DCI bajo cuidados anestésicos monitorizados (
v. cap. 68). La monito-
rización incluye la pulsioximetría, electrocardiograma de cinco deriva-
ciones y la presión sanguínea no invasiva. La profundidad de la
anestesia se monitoriza clínicamente. Uno de los principales aspectos
de la colocación de un DCI es probar el dispositivo. Probar el disposi-
tivo puede requerir una sedación profunda o anestesia general, porque
los shocks asociados con este procedimiento pueden ser muy doloro-
sos. Puede requerirse la presencia de un equipo de anestesiología para
la colocación de un DCI bajo cuidados anestésicos monitorizados.
Anestesia general
La mayoría de los pacientes que acuden para la colocación de un DCI
típicamente tienen comorbilidades tales como taquicardia ventricu-
lar, insuficiencia cardíaca congestiva con fracción de eyección menor
del 30%, arteriopatía coronaria, hipertensión pulmonar, insuficiencia
renal crónica o valvulopatía. Estos pacientes pueden ser incapaces de
estar en decúbito durante el período de tiempo prolongado necesario
para la colocación del DCI. Además, pueden requerir una estrecha
monitorización hemodinámica durante las pruebas del dispositivo.
Se debe considerar la anestesia general en estos pacientes. Cuando se
elige la anestesia general, además de una monitorización estándar,
puede añadirse una vía arterial. Se requieren electrodos externos para
el cardioversor-desfibrilador para todas las implantaciones de DCI.
Se utilizan en casos de fracaso del desfibrilador implantado. También
puede requerirse anestesia general en los pacientes con ansiedad y
nerviosismo extremo. Dado que los marcapasos y los DCI se colocan
percutáneamente, los anestesistas han de prever posibles complica-
ciones, tales como infarto de miocardio, accidente cerebrovascular,
posible lesión cardíaca (perforación/taponamiento) y neumotórax
por el acceso vascular subclavio.
Extracción de dispositivos
Como consecuencia del crecimiento continuado y de las indicacio-
nes cada vez mayores de la colocación de marcapasos y de DCI,
puede que haya que extraer los cables por disfunción mecánica,
necesidad de unos dispositivos más complejos o por infección local
o sistémica. Las extracciones de los cables son probablemente uno
de los procedimientos más problemáticos a los que se tiene que
enfrentar un electrofisiólogo cardíaco.
Las indicaciones para la extracción de cables pueden divi-
dirse en dos categorías: las relacionadas con el paciente y las rela-
cionadas con los cables. Las indicaciones relacionadas con el
paciente incluyen infección, tratamiento ineficaz (umbral de desfi-
brilación elevado), perforación, migración, embolización, induc-
ción de arritmias, trombosis venosa, dolor implacable, interacciones
del dispositivo y subida de grado del dispositiv
o 43. Las indicaciones
relacionadas con los cables incluyen las recordaciones principales,
fallo de los cables e interacciones de los cable
s 44 .La extracción de los cables se efectúa a través de fundas con
energía a cuyo través se libera la energía hasta la punta en forma de
luz láser excímero o electrocauterio. Estos sistemas queman a través
del tejido cicatricial adherente a la pared del cable en todo su curso.
La posibilidad de complicaciones que ponen en peligro la vida del
paciente, como fractura del cable, rotura venosa o miocárdica y
taponamiento, hace que la anestesia general con monitores invasivos
constituya una opción prudente para la extracción de los cables.
Cuidados postoperatorios
El cuidado postoperatorio de los pacientes con un marcapasos o un
DCI depende de varios factores que rodean la implantación del
dispositivo
(v. cap. 75).Tal como se ha mencionado anteriormente,
la mayoría de estos pacientes están muy enfermos, con comorbili-
dades significativas. No es infrecuente que los pacientes tengan
insuficiencia cardíaca congestiva con una fracción de eyección
menor del 30% como consecuencia de una mala función del ven-
trículo izquierdo. Por tanto, es obligatorio monitorizar a estos
pacientes en la unidad de cuidados postanestésicos, especialmente
si se coloca o extrae el dispositivo con anestesia general. El espectro
de los sitios de recuperación después de estos procedimientos puede
variar desde unidades posprocedimentales a la unidad de cuidados
intensivos coronarios. La mayoría de estos procedimientos se reali-
zan de modo ambulatorio; se efectúa a medida la anestesia para
asegurar una rápida recuperación después de la implantación.
Corrección de arritmias cardíacas
con tratamiento ablativo
La ablación por catéter es una opción segura y curativa en la mayoría
de las arritmias cardíacas, con unas tasas de curación del 85-98%
entre las arritmias tratadas con mayor frecuenci
a 45 .La tasa de com-
plicaciones importantes es menor del 3
% 45 .El tratamiento de ablación
cardíaca supone la liberación de energía a través de un catéter que
suele estar colocado en posición endocárdica en el corazón, lo que
destruye el tejido miocárdico que es responsable de la taquiarritmia.
Se insertan múltiples electrodos para localizar la arritmia y abolirla.
Por lo general, las porciones diagnósticas del estudio de ablación se
realizan durante el mismo procedimient
o 46 .La eficacia de la ablación
por catéter depende de una identificación exacta del sitio de origen
de la arritmia. Cuando se identifica el sitio, se posiciona el catéter
electrodo en contacto directo con el sitio de la arritmia y se libera
energía de radiofrecuencia a través del catéter para destruirlo.
La corriente que se genera por radiofrecuencia es corriente
alterna y se libera a longitudes de ciclo de 300 a 750 kHz cuando se
utiliza para la ablación por catéte
r 47 .Causa un calentamiento resis-
tivo de los tejidos en contacto con el electrodo. El grado de calen-
tamiento del tejido es inversamente proporcional al radio elevado
a la cuarta potenci
a 48 .En consecuencia, las lesiones creadas por la
energía de radiofrecuencia son pequeñas. Aunque la lesión eléctrica
puede ser un factor contribuyente, el principal mecanismo de des-
trucción tisular por corriente de radiofrecuencia es la lesión térmica.
Las lesiones agudas creadas por la corriente de radiofrecuencia
constan de una zona necrótica de coagulación central rodeada por
una zona de hemorragia e inflamació
n 49 .Las arritmias cardíacas que pueden ser tratadas con ablación
por radiofrecuencia incluyen la taquicardia supraventricular paroxís-
tica, el síndrome de Wolff-Parkinson-White, aleteo auricular, fibrila-
ción auricular y taquicardia ventricular idiopática. La mayoría de las
arritmias cardíacas que se tratan con ablación por radiofrecuencia no
ponen en peligro la vida del paciente, pero tienen un impacto signifi-
cativo sobre la calidad de vida del pacient
e 50 .Las ventajas de la abla-
ción por radiofrecuencia de las arritmias cardíacas incluyen el alivio
de los síntomas, mejora de la capacidad funcional y calidad de vida y
eliminación del medicamento antiarrítmico de por vida. El principal
inconveniente es el riesgo de complicaciones, que varía dependiendo
del tipo de procedimiento ablativo y de la pericia del cirujano.
Consideraciones anestésicas
La ablación por catéter se introdujo en la práctica clínica en 1982.
Inicialmente se efectuaba la ablación con shocks eléctricos directo
s 51 .Como consecuencia de varias ventajas sobre la corriente directa, la
ablación por radiofrecuencia ha sustituido a la ablación por corriente
directa. Estas ventajas incluyen la ausenciade estimulacióndemúsculo
esquelético y cardíaco, mínimas molestias durante la liberación de
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Anestesia por subespecialidades en el adulto
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