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El bloqueo de los ramos subcutáneos se consigue inyectando 1-2ml

adicionales a medida que se va retirando la aguja.

Catéter interpleural

La técnica para colocar el catéter interpleural es bastante sencilla y

puede realizarse con el paciente en decúbito lateral (y ligeramente

oblicuo) o en sedestación. En primer lugar se identifica el sexto o

el séptimo espacio intercostal. La aguja se introduce unos 10 cm

por fuera de la línea media posterior, profundizando la punta de

una aguja epidural hasta que se apoye sobre el borde cefálico de la

costilla, por debajo del espacio intercostal al que se va a acceder. Se

rellena una jeringa de cristal con suero salino o aire y se acopla a

la aguja, y todo el conjunto se avanza lentamente sobre el borde

superior de la costilla. Cuando la punta de la aguja atraviesa la

pleura parietal, la solución de la jeringa es aspirada hacia la cavidad

torácica debido al efecto de la presión intratorácica negativa. Este

efecto puede observarse en pacientes con ventilación espontánea o

mecánica, si bien es más acentuado en los primeros.

A continuación se introduce el catéter 5-8 cm en el interior

del espacio interpleural, fijándolo sobre la pared torácica. Durante

la introducción de la aguja y la colocación del catéter debe mini-

mizarse la entrada de aire a través de la aguja. El parénquima

pulmonar puede dañarse con las técnicas de pérdida de resistencia

o al introducir una longitud excesiva del catéter.

Efectos secundarios y complicaciones

La complicación más temida del bloqueo intercostal es el neumotó-

rax.No obstante, la incidencia real detectada en una serie de bloqueos

realizados por anestesiólogos con cualquier nivel de experiencia era

solamente del 0,07%. Las radiografías de tórax postoperatorias de

rutina demostraban una incidencia de neumotórax asintomático del

0,42

% 87

. En caso de que se produzca esta complicación inusual, el

tratamiento suele limitarse a observación, administración de oxígeno

o aspiración con aguja. En contadas ocasiones es necesario colocar

un tubo de tórax cuando estas medidas no son satisfactorias.

Los bloqueos intercostales múltiples pueden asociarse a

riesgo de toxicidad sistémica por los anestésicos locales debido al

gran volumen inyectado y a la rápida absorción de las soluciones.

Se ha demostrado que la utilización de epinefrina disminuye las

concentraciones sanguíneas. Los pacientes deben estar monitori-

zados durante la realización del bloqueo y, al menos, durante los

20-30 minutos posteriores. Este tipo de bloqueo no debería prac-

ticarse en pacientes con fibrosis o inflamación pleural, derrame

pleural, afectaciones del parénquima pulmonar asociadas a enfer-

medades pleurales o en situaciones de diátesis hemorrágica. Las

afecciones pleurales pueden condicionar una distribución defec-

tuosa de las soluciones anestésicas y una absorción rápida en caso

de inflamación. Los pacientes con neumopatías graves cuya respi-

ración se base principalmente en la musculatura intercostal pueden

manifestar una descompensación respiratoria después de bloqueos

intercostales bilaterale

s 88 .

Bloqueo del plexo celíaco

Aplicaciones clínicas

El bloqueo del plexo celíaco puede combinarse con un bloqueo

intercostal para proporcionar anestesia para procedimientos qui-

rúrgicos intraabdominales. Este bloqueo puede suprimir al sistema

nervioso autónomo y ayudar a reducir la respuestas endocrinas

y de estrés a la cirugía.

Anatomía y técnica

El plexo celíaco contiene fibras viscerales aferentes y eferentes que

proceden de T5-T12 a través de los nervios esplácnicos mayor,

menor e inferior. El plexo carece de fibras somáticas y está com-

puesto por una serie de ganglios y fibras nerviosas. Inerva a la

mayoría de las vísceras abdominales. Es importante conocer las

estructuras que lo rodean para una correcta colocación de la aguja.

El plexo descansa en íntima proximidad con la vértebra L1. La vena

cava discurre por delante y hacia la derecha, mientras que hacia la

izquierda y por delante queda la aorta. Los riñones se sitúan

a ambos lados, con el páncreas por delante. El número de ganglios

varía entre 1 y 5, y cada uno tiene un diámetro de 0,5-4,5 cm. Los

ganglios del lado izquierdo suelen estar más bajos que los del lado

derecho.

Las referencias óseas superficiales pueden servir de guía

fiable para la colocación de la aguja. Con el paciente en decúbito

prono y con una almohada bajo el abdomen se trazan líneas que

conecten la apófisis de T12 con puntos situados a ambos lados

a 7-8 cm de distancia en los bordes inferiores de la 12.ª costilla.

Estas líneas forman un triángulo isósceles aplanado en el que

los lados actúan de guías para colocar las agujas (

fig. 42-33B )

.

A través de un habón cutáneo se introduce una aguja de 10-15 cm

del calibre 20 en el lado izquierdo con un ángulo de 45 grados

hacia el cuerpo vertebral de T12 o de L1. La aguja debería con-

tactar con hueso a una distancia de 7-9 cm. A continuación se

retira la aguja, reintroduciéndola para que resbale por el cuerpo

vertebral en dirección anterior y lateral. Después se profundiza

la aguja 1,5-2 cm; las pulsaciones aórticas pueden percibirse

en la aguja si está colocada correctamente (v.

fig. 42-33

). Una

vez asegurada esta profundidad, se inserta la aguja del lado

derecho de la misma forma hasta una profundidad 1,0-1,5 cm

mayor (v.

fig. 42-33A

). Cuando las agujas están en posición se

comprueba que no salga sangre, orina o líquido cefalorraquídeo.

En primer lugar se inyecta una dosis de prueba de 3-5ml por

cada aguja antes de administrar una dosis de 20-25 ml por cada

una de ellas.

Efectos secundarios y complicaciones

Los efectos secundarios asociados al bloqueo del plexo celíaco son

hipotensión; inyección subaracnoidea, epidural o intravascular;

neumotórax; punción visceral de riñón, uréter o intestino, y hema-

tomas retroperitoneales.

Bloqueo paravertebral

Aplicaciones clínicas

Este bloqueo puede usarse para proporcionar anestesia, analgesia,

o ambas en pacientes que vayan a someterse a procedimientos

quirúrgicos torácicos, abdominales o en la pelvis, así como para

cirugía de la mama. Se han descrito tanto bloqueos bilaterales

como continuo

s 89,90

. Los bloqueos paravertebrales torácicos pro-

porcionan una analgesia comparable a la aportada por las técnicas

epidurales en pacientes que van a someterse a una toracotomía,

pero con un número menor de efectos secundario

s 91 .

El bloqueo

paravertebral puede ser de gran utilidad para el diagnóstico y el

tratamiento de ciertos procesos dolorosos crónicos, como el dolor

posterior a la toracotomía o la mastectomía.

Técnica

Bloqueo paravertebral torácico

El bloqueo paravertebral torácico se realiza en el punto en el que

emergen los nervios raquídeos por los agujeros vertebrales. Con

ello se consigue un bloqueo simpático y somático de varios derma-

tomas torácicos contiguos por encima y por debajo del punto de

inyección.

El bloqueo paravertebral torácico puede efectuarse con el

paciente en sedestación, decúbito lateral o decúbito prono; la

Bloqueos nerviosos

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Sección III

Control de la anestesia

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