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Anestesia para la cirugía vascular

Edward J. Norris

Puntos clave

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1.

Los recientes avances en nuestras nociones sobre la

biología de la aterogenia sugieren que la disfunción

endotelial es un elemento clave de la patogenia de la

enfermedad cardiovascular aterosclerótica y sus

complicaciones. Posiblemente la inflamación de la pared

arterial desempeñe también un papel fundamental.

2.

La cirugía vascular mayor es particularmente

problemática para el anestesista porque se trata de

intervenciones de alto riesgo en una población de

pacientes con una prevalencia elevada de arteriopatía

coronaria franca u oculta, que es la principal causa de

mortalidad perioperatoria y a largo plazo tras la cirugía

vascular.

3.

Es preciso determinar de forma exacta la probabilidad

de arteriopatía coronaria significativa previa a la prueba

para poder aplicar de manera prudente las pruebas

cardíacas preoperatorias e interpretarlas con lógica.

4.

Las recomendaciones sobre la valoración cardiovascular

y los cuidados perioperatorios sugieren que la

intervención coronaria rara vez es necesaria

exclusivamente para reducir los riesgos de una cirugía, a

menos que dicha intervención esté indicada también

fuera del contexto preoperatorio. Las pruebas científico-

estadísticas actuales no respaldan la utilidad de la

revascularización coronaria profiláctica como método

para reducir la morbilidad perioperatoria o a largo plazo

después de una cirugía vascular mayor.

5.

El tratamiento perioperatorio de los pacientes que van a

someterse a una cirugía vascular obliga a conocer la

fisiopatología de la lesión vascular específica.

6.

La medicación cardiovascular habitual del paciente debe

mantenerse a lo largo de todo el período perioperatorio.

El tratamiento con antiagregantes plaquetarios exige un

planteamiento especial y debe individualizarse.

7.

La prevención y el tratamiento de la isquemia

miocárdica perioperatoria exige un control cuidadoso

de los principales determinantes del aporte y el

consumo de oxígeno miocárdico. Se debe realizar una

monitorización del segmento ST, especialmente

mediante un análisis computarizado de dicho

segmento, para detectar la isquemia miocárdica en el

período perioperatorio.

8.

Los datos de los ensayos clínicos indican que la

instauración perioperatoria de betabloqueantes se

asocia a riesgos y beneficios potenciales.

9.

La utilidad clínica de cualquier técnica de monitorización

intraoperatoria depende en último término de la selección

de los pacientes, de la interpretación precisa de los datos

y de las intervenciones terapéuticas adecuadas.

10.

Las pruebas científico-estadísticas señalan que el

mantenimiento de la perfusión y función de los órganos

vitales mediante la estabilización de la situación

hemodinámica en el período perioperatorio es más

importante para el pronóstico global después de una

cirugía aórtica que el tipo de anestésico elegido o la

técnica de anestesia empleada.

11.

La fisiopatología del pinzamiento y despinzamiento de la

aorta es compleja y depende de muchos factores, como

la altura a la que se realiza, la extensión de la

arteriopatía coronaria y la disfunción miocárdica, el

volumen y la distribución de la sangre, la activación del

sistema nervioso simpático y los tipos de anestésicos

y técnicas para la anestesia.

12.

El grado de insuficiencia renal preoperatoria es el factor

pronóstico más importante de la disfunción renal

postoperatoria.

13.

Recientemente se han desarrollado técnicas de cirugía

aórtica endovascular que representan una alternativa

menos cruenta a la reparación aórtica abierta

convencional. Las endofugas o la incapacidad para lograr o

mantener una exclusión completa del saco aneurismático

respecto del flujo arterial, son complicaciones específicas

de la reparación aórtica endovascular.

14.

La utilidad clínica primordial de la monitorización

cerebral durante la endarterectomía carotídea es

identificar a los pacientes que necesitan una derivación

de la arteria carótida; en segundo lugar, esta

monitorización permite identificar a los pacientes que se

podrían beneficiar de un aumento de la presión arterial

o un cambio de técnica quirúrgica.

15.

La hipotermia postoperatoria se asocia a numerosos

efectos fisiológicos indeseables y puede contribuir a una

evolución cardíaca deficiente.

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2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos