Table of Contents Table of Contents
Previous Page  1753 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 1753 / 2894 Next Page
Page Background

Anestesia para la cirugía vascular

1753

52

Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

La distribución anatómica de las lesiones ateroscleróticas se

muestra en la

figura 52-2

. Las localizaciones más frecuentes son las

arterias coronarias, la bifurcación de la carótida, la aorta abdominal

y las arterias femorales e ilíacas. Las lesiones ateroscleróticas suelen

desarrollarse cerca de puntos de ramificación arterial y en las super-

ficies externas de las curvaturas arteriales. Su desarrollo se puede

relacionar con un incremento de la tensión por cizallamiento y en

lesiones de la superficie endotelial. El aumento de las concentracio-

nes sanguíneas de colesterol se asocia a la aterosclerosi

s 11 .

Las vasta-

tinas son los fármacos hipolipidemiantes de elección para el

tratamiento y la prevención de la aterosclerosis. Su eficacia para

disminuir las concentraciones de colesterol y las complicaciones car-

diovasculares está bien establecida en ensayos clínicos a gran escala

en los que se valora la evolució

n 12-14 .

Cuando el colesterol es inferior

a 150mg/dl, los lípidos se movilizan desde las lesiones ateroscleróti-

ca

s 15 .

Los estrógenos protegen frente a la aterosclerosis, en parte

porque incrementan la concentración de HDL y reducen la de LDL.

Algunas pruebas respaldan la utilidad de los antioxidantes en la

prevención de las lesiones aterosclerótica

s 16 .

Las vitaminas C y E, los

carotenoides y el ácido fólico pueden resultar beneficiosos en este

sentido. El ácido acetilsalicílico, que ejerce acciones antiinflamatorias

y antiagregantes, resulta eficaz para prevenir los ictus y los IM.

Valoración preoperatoria

Enfermedades concomitantes

Los pacientes que van a someterse a una cirugía vascular mues-

tran una incidencia elevada de enfermedades concomitantes

como diabetes mellitus, hipertensión, trastornos de la función

renal y afecciones pulmonares que deben valorarse y, si es

posible, controlarlas antes de la cirugía (v. caps. 24 y 25). Dada

la naturaleza generalizada de la aterosclerosis, es frecuente que

los pacientes que van a someterse a cirugías vasculares padezcan

una arteriopatía en varios territorios vasculares. La arteriopatía

coronaria (AC) es la principal causa de mortalidad periopera-

toria durante la cirugía vascular y la supervivencia a largo plazo

tras los procedimientos vasculares está limitada de forma signi-

ficativa por la elevada incidencia de morbilidad cardíac

a 17 .

Menos del 10% de los pacientes que se someten a cirugía vas-

cular acude con arterias coronarias normales y más del 50%

tiene una AC avanzada o grave. El IM no diagnosticado (que se

determina por la presencia de alteraciones en el movimiento de

la pared en reposo en pacientes sin antecedentes de IM) y la

isquemia silente del miocardio (determinada por alteraciones

del movimiento de la pared inducidas por estrés o por pruebas

de provocación en ausencia de angina) son más frecuentes en

los pacientes que se someten a cirugía vascular (23% y 28%,

respectivamente) y se asocian a un incremento de la mortalidad

a largo plazo y a incidentes cardíacos adverso

s 18

. La disfunción

sistólica del ventrículo izquierdo es cinco veces más frecuente

en los pacientes con vasculopatías que en controles equipara-

bles

19 .

No está claro si alguna categoría específica de vasculopa-

tía se asocia a una probabilidad mayor de AC concomitante.

Algunos investigadores han demostrado una incidencia y una

gravedad de la AC similares en pacientes con patología aórtica,

de la extremidad inferior y carotíde

a 20

. Otros han demostrado

que los pacientes con vasculopatía en el miembro inferior tienen

más probabilidad de sufrir una AC importante y de experimen-

tar morbilidad perioperatori

a 21-23

. El tratamiento médico es la

piedra angular del tratamiento de la AC.

Figura 52-1

 Esquema de la secuencia de evolución de las lesiones ateroscleróticas desde el tipo I al IV, y de las diversas vías de progresión posibles hasta

llegar a lesiones más allá del tipo IV. En este diagrama se recogen las características histológicas principales de cada paso secuencial (tipo de lesión). Las

flechas gruesas

o

delgadas

distinguen la facilidad relativa con la que se desarrollan las lesiones en localizaciones específicas, o indican la frecuencia relativa y

la importancia de una sección de una vía.

(De Stary HC: Natural history and histological classification of atherosclerotic lesions: An update.

Arterioscler Thromb

Vasc Biol

20:1177-1178, 2000.)