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La diabetes insípida es un trastorno producido por el déficit

de ADH (vasopresina), o bien por la incapacidad del riñón de

generar un intersticio medular hipertónico, y que se caracteriza por

la producción de grandes cantidades de orina muy diluida. La

deficiencia de vasopresina se denomina diabetes insípida central y

se trata de un trastorno endocrino que puede verse tras cirugía

hipofisaria, en las fracturas de base de cráneo y en los traumatismos

craneales graves. Por el contrario, la diabetes insípida nefrogénica

se debe a una pérdida de la capacidad para concentrar la orina al

no generar el riñón ese ambiente hipertónico en el intersticio

medular. Este tipo de diabetes insípida se caracteriza por la insen-

sibilidad del túbulo renal a la vasopresina y puede producirse ante

cualquier enfermedad sistémica o renal que dañe la función tubular.

En ambos tipos de diabetes, el paciente pierde grandes cantidades

de agua corporal en un corto espacio de tiempo y puede llevarle a

una situación de hipovolemia grave si no tiene un acceso adecuado

a agua o líquidos.

Aproximadamente el 50% de los casos de diabetes insípida

central se denominan idiopáticos, y en ellos parece existir un meca-

nismo autoinmunitario que altera la respuesta hipotalámica ante

los estados de hipertonicidad del plasma. Sin embargo los casos de

diabetes nefrogénica tienen niveles de vasopresina elevados en

plasma que se segregan como respuesta a la hiperosmolaridad plas-

mática. Las causas que llevan a disminuir la sensibilidad de la célula

tubular renal a la vasopresina pueden ser desde problemas del

sistema colector como una obstrucción ureteral o una enfermedad

quística medular, hasta los efectos adversos de determinados fár-

macos

( tabla 44-6 )

.

En cualquier paciente con una diuresis de más de 100ml/h

que desarrolle hipernatremia se debe descartar una diabetes insí-

pida midiendo la osmolaridad de la orina y el plasma. Si la de la

orina es menor de 300mOsm/l y el sodio en suero es mayor de

150mEq/l, el diagnóstico es muy probable. Su tratamiento pasa por

la sustitución de la vasopresina, con análogos como la 1-desa-

mino-8-d-arginina vasopresina (DDAVP), en los casos de deficien-

cia, y por tratar de corregir el problema basal causante del trastorno

en el tipo nefrogénico.

Cuando el mecanismo de la sed está intacto, un pequeño

aumento en la concentración de sodio en suero (p. ej., de 3 o

4mOsm/l) por encima de lo normal, provoca una intensa sensación

de sed. Si esto no ocurre y el paciente se encuentra en un nivel

normal de alerta, significa que hay un defecto en el osmorreceptor

o en el centro cortical de la sed. Los principales signos clínicos de

la hipernatremia son la somnolencia y las alteraciones mentales,

que pueden evolucionar a coma o crisis comiciales. Otros síntomas

y signos incluyen la sed, el estado de shock, edema periférico, mio-

clonía, ascitis, temblor o rigidez muscular, reflejos exaltados,

derrame pleural y aumento del volumen de líquido intravascular.

Una hipernatremia aguda y pronunciada puede provocar una

hemorragia intracraneal por desgarramiento de vasos meníngeos

al producirse una pérdida de volumen cerebral por la pérdida de

agua intracelular, que pasa bruscamente al espacio intravascular

por efecto osmótico. Sin embargo una hipernatremia de instaura-

ción más lenta es bien tolerada ya que el cerebro tiene la capacidad

de regular su volumen. El tratamiento pasa por la recuperación del

volumen y osmolaridad normales eliminando el exceso de sodio

con diuréticos y administrando soluciones salinas hipotónicas. La

velocidad en la corrección debe depender de la velocidad en la

instauración de la hipernatremia y de los síntomas presentes; así

en una situación crónica que es bien tolerada, una corrección

rápida no ofrece ninguna ventaja y puede ser muy perniciosa e

incluso letal si produce edema cerebra

l 25,26

. El ritmo adecuado sería

de unos 0,7mmol/l o un máximo del 10% de la concentración

sérica de sodio a la hora. La hipernatremia aumenta la concentra­

ción alveolar mínima de los agentes anestésicos inhalatorios, posi-

blemente porque aumenta la conductibilidad de sodio durante la

despolarización de la membrana

( tabla 44-7 )

.

Fisiología del potasio

El potasio es el ión positivo más abundante del líquido intracelular;

cerca del 98% del potasio corporal total es intracelular. En su equi­

librio influyen en la fase más inmediata o aguda (del orden de

minutos) la insulina, el pH, los agonistas

b

-adrenérgicos y la con-

centración de bicarbonato, pero a largo plazo depende del riñón y

la aldosterona. Las concentraciones de potasio medidas en mues-

tras sanguíneas procesadas con heparina son unos 0,4 a 0,5mEq/l

más bajas que las que se determinan en muestras coaguladas; esto

tiene diversas causas, incluyendo la salida de potasio desde los

eritrocitos durante el proceso de coagulación.

Al aumentar la ingesta de potasio se incrementa su elimina-

ción renal por distintos mecanismos celulares: la zona glomerular

de la glándula suprarrenal segrega aldosterona ante el aumento de

la concentración de potasio extracelular, la cual actúa sobre los

túbulos colectores de la corteza renal aumentando la secreción de

potasio al líquido intratubular y su eliminación.

Muchos de los problemas que se pueden ver en los trastor-

nos del potasio son consecuencia de su importante papel en el

mantenimiento del potencial de membrana celular. Es el principal

catión intracelular, el 98% del potasio corporal total está en el agua

del interior celular. En situación de reposo, la membrana celular es

más permeable al potasio que al sodio, lo que determina un poten-

cial transmembrana similar al gradiente de potasio transmembrana

(–90 mV). Los cambios en la concentración extracelular del potasio

alteran este potencial de reposo y pueden derivar en un exceso o

Fisiología hidroelectrolítica intravascular

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Sección III

Control de la anestesia

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Tabla 44-6

 Fármacos que producen diabetes insípida nefrógena

Litio

Foscarnet

Glibenclamida

Demeclociclina

Metoxiflurano

Anfotericina B

Tabla 44-7

 Principales causas de hipernatremia

Mecanismo

Síndromes clínicos

Alteración del mecanismo

de la sed

Coma, hipernatremia esencial

Diuresis osmótica

Cetoacidosis diabética, coma hiperglucémico

no cetósico, administración de manitol

Exceso de pérdidas de agua

 Renales

Diabetes insípida hipofisaria, diabetes

insípida nefrógena

 Extrarrenales

Sudoración

 Combinadas

Coma asociado a alimentación nasogástrica

hipertónica

Nota

: la hiperglucemia y la administración de manitol también pueden provocar

hiponatremia. La sudoración también puede derivar en hiponatremia.

Adaptada de Andreoli TE: Disorders of fluid volume, electrolyte, and acid-base

balance.

En

Wyngaarden JB, Smith LH Jr (eds):

Cecil Textbook of Medicine,

17th ed.

Philadelphia, WB Saunders, 1985, p 528.