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anterior y medio, el plexo se sitúa por encima y por detrás de la

segunda y tercera porciones de la arteria subclavia. La cúpula

pleural se coloca por delante y medial al tronco inferior.

Esta técnica se puede llevar a cabo con el brazo del enfermo

en cualquier posición, y es sencilla, porque las referencias necesa-

rias se identifican bie

n 14

. El paciente debe colocarse en decúbito

supino, con la cabeza girada al lado opuesto que se va a bloquear.

El borde posterior del músculo esternocleidomastoideo se palpa

con facilidad si se solicita al paciente que levante un poco la cabeza.

El surco interescalénico se puede palpar deslizando los dedos en

dirección posteroexterna desde el borde posterior del músculo

esternocleidomastoideo sobre el vientre del escaleno anterior.

Desde el cartílago cricoides se traza una línea imaginaria que cruza

el surco interescalénico y que señala la altura a la que se encuentra

la apófisis transversa de C6. La vena yugular externa discurre a

menudo sobre este punto de intersección, pero no constituye una

referencia constante ni fiable.

En esta técnica se recomienda el uso de un neuroestimula-

dor o la búsqueda de parestesias para depositar del modo correcto

la solución anestésica. Una vez adoptadas las medidas de esterili-

dad habituales, y después de realizar un habón subcutáneo, se

introduce una aguja de 4 cm del calibre 22-25 perpendicular a la

piel, con un ángulo de 45 grados en dirección caudal y algo poste-

rior

( fig. 42-3 )

. A continuación se profundiza con la aguja hasta

encontrar una parestesia (en general de los dermatomas C5 y C6)

o una respuesta del neuroestimulador. Esto suele suceder a poca

profundidad. La parestesia o la respuesta motora del brazo o del

hombro tienen la misma eficaci

a 15 .

Si se utiliza una aguja biselada

de punta roma, se puede percibir un «chasquido» cuando la aguja

atraviesa la aponeurosis prevertebral. Si la aguja choca con hueso

a unos 2 cm de profundidad, lo más probable es que sea la apófisis

transversa, por lo que habrá que «resbalar» la aguja a través de esta

estructura a fin de localizar el nervio. Del mismo modo, la contrac-

ción del diafragma indica que se está estimulando al nervio frénico

y que la aguja se halla demasiado anterior; para localizar el plexo,

la aguja habrá de redirigirse en dirección posterior.

La aguja se estabiliza una vez obtenida la parestesia o la res-

puesta motora adecuada. Las alargaderas flexibles facilitan el man-

tenimiento de la aguja en su posición mientras se aspira y se inyecta.

Una vez comprobada la aspiración negativa, se inyectan 10-40ml

de solución anestésica de forma fraccionada, según la extensión del

bloqueo que se desee. Los estudios radiológicos sugieren la existen-

cia de una relación entre volumen y anestesia, de manera que 40ml

de solución se asocian a un bloqueo cervical y del plexo braquial

completo

s 14 .

Los estudios clínicos señalan, no obstante, bloqueos

variables del tronco inferior (es decir, del nervio cubital) incluso con

volúmenes de solución anestésica grande

s 13 .

La distribución caudal

y el bloqueo del tronco inferior se pueden favorecer con una presión

digital por encima del punto de punción y un masaje en sentido

descendente, manteniendo la cabeza elevada unos 45 grados.

Efectos secundarios y complicaciones

El bloqueo del nervio frénico homolateral, que ocasiona parálisis

diafragmática, aparece en el 100% de los enfermos a los que se prac-

tica un bloqueo interescalénic

o 16 ,

incluso con soluciones diluidas de

anestésicos locales, y se asocia a una reducción del 25% de la función

pulmona

r 17,18 .

Este efecto probablemente se debe a la distribución

anterior de la solución sobre el músculo escaleno anterior y puede

ocasionar síntomas subjetivos de disnea. En pacientes con neumo-

patías graves puede aparecer un compromiso respiratorio, si bien es

infrecuente. La afectación de los nervios vago, laríngeo recurrente y

simpáticos cervicales rara vez resulta significativa, aunque habrá que

tranquilizar al paciente que experimente síntomas relacionados con

estos efectos secundarios. El riesgo de neumotórax es bajo cuando

la aguja se coloca de la manera adecuada a la altura de C5 o C6,

debido a la distancia que la separa de la cúpula pleural.

Se han descrito casos de hipotensión y bradicardia (reflejo de

Bezold-Jarisch) en pacientes despiertos en posición de sedestación

sometidos a intervenciones en el hombro bajo bloqueo interescalé-

nico. Parece que la causa se debe a la estimulación de los mecano-

rreceptores intracardíacos por una disminución del retorno venoso,

lo que provoca una privación brusca del tono simpático y una poten-

ciación de las aferencias parasimpáticas. Como consecuencia se pro-

ducen bradicardia, hipotensión y síncope. Su incidencia disminuye

cuando se administran

b

-bloqueantes de forma profiláctic

a 19

.

Las neuropatías o neuritis son posibles en cualquier bloqueo

nervioso periférico,pero son infrecuentes y suelen remitir demanera

espontánea. Algunos abordajes quirúrgicos del hombro, como la

artroplastia total del mismo, se asocian a riesgos neurológicos del

plexo braquia

l 20,21

. En dichos casos se puede realizar un bloqueo

1408

Control de la anestesia

III

Figura 42-3

 Bloqueo interescalénico. Los

dedos palpan el surco interescalénico y la aguja

se inserta con un ángulo caudal y ligeramente

posterior.