Bloqueo translaríngeo
El bloqueo translaríngeo es fácil de realizar y consigue anestesiar
la tráquea por debajo de las cuerdas vocales. No obstante, la inyec-
ción de anestésico local estimula el reflejo tusígeno; de ahí que deba
evitarse en pacientes en los que la tos sea indeseable.
Con el enfermo colocado en decúbito supino, se localiza la
membrana cricotiroidea y se introduce un catéter de plástico de
3-5 cm de largo del calibre 20 o menor montado sobre la aguja en
la línea media
( fig. 42-30 ). La cánula de acero interna del catéter se
retira mientras el catéter de plástico se sujeta con firmeza en su
sitio; la aspiración de aire confirma la colocación correcta del
catéter. Acto seguido se inyectan con rapidez 3-5ml de lidocaína al
4%, lo que en general desencadena un acceso de tos enérgico que
ayuda a distribuir el anestésico en el interior de la tráquea.
Vía de abordaje intraoral para el bloqueo
del nervio glosofaríngeo
El nervio glosofaríngeo (es decir, IX par craneal) proporciona la
inervación sensitiva del tercio posterior de la lengua, la faringe y
la superficie superior de la epiglotis. Para acceder a él puede reali-
zarse un abordaje intraoral, inyectando 5ml de la solución anesté-
sica en la base de cada uno de los pilares amigdalinos posteriores.
Para ello se utiliza una aguja de 9 cm del calibre 22, la cual puede
conseguirse doblando el centímetro más distal de una aguja de
anestesia intradural retirando el mandril. La visualización del pilar
posterior se facilita utilizando una pala de laringoscopio de MacIn-
tosh del n.° 3 después de haber anestesiado la lengua por vía tópica.
Dada la proximidad de la carótida, es obligatorio aspirar cuidado-
samente antes de cada inyección.
Efectos secundarios y complicaciones
La mucosa de las vías respiratorias superiores está sumamente vascu-
larizada, con lo que la absorción de los anestésicos locales inyectados
o aplicados por vía tópica en esta zona es muy rápida. El riesgo de
toxicidad por los anestésicos locales se reduce notablemente prestando
atención a la dosis total administrada, vigilando de cerca al paciente y
aspirando siempre antes de la inyección. Otros problemas y complica-
ciones son raros; no obstante, como estos bloqueos pueden abolir los
reflejos de las vías respiratorias, habrá que adoptar las mismas medidas
de precaución que si se tratase de un paciente con el estómago lleno.
Bloqueos retrobulbar y peribulbar
Aplicaciones clínicas
Los bloqueos retrobulbares y peribulbares y los bloqueos sub-
Tenon (v. cap. 65) proporcionan anestesia para la córnea, la cámara
anterior y el cristalino cuando se combinan con un bloqueo del
músculo orbicular del ojo. Este tipo de bloqueos los suele realizar
el oftalmólogo más que el anestesista, y han ido ganando en popu-
laridad para llevar a cabo la cirugía de la catarata en las personas
de edad avanzada (v. también caps. 61 y 68). Los bloqueos retro-
1432
Control de la anestesia
III
Figura 42-29
Colocación de la aguja para un
bloqueo nervioso translaríngeo.
Figura 42-30
A,
Referencias anatómicas y método de punción para bloquear
el nervio laríngeo superior.
B,
La aguja se desliza por el cuerno mayor del
hueso hioides hacia abajo.