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permitió un «ahorro» por hemodilución de las pérdidas quirúrgicas

de eritrocitos de 215ml o el equivalente a 1 unidad de sangre alogénica

( fig. 47-1 ) 36 .

Este volumen eritrocitario se aproxima a la expansión de

volumen de eritrocitos generada por la predonación de sangre autó-

loga bajo condiciones de flebotomía estándar.

El beneficio de la HNA, determinado en un modelo mate-

mátic

o 32 ,

se ilustra en la

figura 47-2 .

Un adulto con un volumen de

sangre estimado de 5 l y un hematocrito inicial del 40%, con unas

pérdidas sanguíneas quirúrgicas de hasta 3.000ml, llegaría a un

hematocrito que se mantendría en el 25% de forma postoperatoria

si no se administra sangre autóloga. Este nivel se suele considerar

seguro para aquellos pacientes sin factores de riesgo conocidos. En

este modelo, la realización de una HNA con cifras de hematocrito

iniciales del 40 al 45% permitiría pérdidas quirúrgicas de hasta

2.500 a 3.500ml, pese a las que el nivel más bajo de hematocrito

podría mantenerse en un 28%.

Mejora de la oxigenación

La extracción de sangre total y su sustitución con soluciones cris-

taloides o coloides reduce el contenido arterial de oxígeno, pero los

mecanismos hemodinámicos compensadores y la existencia de un

exceso de capacidad de suministro de oxígeno hacen segura la

HNA. Una disminución repentina en la concentración de eritroci-

tos reduce la viscosidad de la sangre y de ese modo disminuye las

resistencias periféricas y aumenta el gasto cardíaco. Si la compen-

sación por el gasto cardíaco es eficaz, el suministro de oxígeno a

los tejidos con un hematocrito del 25 al 30% iguala, sin superar, el

conseguido con un hematocrito del 30 al 35

% 37

.

Conservación de la hemostasia

Debido a que la sangre extraída con la HNA se almacena a tempe-

ratura ambiente y suele reinfundirse al paciente en las 8 horas

siguientes a su extracción, hay poco deterioro de las plaquetas o de

los factores de coagulación. El valor hemostático de la sangre

extraída por la HNA tiene un beneficio cuestionable para la cirugía

traumatológica o urológica, porque el plasma y las plaquetas rara-

mente están indicados en estos casos. Su papel en la protección del

plasma y las plaquetas de la coagulopatía adquirida debida a cir-

culación extracorpórea en la cirugía cardíaca (conocida como

«acumulación de sangre») está mejor establecid

o 38

.

Estudios clínicos

Varios estudios aleatorizados prospectivos enprostatectomía radica

l 39 ,

sustitución de rodill

a 40

y sustitución de cader

a 41

sugieren que la HNA

puede considerarse equivalente a la DAP como método de obtención

de sangre autóloga. En la

tabla 47-5

se resumen otros ensayos clínicos

seleccionados de HN

A 42-48 ,

de cuyos beneficios se han publicado

revisione

s 49

y comentario

s 50

. Cuando la HNA y la reinfusión se reali-

zan en el quirófano por personal in situ, los costes de obtención y

administración se minimizan. La sangre obtenida durante la HNA no

requiere gasto de tiempo del paciente, transporte, costes ni pérdida

de horas de trabajo que pueden asociarse con la DAP. El desperdicio

de las unidades de DAP (aproximadamente el 50% de las unidades

extraídas

) 13

también se elimina con la HNA. Además, las unidades de

sangre autóloga obtenidas con la HNA no requieren inventario ni

costes de pruebas. Dado que la sangre nunca sale de la habitación del

paciente, la HNA minimiza la posibilidad de un error administrativo

que pudiera provocar una transfusión de sangre con incompatibili-

dad ABO y muerte, así como de contaminación bacteriana asociada

con un almacenamiento prolongado a 4°C.

Se deben puntualizar algunas consideraciones prácticas relati-

vas a los programas de HNA. Las decisiones sobre la HNA deberían

basarse en el procedimiento quirúrgico, en el hematocrito y volumen

sanguíneo preoperatorios del paciente, en el hematocrito de hemodi-

lución deseado y en otras variables fisiológicas. Deberían establecerse

unas normas y procedimientos de la institución y unos mecanismos

de educación del personal y revisarse periódicamente.

Debería existir un control cuidadoso del volumen circulatorio

del paciente y de su estado de perfusión durante el procedimiento. La

sangre ha de recogerse de manera aséptica, habitualmente en bolsas

estándar de extracción de sangre con citrato como anticoagulante. Las

unidades se etiquetarán y se almacenarán de forma adecuada. La

etiqueta debe contener, como mínimo, el nombre completo del

paciente, el número de historia clínica, la fecha y hora de la extracción

y la mención «Para uso autólogo únicamente». El almacenamiento a

Autotransfusión, factor VIIa recombinante y medicina sin transfusiones

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47

Sección III 

Control de la anestesia

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Figura 47-1

 Relación entre el volumen de sangre total (ml) perdido

(abscisas)

y los hematíes perdidos

(ordenadas)

en un paciente de 100kg sometido a

hemodilución. Volumen perdido de eritrocitos con una pérdida intraoperatoria

de 2.800ml de sangre total después de la hemodilución de 1.500ml de sangre

total

(línea continua azul).

Volumen eritrocitario perdido con 2.800ml de

pérdida de sangre total durante la hemodilución en cada uno de los tres

volúmenes de 500ml

(línea continua naranja).

Volumen de pérdida

intraoperatoria acumulada de eritrocitos derivado de la pérdida de 2.800ml

de sangre total si no se hubiera realizado la hemodilución

(línea discontinua

azul).

Una reducción neta de 215ml en el volumen perdido de eritrocitos con

la hemodilución se ilustra por la divergencia entre las dos curvas.

(De

Goodnough LT, Grishaber JE, Monk TG y cols.: Acute normovolemic

hemodilution in patients undergoing radical suprapubic prostatectomy: A case

study analysis.

Anesth Analg

78:932-937, 1994, con autorización.)

Figura 47-2

 Máxima pérdida sanguínea permisible en un paciente con un

volumen de sangre de 5.000ml y un hematocrito inicial del 45%

(líneas azul y

amarilla)

o del 40%

(líneas verde y naranja),

con y sin hemodilución

normovolémica aguda (HNA).

(De Goodnough LT, Brecher ME, Monk TG: Acute

normovolemic hemodilution in surgery.

Hematology

2:413-420, 1992,

con

autorización

.)