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aumentar la presión venosa central, tal como una presión teleespira-

toria positiva (PEEP) o la insuficiencia cardíaca. Cualquier situación

que eleve la presión intratorácica puede obstruir el drenaje venoso

cerebral. Varias situaciones frecuentes pueden ocasionar dicha obs-

trucción, incluidos tubos endotraqueales acodados o parcialmente

obstruidos, neumotórax a tensión, tos o resistencia frente al tubo

endotraqueal o atrapamiento aéreo debido a broncoespasmo. Deben

identificarse estas situaciones y remediarlas. La mayoría de los

médicos mantienen una parálisis cuidadosa durante las craneoto-

mías si no existen contraindicaciones, porque la tos súbita puede

ocasionar una herniación considerable de las estructuras cerebrales

a través de la craneotomía.

Posteriormente, el anestesista debe considerar la parte arterial

de la circulación. La atención al efecto de los fármacos y de las técnicas

anestésicas sobre el flujo sanguíneo cerebral (FSC) (v. cap. 3) es una

parte establecida de la neuroanestesia. Tal atención es relevante

porque, en general, los aumentos del FSC se asocian con incrementos

del volumen sanguíneo cerebral (VSC

) 1-3 .

La excepción notable a esta

regla se produce en el contexto de la isquemia cerebral causada por

hipotensión u oclusión vascular, cuando el VSC puede aumentar a

medida que la vasculatura cerebral se dilata en respuesta a una reduc-

ción súbita del FSC. Sin embargo, esta relación suele darse, y la aten-

ción al control del FSC es relevante en las situaciones donde los

mecanismos de compensación de volumen estén agotados o en las

que la PIC ya esté elevada. El planteamiento general es elegir anesté-

sicos y controlar los parámetros fisiológicos de forma que se eviten

elevaciones innecesarias del FSC. Los parámetros que influyen en el

FSC se enumeran en la

tabla 53-2

y se describen en el capítulo 3.

Elección de anestésicos

A menudo surge la pregunta sobre qué anestésicos son adecuados,

sobre todo en el contexto de una PIC inestable. En el capítulo 3 se

aporta de forma detallada la información relevante, por lo que aquí

sólo se exponen algunos rasgos básicos. En general, los fármacos

anestésicos intravenosos, los analgésicos y los sedantes se asocian

con reducciones paralelas del FSC y del índice metabólico cerebral

(IMC) y no presentan efectos adversos sobre la PIC. La ketamina,

administrada en dosis elevadas a pacientes con un nivel de cons-

ciencia generalmente normal antes de la anestesia, puede resultar

la excepción. Parece que, en general, la autorregulación y la sensi-

bilidad al dióxido de carbono (CO

2

) están conservadas durante la

administración de todos los fármacos intravenosos (v. cap. 3).

Por el contrario, todos los anestésicos volátiles pueden ser, en

función de las circunstancias fisiológicas y farmacológicas, vasodila-

tadores cerebrales dependientes de la dosis. El orden de potencia

vasodilatadora es aproximadamente: halotano

>>

enflurano

>

des-

flurano

>

 isoflurano

>

sevoflurano. Como se señaló en el capítulo 3,

las diferencias en el FSC entre isoflurano, desflurano y sevoflurano

pueden no ser significativas para el médico. El efecto neto sobre el

FSC de introducir un anestésico volátil dependerá de la interacción

de varios factores, incluida la concentración del anestésico, la mag-

nitud de la depresión previa del IMC, los cambios simultáneos de la

presión sanguínea asociados a las alteraciones de la autorregulación

previas o inducidas por la anestesia, y los cambios simultáneos de la

Paco

2

actuando conjuntamente con cualquier alteración de la sensi-

bilidad al CO

2

relacionada con la enfermedad.

El óxido nitroso (N

2

O) es también un vasodilatador cerebral,

cuyo efecto sobre el FSC es máximo cuando se administra como

único anestésico, mínimo cuando se administra en un marco de

opioides, propofol o benzodiazepinas, e intermedio cuando se aplica

conjuntamente con anestésicos volátiles (v. cap. 3). No obstante, la

experiencia dicta que tanto el N

2

O como los anestésicos volátiles

(estos últimos normalmente en concentraciones inferiores a la con-

centración alveolar mínima [CAM]), cuando se administran como

componentes de una técnica anestésica balanceada en combinación

con opioides, pueden utilizarse en la mayoría de los procedimientos

neuroquirúrgicos programados y en muchos de los urgentes. Las

1814

Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

Figura 53-5

 Efecto de la obstrucción del drenaje

venoso cerebral sobre la presión intracraneal

(PIC) en un paciente con un hematoma cerebral.

Se aplicó brevemente una compresión yugular

bilateral para verificar el funcionamiento de una

ventriculostomía de reciente implantación. La

respuesta de la PIC ilustra la relevancia del

mantenimiento de un drenaje venoso cerebral no

obstruido. PS, presión sanguínea.

Tabla 53-2

 Factores que influyen en el flujo sanguíneo cerebral*

Pa

o

2

Pa

co

2

Índice metabólico cerebral

Despertar/dolor

Crisis comiciales

Temperatura

Anestésicos

Presión arterial/estado de autorregulación

Agentes vasoactivos

Anestésicos

Vasopresores

Inotrópicos

Vasodilatadores

Viscosidad sanguínea

Rutas neurogénicas (intraaxial y extraaxial)

*Véase capítulo 3 para más detalles.