Bloqueo axilar. El brazo está

abducido en ángulo recto con respecto al

cuerpo. Durante la colocación de la aguja

y la inyección del anestésico local se

mantiene una presión digital distal.