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El espesor del músculo del VI es un modificador importante

de la tensión parietal. Por ejemplo, en la estenosis aórtica está

aumentada la poscarga. El ventrículo tiene que generar una presión

mucho mayor para superar el aumento de la carga que se opone a

la eyección sistólica de la sangre. Para generar este rendimiento tan

elevado, se produce un aumento del espesor parietal del ventrículo

(hipertrofia del VI). Aplicando la ley de Laplace, el aumento del

espesor parietal del VI reducirá la tensión parietal a pesar

del aumento necesario de la presión en el VI para superar la este-

nosis aórtica

( fig. 6-4 ) 7

. En un corazón insuficiente aumenta el

radio del VI, lo que aumenta la tensión parietal.

Relación de Frank-Starling

La relación de Frank-Starling es una propiedad intrínseca del mio-

cardio mediante la cual la distensión de los sarcómeros miocárdicos

da lugar a un aumento del rendimiento miocárdico para las con-

tracciones posteriores (v.

fig. 6-3 )

. Otto Frank observó por primera

vez en el músculo esquelético que la modificación de la tensión se

relacionaba directamente con su longitud, y que en el corazón, a

medida que cambiaba la presión, se producía el correspondiente

cambio de volume

n 8

. E. H. Starling, utilizando una preparación de

corazón-pulmón aislados como modelo, observó en 1914 que «la

energía mecánica que se libera en el paso desde el estado de reposo

al estado contraído depende de la longitud de la fibra muscular

» 9

.

Si se monta una tira de músculo cardíaco en una cámara muscular

en condiciones isométricas, el aumento de la longitud del sarcó-

mero da lugar a un aumento de la fuerza de la contracción. Starling

concluyó que el aumento de la fuerza de la contracción se debía a

la mayor interacción de los haces musculares.

La microscopia electrónica ha demostrado que la longitud

del sarcómero (2,0-2,2

m

m) se relaciona positivamente con la mag-

nitud de la formación de enlaces cruzados entre la actina y la

miosina, y que hay una longitud óptima del sarcómero a la cual la

interacción es máxima. Este concepto se basa en la suposición de

que el aumento de la formación de enlaces cruzados es equivalente

a un aumento del rendimiento muscular. Aunque esta teoría sigue

siendo cierta para el músculo esquelético, la relación fuerza-longi-

tud en el músculo cardíaco es más compleja. Cuando se comparan

las relaciones fuerza-longitud del músculo esquelético y el músculo

cardíaco, se debe señalar que la reducción de la fuerza es de tan

sólo el 10% aunque el músculo cardíaco esté al 80% de la longitud

del sarcómer

o 8

. Se sigue investigando la base celular del mecanismo

de Frank-Starling, que se analizará brevemente más adelante. Una

aplicación clínica frecuente de la ley de Starling es la relación

del volumen telediastólico ventricular izquierdo (VTDVI) con el

volumen sistólico. El mecanismo de Frank-Starling puede perma-

necer intacto incluso en un corazón insuficient

e 10 .

Sin embargo, el

remodelado ventricular después de una lesión o en la insuficiencia

cardíaca puede modificar la relación de Frank-Starling.

Contractilidad

Cada una de las curvas de Frank-Starling especifica un nivel de

contractilidad, o el estado inotrópico del corazón, que se define

como el trabajo que realiza el músculo cardíaco a cualquier

volumen telediastólico dado. Los factores que modifican la con-

tractilidad crearán una familia de curvas de Frank-Starling con

diferente contractilidad

( fig. 6-5 ) 7

. Se sabe que el ejercicio, la esti-

162

Fisiología y anestesia

I

Figura 6-3

 Relación de Frank-Starling. Se muestra

la relación que hay entre la longitud del sarcómero

y la tensión desarrollada en el músculo cardíaco.

En el corazón, un aumento del volumen

telediastólico es el equivalente al aumento de la

fuerza miocárdica; por tanto, según la ley de

Starling, se genera un aumento del volumen

sistólico.

Figura 6-4

 En respuesta a la estenosis aórtica aumenta la presión ventricular

izquierda (VI). Para mantener la tensión parietal en niveles controlados se

produce hipertrofia compensadora del VI. Según la ley de Laplace, tensión

parietal=presión×radio ÷ (2×espesor parietal). Por tanto, el aumento del

espesor parietal compensa el aumento de la presión, y se mantiene la tensión

parietal en niveles controlados.

(De Opie LH: Ventricular function.

En The

Heart. Physiology from Cell to Circulation,

4.

a

ed. Filadelfia, Lippincott-Raven,

2004, págs. 355-401.)