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(H

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PO

4

). A pH fisiológico, el 80% del fosfato inorgánico es

bivalente y se mantiene en niveles de entre 3 y 4,5mg/100ml en

adultos y entre 4 y 5mg/100ml en niños. A nivel renal, la

hormona paratiroidea inhibe la reabsorción del fosfato inorgá-

nico en el túbulo proximal, aumentando su eliminación. En ani­

males sometidos a tiroparatiroidectomía, esta reabsorción

aumenta provocando en último término un ascenso en los

niveles plasmáticos de fosfato inorgánico. En los pacientes con

hiperparatiroidismo primario, los niveles de hormona paratiroi-

dea están elevados y los de fosfato en plasma descendidos, pero

la eliminación urinaria de fosfato inorgánico en el estado de

equilibrio no aumenta demasiado porque depende en último

término y principalmente del grado de absorción intestinal. Una

restricción en la ingesta lleva a una reabsorción de aproximada-

mente un 100% del fosfato inorgánico filtrado con reducción del

fosfato urinario a cero

42 .

Hiperfosfatemia

En situaciones de daño tisular o muerte celular pueden ocurrir

hiperfosfatemias graves. También pueden verse hiperfosfatemias

de moderadas a graves en casos de insuficiencia renal con reduc-

ción en la capacidad de eliminación de fósforo, especialmente

cuando el filtrado glomerular cae por debajo de 25ml/min. Otras

causas de hiperfosfatemia incluyen la iatrogenia, hipotermia, insu-

ficiencia hepática grave y ciertas enfermedades hematológicas

malignas con un alto recambio celular, bien por la propia enferme-

dad o por la destrucción que provoca la quimioterapia.

El hipoparatiroidismo puede también provocar esta situa-

ción aunque exista una función renal normal. Un rápido aumento

en los niveles de fosfato puede provocar una hipocalcemia grave

acompañante al disminuirse la producción de calcitriol, reducién-

dose así de forma notable la absorción intestinal de calcio. En esta

situación, también se puede desencadenar una franca precipita-

ción del calcio y el fosfato, lo que reduciría todavía más los niveles

séricos de ambos. Cuando el producto de calcio y fósforo es

mayor de 70mg

2

/dl

2

, aumenta el riesgo de calcificaciones anóma-

las. Un nivel elevado del producto calcio × fósforo indica una mala

regulación de éste último y, a menudo, se asocia con calcificacio-

nes tisulares metastásicas. El tratamiento consiste en la adminis-

tración de antiácidos que se unan al fosfato como los de aluminio

y el sucralfato, citrato de calcio o carbonato de calcio, e incluso

hemodiálisis, especialmente en pacientes con insuficiencia renal

( tabla 44-14 )

.

Hipofosfatemia

El nivel normal de fósforo es de 2,4 a 4,1mg/dl. La hipofosfatemia

puede deberse a múltiples causas y se considera grave cuando sus

niveles caen por debajo de 1,0mg/dl, como puede ocurrir en situa-

ciones de alcalosis respiratoria prolongada o en una rápida capta-

ción celular. Los casos graves con déficit de fósforo corporal total

suelen traducir un déficit de ingesta, el consumo de antiácidos

quelantes de fosfato o ambos problemas.

Además la hipofosfatemia ocurre en casos de alcoholismo

(50% de pacientes alcohólicos hospitalizados), en el síndrome de

realimentación (generalmente en la Unidad de Cuidados Inten-

sivos), malnutrición, sepsis, trauma, tratamiento diurético o este­

roideo, cetoacidosis, diuresis osmótica, acidosis y estados

catabólicos, además de situaciones de baja ingesta o absorción

junto a pérdidas urinarias aumentadas. El ayuno de más de

48 horas y el mal estado nutricional predisponen a la hipofosfa­

temia. En individuos con alcoholismo crónico las pérdidas

renales de fosfato están aumentadas, lo que determina un bajo

contenido de fosfato en el músculo esquelético. El síndrome

hipofosfatémico incluye una retención de fosfato, rabdomiolisis,

cardiomiopatía, insuficiencia respiratoria por una marcada debi-

lidad muscular, disfunción de eritrocitos y leucocitos, desmi­

neralización ósea, acidosis metabólica y disfunción del sistema

nervioso

( tabla 44-15 )

.

La causa de la hipofosfatemia debe identificarse midiendo

los gases arteriales, las concentraciones de calcio ionizado, mag-

nesio y potasio, y los niveles séricos y urinarios de fósforo, antes

de instaurar el tratamiento. Existen preparados de sales de fosfato

como el fosfato sódico y potásico, disponibles para su adminis-

tración oral o intravenosa. La cantidad a administrar se obtiene

al multiplicar el volumen de distribución (400ml/kg) por la

cuantía del cambio en el nivel de fosfato inorgánico que se desee,

y su ritmo de reposición no debe superar los 0,25mmol/kg a lo

largo de 4 a 6 horas para evitar una hipocalcemia y daño tisular.

Los suplementos orales se suelen limitar a unos 30mmol/día

(1 g/día) para prevenir la aparición de diarreas. Se debe evitar el

paso a una hiperfosfatemia ya que ésta puede provocar hipocal-

cemia y depósitos de cristales en ojos, corazón, pulmones, vasos

sanguíneos y riñones. Sin embargo la mayoría de pacientes con

hipofosfatemia, como aquellos en cetoacidosis diabética o tras un

ejercicio físico intenso, no tienen un déficit severo a menos que

hayan estado enfermos por un largo período de tiempo; por ello

para su tratamiento basta con beber un vaso de leche que les

aporta unos 100mg/dl o 33mmol/l de fósforo. Tras alcanzarse

unos niveles normales en suero, se deben monitorizar las con­

centraciones de fosfato inorgánico y calcio ionizado en suero y

en orina de 24 horas, para comprobar que se ha restaurado el

equilibrio.

Después de la cirugía es frecuente encontrar una hipofosfa­

temia significativa que puede contribuir a un fallo respiratorio o

cardíaco. En un estudio de cirugía cardiaca electiva, el 34,3% de los

pacientes tenían hipofosfatemia significativa. Estos pacientes se

caracterizaron por presentar una ventilación prolongada, mayores

Fisiología hidroelectrolítica intravascular

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44

Sección III

Control de la anestesia

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Tabla 44-14

 Principales causas de hiperfosfatemia

Mecanismos Síndromes clínicos

Unión a

proteínas del

plasma

Incluye las discrasias de células plasmáticas

Descenso de la

eliminación

renal

Insuficiencia renal; hipoparatiroidismo,

seudohipoparatiroidismo de tipos I y II; calcinosis

tumoral; seudoxantoma elástico; hipofosfatasia

infantil; hiperostosis; hipertiroidismo; insuficiencia

suprarrenal; tratamiento con bisfosfonatos

Aumento de la

absorción

intestinal

Laxantes con fósforo; tratamiento con compuestos de

vitamina D; enfermedades granulomatosas que

producen vitamina D, como sarcoidosis o tuberculosis

Redistribución

interna

Acidosis respiratoria o metabólica aguda; niveles bajos

de insulina; tratamiento con clonidina

Liberación

celular

Rabdomiólisis; infarto tisular; síndrome de lisis tumoral,

como en los linfomas de Burkitt o linfoblásticos, o en

el carcinoma microcítico diseminado

Administración

parenteral

Administración intravenosa de sales de fosfato; infusión

de lípidos (fosfolípidos)

Adaptada de Potts JT: Diseases of the parathyroid gland and other hyper- and

hypocalcemic disorders.

En

Isselbacher KJ, Braunwald E, Wilson JD, et al (eds):

Harrison’s Principles of Internal Medicine,

13th ed. New York, McGraw-Hill, 1995,

p 2186.