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requerimientos de fármacos cardiotónicos y estancias hospitalarias

prolongada

s 43 .

Fisiología del cloruro

El cloruro es el principal anión del LEC. Un exceso en su ingesta o

un defecto en su eliminación por una alteración renal pueden

provocar una acidosis metabólica hiperclorémica. En estos casos,

la administración de soluciones salinas con cloruro se deben sus-

tituir por otras con bicarbonato, acetato, citrato o fosfato.

Un exceso de pérdidas de cloruro a través de las secreciones

gástricas o por vía urinaria puede provocar una alcalosis hipoclo-

rémica. Cuando hay un déficit de cloro, éste llega en poca cantidad

hasta el túbulo colector donde se debería intercambiar por bicar-

bonato, con lo que se disminuye la eliminación de este último. Sin

embargo, en esta misma situación, se aumenta la reabsorción de

sodio porque suelen ir asociadas a depleciones de volumen del

LEC. De hecho, cuando hay menos cloruro disponible para la reab­

sorción, se debe aumentar la fracción de reabsorción de sodio con

bicarbonato mediante el aumento de la secreción de protone

s 44 .

Si

hay depleción de volumen intravascular o hipopotasemia se debe

administrar cloruro sódico o potásico; en caso contrario, se admi-

nistrará ácido clorhídrico 0,1N (HCl) a través de un acceso venoso

central:

Dosis cloruro = (Cl

deseado

− Cl

medido

) × 0,2 × peso (kg)

Fisiología de la glucosa

y sus consecuencias en los

líquidos orgánicos

Seguimiento estrecho

La glucosa es la principal fuente energética del organismo, cuya

entrada en la célula requiere de la insulina con la ayuda del potasio

y el fosfato. Es esencial para los glóbulos rojos, las heridas en

período de cicatrización, el cerebro y la médula suprarrenal en una

cantidad aproximada de 2mg/kg/min. Cuando se está controlando

el nivel de glucosa en sangre, es muy importante hacer un estrecho

seguimiento mediante tiras reactivas con glucosa oxidasa y glucó-

metros, que proporcionan resultados rápidos y fiables. Es ineludible

conocer el régimen de insulina o las dosis de hipoglucemiantes

orales que utiliza habitualmente el paciente y medir su nivel de

glucosa en sangre tanto en el periodo preoperatorio como durante

el propio acto quirúrgico y en el postoperatorio. Además, el nivel

de daño en órganos diana como la enfermedad coronaria y la

neuropatía autonómica, puede contribuir a aumentar el riesgo de

aspiración, infarto de miocardio y neuropatía periférica.

Hiperglucemia

Las causas de hiperglucemia (

>

180 a 200mg/dl) pueden ser el

déficit de insulina, la resistencia insulínica a nivel del receptor o el

excesivo aporte exógeno. Esta situación provoca una diuresis

osmótica, aumento del daño cerebral, espina

l 45

o rena

l 46

por la

isquemia, retraso en el vaciamiento gástric

o 47

, hipofosfatemi

a 47 ,

retraso en la cicatrización de herida

s 47,48

y alteraciones en la fun-

cionalidad leucocitari

a 48

. La hiperglucemia en la mujer embarazada

aumenta el riesgo de ictericia neonatal, de daño cerebral y de aci-

dosis fetal si ocurre una situación de hipoxemia.

Incluso con niveles máximos de insulina, un adulto puede

utilizar la glucosa únicamente a un ritmo de 3 a 5mg/kg/min en

reposo (aproximadamente 240ml/hora de soluciones al 5%). El

ritmo máximo de metabolismo diminuye en situaciones de estrés

y aumenta cuando lo hace el nivel metabólico general. El ritmo de

infusión no debe superar, en general, los 2 a 3mg/kg/min (120 a

180mg/kg/hora), que equivalen a unos 100 g/h para un individuo

de 70 kg (250ml de una solución de glucosa al 5% por hora). Hay

que tener en cuenta que los pacientes pediátricos y niños sanos

sufren hiperglucemias si se incluyen soluciones glucosadas al 5%

en la sueroterapia de mantenimient

o 49 .

El ritmo de infusión de

glucosa en la infancia debe ser de unos 4 a 8mg/kg/min, siendo el

ritmo óptimo menor a los 5mg/kg/min

50 .

Para la mayoría de

pacientes no está clara la utilidad de usar glucosa en el periodo

intraoperatori

o 51

.

Diabetes mellitus

La diabetes mellitus (v. cap. 25), es la enfermedad endocrina más

frecuente y una de sus características más significativas es la apa-

rición de complicaciones a largo plazo a nivel vascular, ocular, renal

y de terminaciones nerviosas, siendo un importante factor de

riesgo para enfermedad vascular cardíaca y cerebral, insuficiencia

renal, ceguera y amputaciones no traumáticas. Las causas de estas

complicaciones son múltiples e incluyen la glicosilación de proteí-

nas y la reducción de glucosa a sorbitol que actúa como tóxico

tisular, acompañándose de un descenso en el metabolismo, en el

contenido en mioinositol y en la actividad Na

+

-K

+

/ATPasa. La

hiperglucemia es el principal factor asociado con el desarrollo de

las distintas complicaciones de la diabetes. Esta población de

pacientes no es homogénea y se han descrito diversos síndromes

dentro de la enfermedad. En los Estados Unidos hay diagnostica-

dos aproximadamente unos ocho millones de pacientes y se calcula

que hay otros ocho millones sin diagnosticar, lo que supone un 10%

de la población global de EE.UU. (

tabla 44-16 ) 52

.

Fisiopatología

La hiperglucemia en la diabetes es consecuencia de dos factores: el

déficit absoluto o relativo de insulina y el exceso, también absoluto

1482

Control de la anestesia

III

Tabla 44-15

 Principales causas de hipofosfatemia

Alcoholismo crónico y abstinencia alcohólica

Déficit dietético y antiácidos secuestradores de fosfato

Quemaduras graves

Recuperación de una cetoacidosis diabética

Hiperalimentación

Síndrome de realimentación

Alcalosis respiratoria

Hipertermia terapéutica

Síndrome neuroléptico maligno

Recuperación tras un ejercicio intenso

Trasplante renal

Insuficiencia renal aguda

Adaptada de Potts JT: Diseases of the parathyroid gland and other hyper- and

hypocalcemic disorders.

En

Isselbacher KJ, Braunwald E, Wilson JD, et al (eds):

Harrison’s Principles of Internal Medicine,

13th ed. New York, McGraw-Hill, 1995,

p 2185.