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ser eficaces sólo hasta una determinada frecuencia cardíaca de

acuerdo con la relación fuerza-frecuencia. En el corazón insufi-

ciente, la relación fuerza-frecuencia puede ser mucho menos eficaz

en la producción de un efecto inotrópico positiv

o 12

.

Función diastólica

La diástole es la relajación ventricular, y se produce en cuatro fases

diferentes: 1) relajación isovolúmica, 2) fase de llenado rápido (es

decir, el llenado de la cavidad del VI a una presión variable del VI),

3) llenado lento o diástasis y 4) llenado final por la sístole auricular.

La fase de relajación isovolúmica depende de la energía. Durante

las fases de relajación auxotónica (fases 2-4) el llenado ventricular

se realiza contra presión. Incluye un período durante el cual el

miocardio es incapaz de generar fuerza, y tiene lugar el llenado de

la cavidad ventricular. La fase de relajación isovolúmica no contri-

buye al llenado ventricular. La máxima cantidad de llenado ventri-

cular se produce en la segunda fase, mientras que la tercera fase

añade únicamente el 5% del volumen diastólico total, y la fase final

aporta el 15% del volumen ventricular desde la sístole auricular.

Para evaluar la función diastólica se han elaborado diversos

índices. El índice que más se utiliza para examinar la fase de rela-

jación isovolúmica de la sístole es calcular la velocidad instantánea

máxima de disminución de la presión del VI (–dP/dt) o la cons-

tante de tiempo de la disminución isovolúmica de la presión del

VI (

τ

). Se ha utilizado el intervalo entre el cierre de la válvula

aórtica y la apertura de la válvula mitral, el tiempo de relajación

isovolúmica, y la frecuencia máxima del adelgazamiento de la

pared del VI, determinado mediante ecocardiografía, para estimar

la función diastólica durante la relajación auxotónica. Se puede

evaluar la distensibilidad ventricular de acuerdo con las relaciones

presión-volumen para determinar la función durante las fases

auxotónicas de la diástol

e 12,14

.

En la función diastólica influyen muchos factores diferentes:

carga de volumen sistólica, rigidez pasiva de la cavidad, retroceso

elástico del ventrículo, interacción diastólica entre las dos cavida-

des ventriculares, propiedades auriculares y catecolaminas. Mien-

tras que la disfunción sistólica es la reducción de la capacidad del

corazón de bombear, la disfunción diastólica es la disminución de

la capacidad del corazón de llenarse. Actualmente se reconoce

que la alteración de la función diastólica es la causa predominante

de la fisiopatología de la insuficiencia cardíaca congestiv

a 15 .

Las interacciones ventriculares durante la sístole y la diástole

son mecanismos internos que actúan como retroalimentación

interna para modular el volumen sistólico. La interacción ventri-

cular sistólica afecta al efecto del tabique interventricular sobre la

función de ambos ventrículos. Dado que el tabique interventricular

está vinculado anatómicamente a los dos ventrículos, forma parte

de la carga contra la que tiene que trabajar cada uno de los ventrí-

culos. Por tanto, cualquier modificación en un ventrículo también

estará presente en el otro. En la interacción ventricular diastólica,

la dilatación del VI o del VD influirá sobre el llenado eficaz del

ventrículo contralateral y, de esta forma, modificará su función.

Gasto cardíaco

El gasto cardíaco es la cantidad de sangre que bombea el corazón

por unidad de tiempo (Q˙ ) y está determinado por cuatro factores:

dos factores intrínsecos al corazón (frecuencia cardíaca y contrac-

tilidad miocárdica) y dos factores extrínsecos al corazón pero que

acoplan funcionalmente el corazón con la vasculatura (precarga y

poscarga).

La frecuencia cardíaca se define como el número de latidos

por minuto y depende principalmente del sistema nervioso autó-

nomo. Los aumentos de la frecuencia cardíaca incrementan el

gasto cardíaco siempre que el llenado ventricular sea adecuado

durante la diástole. Se puede definir la contractilidad como el nivel

intrínseco de rendimiento contráctil, que es independiente de las

condiciones de carga. Es difícil definir la contractilidad en el

corazón intacto, porque no se puede separar de las condiciones de

carg

a 12,13

. Por ejemplo, se define la relación de Frank-Starling como

el cambio del rendimiento contráctil intrínseco basado en los

cambios de la precarga. El gasto cardíaco en un organismo vivo se

puede medir mediante el principio de Fick, del que se muestra una

representación esquemática en la

figura 6-7 1

.

El principio de Fick se basa en el concepto de conservación

de la masa, de modo que el O

2

que transporta la sangre venosa

pulmonar (q

3

) es igual al O

2

total que llega a los capilares pulmo-

nares desde la arteria pulmonar (q

1

) y los alveolos (q

2

).

La cantidad de O

2

que llega a los capilares pulmonares a

través de las arterias pulmonares (q

1

) es igual al flujo sanguíneo

arterial pulmonar total (Q˙ ) multiplicado por la concentración de

O

2

en la sangre arterial pulmonar (Capo

2

):

q

1

= Q˙ × Capo

2

La cantidad de O

2

transportada por la sangre venosa pulmo-

nar (q

3

) es igual al flujo sanguíneo venoso pulmonar total (Q˙ )

multiplicado por la concentración de O

2

en la sangre venosa pul-

monar (Cvpo

2

):

q

3

= Q˙ × Cvpo

2

La concentración de O

2

en la sangre arterial pulmonar es

la concentración de O

2

en la sangre venosa sistémica mixta, y la

concentración venosa pulmonar de O

2

es la concentración arterial

164

Fisiología y anestesia

I

Figura 6-7

 Ilustración que muestra el principio de la determinación del gasto

cardíaco mediante la ecuación de Fick. Si se conoce la concentración de O

2

de

la arteria pulmonar (Cap

o

2

), la concentración de O

2

de la vena pulmonar

(Cvp

o

2

) y el consumo de O

2

, se puede calcular el gasto cardíaco.

(De Berne

RM, Levy MN: The cardiac pump.

En Cardiovascular Physiology,

8.

a

ed.

St. Louis, CV Mosby, 2001, págs. 55-82.)