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interescalénico postoperatorio para aliviar el dolor una vez que los

servicios quirúrgicos han verificado y documentado que no se ha

producido ningún daño neurológico. Con este bloqueo se han des-

crito casos de inyecciones epidurales e intratecales, lo que resalta aún

más la importancia de insertar la aguja en dirección cauda

l 22 .

La

proximidad de estructuras neurovasculares fundamentales puede

aumentar el riesgo de complicaciones neurológicas graves cuando

este tipo de bloqueo se realiza en pacientes anestesiados o con seda-

ción profund

a 23 .

Una aguja colocada del modo correcto está muy próxima a

diversas estructuras vasculares. La toxicidad de los anestésicos

locales secundaria a inyección intravascular se previene aspirando

con cuidado y administrando la dosis de forma fraccionada. La

actividad epiléptica derivada de dicha complicación es indeseable,

en especial tras una cirugía del manguito de los rotadores, ya que

la reparación efectuada puede verse comprometida por la actividad

muscular asociada.

Bloqueo supraclavicular

Aplicaciones clínicas

El bloqueo supraclavicular está indicado en intervenciones quirúr-

gicas sobre el codo, el antebrazo y la mano, y tiene lugar a la altura

de la división proximal del tronco distal. En dicho punto, el plexo

braquial está más agrupado, y basta un volumen de solución

pequeño para producir un bloqueo fiable y de comienzo rápido.

Una ventaja adicional es que el procedimiento se puede realizar

con el brazo del paciente en cualquier posición.

Para que el bloqueo supraclavicular sea fiable, hay que

obtener una respuesta motora o una parestesia. En cierto modo,

resulta difícil describir y enseñar la técnica del bloqueo clásico. Una

modificación propuesta de la técnica, el denominado abordaje «en

plomada», puede disminuir las complicaciones y simplificar la idea

que se tiene de este abordaje del plexo braquia

l 24 .

Técnica

Para realizar la vía de abordaje supraclavicular existen varios

puntos anatómicos destacables. Los tres troncos se encuentran

agrupados verticalmente por encima de la primera costilla, guar-

dando una relación cefálica y posterior respecto a la arteria sub-

clavia, la cual se puede palpar a menudo en un paciente relajado y

delgado. El paquete vasculonervioso discurre aproximadamente

por debajo del tercio medio de la clavícula. La primera costilla

actúa como barrera medial para que la aguja no alcance la bóveda

pleural, y es corta, ancha y plana, con una orientación anteropos-

terior a la altura del plexo.

El enfermo se coloca en decúbito supino, con la cabeza

girada hacia el lado contrario que va a bloquearse. El brazo que se

pretende anestesiar debe estar abducido, con la mano extendida en

el costado, hacia la rodilla homolateral y lo más alejada posible. En

la técnica clásica, primero se identifica y se marca el punto medio

de la clavícula. El borde posterior del músculo esternocleidomas-

toideo se puede palpar bien cuando el paciente levanta un poco la

cabeza. Los dedos que realizan la palpación pueden rodar entonces

sobre el vientre del escaleno anterior hacia el surco interescalénico,

donde se realiza una marca que debe situarse 1,5-2 cm por detrás

del punto medio de la clavícula. La palpación de la arteria subclavia

en dicho punto confirma la referencia.

Después de preparar la piel del modo conveniente, se realiza

un habón subcutáneo, con el anestesiólogo situado en el costado

del enfermo, mirando de frente a su cabeza. Se introduce una

aguja de 4 cm del calibre 22 en una dirección caudal, algo medial

y posterior, hasta que se obtienen una parestesia o una respuesta

motora, o hasta que se choca contra la primera costilla. Si la aguja

se halla acoplada a una jeringa, esta orientación hace que el eje de

la aguja y la jeringa descansen casi paralelos a una línea imagina-

ria desde la entrada cutánea a la oreja del paciente. Si se choca

contra la primera costilla sin obtener una parestesia, la aguja

puede resbalarse de forma sistemática en dirección anterior y

posterior a lo largo de la costilla, hasta localizar el plexo o la arteria

subclavia

( fig. 42-4 )

. La localización de la arteria proporciona una

Bloqueos nerviosos

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42

Sección III

Control de la anestesia

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Figura 42-4

A,

Bloqueo supraclavicular. La aguja se va

apoyando de forma sistemática por delante y por detrás

de la primera costilla hasta localizar el plexo.

B,

Los tres

troncos están agrupados de forma compacta a la altura

de la primera costilla.