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que la de instauración crónica. La principal causa de hiperpotase-

mia crónica en el ámbito de la anestesia es la insuficiencia renal. Se

debe realizar una monitorización electrocardiográfica continua en

todo paciente que se vaya a someter a una anestesia que presente

cifraselevadasdepotasio,aunquesóloseanmoderadas(

>

5,5mEq/l),

para ayudar a determinar la gravedad de la hiperpotasemia.

Clínicamente la hiperpotasemia puede provocar debilidad

muscular y parálisis, además de producirse alteraciones en la con-

ducción cardíaca que aumentan el automatismo y estimulan la

repolarización. Niveles moderadamente altos de potasio (6 a

7mEq/l) se pueden manifestar como ondas T picudas; a medida

que los niveles alcanzan 10 a 12mEq/l, puede aparecer un aumento

del intervalo PR, ensanchamiento del complejo QRS, fibrilación

ventricular e incluso asistolia.

Desde un punto de vista conceptual, los tratamientos

se pueden dividir en 1) antagonistas fisiológicos (calcio);

2) agentes que introducen el potasio en la célula (glucosa, insu-

lina, hiperventilación, bicarbonato y agonistas

b

-adrenérgicos);

y 3) medicamentos o tratamientos para eliminar potasio cor­

poral (sulfonato de poliestireno sódico, diuréticos, agonistas de

la aldosterona y diálisis). El tratamiento de la hiperpotasemia

en la práctica clínica depende del contexto y de la presencia de

cambios electrocardiográficos, y persigue inicialmente la esta-

bilización cardíaca con calcio intravenoso (500 mg de cloruro

cálcico o 1 g de gluconato cálcico en un adulto) y la redistribu-

ción del potasio hacia el interior celular. Como se ha dicho

previamente, además del calcio intravenoso, los principales tra­

tamientos que se usan en el quirófano son la glucosa intrave-

nosa, la insulina, el bicarbonato (1 mEq/kg) y la hiperventilación.

La administración de 5 a 10 U de insulina rápida junto a 25 a

50 g de glucosa (es decir, una o dos ampollas de glucosa al 50%),

hacen descender los niveles de potasio en 10 a 20 minutos,

prolongándose el efecto durante 4 a 6 hora

s 35

. Otros tratamien-

tos útiles son las resinas de intercambio iónico, la diálisis, los

diuréticos (p. ej., furosemida, 20-40 mg intravenosos), los ago-

nistas de la aldosterona (p. ej., fludrocortinosa) y los agonistas

b

-adrenérgicos inhalados o intravenosos

( tabla 44-10

).

Fisiología del calcio

El calcio es el compuesto clave que media la contracción mus-

cular, la secreción endocrina, exocrina y neuroendocrina, el cre­

cimiento celular y el trasporte y secreción de líquidos y

electrólitos. Un adulto de 70 kg tiene aproximadamente 1.300 g

de calcio, el 99% del cual se encuentra en el interior de huesos

y dientes. Los riñones son los principales órganos implicados en

la regulación del calcio entre 4,5 y 5mEq/l. El calcio es muy

abundante en los productos lácteos pero se absorbe muy poco

en el intestino, eliminándose principalmente por las heces y la

orina. El calcio circulante se encuentra de tres maneras distin-

tas: unido a proteínas, principalmente albúmina, que no puede

ser filtrado en el glomérulo (40 a 50%); en forma ionizada,

fisiológicamente activa, que sí se puede filtrar por la membrana

glomerular y que se mantiene en unas concentraciones de entre

2 y 2,5 mEq/l (50%); y la forma no ionizada, quelada con fosfato,

sulfato y citrato (10%). Los niveles de calcio iónico pueden

cambiar sin que lo haga la cantidad de calcio corporal total

porque la fracción unida a la albúmina depende del pH. El calcio

corporal total depende de la capacidad de unión a proteínas

plasmáticas, de manera que en la hiperalbuminamia aparece una

seudohipocalcemia (que se puede ver en la deshidratación o el

mieloma múltiple). La mayor parte del calcio filtrado se reab-

sorbe en el túbulo proximal, la rama ascendente del asa de Henle

y el túbulo distal.

Las concentraciones intracelulares y extracelulares del calcio

tienen un estrecho control fisiológico debido a la importancia de

este ión en prácticamente todas las funciones celulares. Para

bombear el calcio intracelular fuera del citosol, hacia el retículo

sarcoplásmico y el LEC, se requiere un gasto energético, por eso en

estados de shock o de déficit de energía intracelular, el calcio se

acumula en el interior facilitando la muerte celular, igual que

ocurre en el caso del potasio.

La concentración del calcio iónico está muy influenciada por

la concentración de proteínas en el suero. Este calcio iónico se

puede medir directamente usando unos electrodos específicos,

pero cuando esto no es posible, la cantidad de calcio unido a pro­

teínas se puede calcular de forma aproximada con la siguiente

fórmula:

Calcio unido a proteínas (%) = −0,8 × albúmina (g/l) + 0,2

× globulina (g/l) + 3

Un método alternativo de corrección consiste en añadir

0,8mg/dl a la cifra de calcio sérico medido por cada 1 g/dl de

descenso de la albúmina por debajo de 4,0 g/d

l 36 .

Si el calcio

sérico es de 7,8mg/dl (nivel por debajo de lo normal) y la albú-

mina en suero es de sólo 3,0mg/dl, el valor corregido será de

8,6mg/dl, es decir, dentro del rango normal. La posibilidad de

medir los niveles séricos de calcio iónico de forma sencilla en la

cabecera del enfermo ha supuesto un avance en el manejo perio-

peratorio del calcio.

En respuesta a un descenso en la concentración de calcio

extracelular, en el plazo de minutos se produce una secreción de

hormona paratiroidea que actúa a nivel renal en la rama ascen-

Fisiología hidroelectrolítica intravascular

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Sección III

Control de la anestesia

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Tabla 44-9

 Fármacos que producen hiperpotasemia

Amilorida

Antagonistas de la angiotensina II

Espironolactona

Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA)

Manitol

Pentamidina

Succinilcolina

Triamtireno

Trimetoprima

Tabla 44-10

 Principales causas de hiperpotasemia

Mecanismo

Síndromes clínicos

Seudohiperpotasemia Hemólisis de la muestra, problemas técnicos

Alteración del

equilibrio interno

del potasio

Acidosis, déficit de insulina, hipoaldosteronismo,

hipertermia maligna, parálisis periódica,

necrosis celular; fármacos (succinilcolina,

digoxina,

b

-bloqueantes no selectivos)

Alteración del

equilibrio externo

del potasio

Excesivo aporte en la reposición; transfusiones;

antibióticos con sales de potasio; alteración de

la eliminación por nefropatía;

hipoaldosteronismo; fármacos (heparina,

amilorida, triamtireno, espironolactona,

fármacos no esteroideos, IECA y antagonistas

de los receptores de angiotensina)

Adaptada de Solomon RJ, Katz JD: Disorders of potassium homeostasis.

En

Stoelting

RK (ed):

Advances in Anesthesia.

Chicago, Year Book Medical Publishers, 1986.