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y del 81% a los 5 año

s 503

. La repercusión del accidente cerebrovas-

cular sobre la utilización de los recursos de la atención médica es

también causa de preocupación. Roach y cols

. 56

observaron que el

47% de los pacientes con fenómenos neurológicos de tipo I (acci-

dente cerebrovascular o ataque isquémico transitorio) fue derivado

del hospital a un centro especializado o de rehabilitación. Además,

el 30% de los pacientes con disfunción neurocognitiva más sutil

(fenómeno de tipo II) después de la cirugía cardíaca fue dado de

alta de tales centros frente al 8% sin fenómenos de tipo I o tipo II.

Dado que la manifestación clínica de la lesión cerebral es principal-

mente un diagnóstico postoperatorio, frecuentemente con secuelas

neurológicas potencialmente irreversibles y consecuencias significa-

tivas en relación con la utilización de recursos, la estratificación de

riesgos preoperatoria y el manejo intraoperatorio son puntos focales

importantes en relación con los esfuerzos para mejorar y reducir la

disfunción y lesión del SNC en la población quirúrgica cardíaca.

Estrategias de neuroprotección

Son numerosas las estrategias que se han intentado para disminuir

la incidencia y gravedad de la lesión neurológica en los pacientes

quirúrgicos cardíacos. Una reciente revisión de la literatura por

Hogue y cols

. 234 ,

con empleo de métodos promovidos por la AHA

para establecer recomendaciones basadas en la evidencia, arrojó

sólo cuatro estrategias de manejo con evidencia actual, aunque de

un nivel bajo a intermedio, para respaldar su empleo: exploración

epicárdica que lleva a alteraciones en la técnica de derivación o

quirúrgica, mantenimiento de una presión arterial media mayor

durante la DCP, empleo de perfusión pulsátil, y empleo de un

manejo de pH

a

-estato durante la DCP. Cada estrategia recibió sólo

una puntuación de clase IIb, que Hogue y cols. definen como:

«Clase IIb: las intervenciones son aceptables, seguras y útiles. Con-

sideradas “dentro” del estándar de los cuidados: los facultativos

razonables pueden elegir. Considerada intervención opcional o

alternativa por una mayoría de expertos».

Muchos tratamientos y estrategias recibieron una clasificación

indeterminada en la revisión de Hogue y cols. porque todavía no

hay pruebas suficientes de que produzcan mejoría alguna en el

desenlace neurológico. La mayoría de las estrategias farmacológi-

cas, como el empleo de tiopental, propofol, nimodipina, y otros

fármacos, recibieron una puntuación de clase III, lo que significa

que la literatura existente no aportó pruebas de su eficacia. La

ta­ bla 50-21

enumera las puntuaciones basadas en la evidencia de las

diversas estrategias de neuroprotección.

Manejo postoperatorio de la lesión o disfunción

del sistema nervioso central

El accidente cerebrovascular después de la cirugía puede venir

indicado por la incapacidad del paciente para obedecer órdenes o

mover todas las extremidades poco después de la cirugía. Debe

solicitarse una consulta neurológica, incluidas imágenes diagnós-

ticas. La resonancia magnética por difusión es la técnica de imagen

más sensible y exacta en el postoperatorio de los pacientes quirúr-

gicos cardíaco

s 504 .

Detecta más lesiones microembólicas que la

resonancia magnética convencional y es capaz de encontrar múl-

tiples lesiones limítrofe

s 505 .

El manejo de la lesión o disfunción del SNC después de la

cirugía cardíaca consta de medidas de soporte general. Debe evi-

tarse la hipotensión y se debe prestar especial consideración a

utilizar expansión de volumen, mejora del inotropismo (farmaco-

lógico o mecánico) o medicamentos vasoactivos (vasopresina o

fenilefrina) para dar soporte a la presión sanguínea y la perfusión

cerebral. Se debe optimizar el equilibrio entre el aporte y la demanda

de oxígeno en el cerebro por medio de una adecuada oxigenación,

sedación y control de la temperatura (porque la fiebre aumenta la

extracción de oxígeno). Tal como se ha mencionado en la sección

del control de la glucosa, debe evitarse la hiperglucemia. El trata-

miento fibrinolítico es de poca utilidad en la cirugía cardíaca,

porque plantea un riesgo de sangrado quirúrgico postoperatorio.

La disfunción neurológica encefalopática puede incluir dis-

función neurocognitiva, delirio y actividad convulsiva. Se ha des-

crito que la disfunción neurocognitiva, tal como se ha mencionado

previament

e 62 ,

ocurre frecuentemente después de la cirugía car-

díaca que requiere derivación. La disfunción neurocognitiva puede

manifestarse sutilmente, diagnosticable sólo con pruebas psicomé-

tricas complicadas, o en el otro extremo, puede manifestarse como

delirio postoperatorio. El delirio se caracteriza por trastorno de la

consciencia y alteración del conocimiento que se desarrolla de

modo agudo. En una serie de más de 16.000 pacientes quirúrgicos

cardíacos, se describe que se produjo delirio en 8,4% de los caso

s 506 .

Los predictores independientes de delirio en el postoperatorio

incluyeron una historia de enfermedad cerebrovascular, vasculopa-

tía periférica, FA, diabetes, disfunción del ventrículo izquierdo,

shock cardiogénico preoperatorio, hemofiltración, aumento de la

carga transfusional, y tiempos quirúrgicos de más de 3 horas.

1726

Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

Tabla 50-21

 Puntuaciones basadas en la evidencia de las estrategias de

neuroprotección farmacológica y no farmacológica durante la derivación

cardiopulmonar

Intervención

Puntuación

Circuitos de DCP recubiertos de heparina Clase indeterminada

Cambios en el abordaje quirúrgico

guiados por ecografía epiaórtica

Clase IIb

Cánula aórtica modificada

Clase indeterminada

Filtros reductores de leucocitos

Clase indeterminada

Procesamiento ahorrador de células del

aspirado pericárdico

Clase indeterminada

Insuflación de la herida con O

2

Clase indeterminada

Mantener «mayores» objetivos de la PAM

(es decir, mayor que el objetivo menor

de 50 mmHg)

Clase IIb en pacientes en alto

riesgo de lesión neurológica

Perfusión no pulsátil (frente a pulsátil)

Clase IIb (clase indeterminada

en pacientes en alto riesgo

de lesión neurológica)

Manejo acidobásico

a

-estato (frente a

pH-estato)

Clase IIb (clase indeterminada

en pacientes en alto riesgo

de lesión neurológica)

Objetivo de hematocrito mínimo durante

la DCP de

>

27

% *

Clase indeterminada

Tiopental, propofol, nimodipina,

prostaciclina, GM

1

gangliósido,

pegorgoteína, clometiazol

Clase III

Remacemida, lidocaína, aprotinina,

pexelizumab

Clase indeterminada

Control intraoperatorio «ajustado» de la

glucosa

Clase indeterminada

Hipotermia

Clase indeterminada

DCP, derivación cardiopulmonar; PAM, presión arterial media.

*Por los datos disponibles no se define qué es un hematocrito óptimo. Se elige un

hematocrito mayor de 27% como indicativo de un hematocrito «alto» a tenor de su

empleo en los estudios aleatorizados disponibles.

De Hogue CW Jr, Palin CA, Arrowsmith JE: Cardiopulmonary bypass management

and neurologic outcomes: An evidence-based appraisal of current practices.

Anesth Analg

103:21-37, 2006.