Table of Contents Table of Contents
Previous Page  1818 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 1818 / 2894 Next Page
Page Background

que puede ocasionar ingurgitación cerebral y un aumento de la

PIC que no se produce con las infusiones más lentas.

Algunos médicos recomiendan la administración combi-

nada de un diurético de asa (habitualmente furosemida) y uno

osmótico. La razón superficial es que el manitol establece un gra-

diente osmótico que saca el líquido del parénquima cerebral y que

la furosemida, al acelerar la excreción de agua desde el espacio

intravascular, facilita el mantenimiento de dicho gradiente. Un

segundo mecanismo puede añadir una justificación adicional para

la práctica de combinar ambos diuréticos. Las neuronas y las células

gliales, como se señaló anteriormente, parecen disponer de poten-

tes mecanismos homeostáticos para asegurar la regulación del

volumen celular. Ambos tipos celulares, que se encogen en res-

puesta a un aumento de la osmolaridad en el medio externo, recu-

peran su volumen rápidamente como consecuencia de la acu­

mulación de los llamados osmoles idiogénicos, que sirven para

minimizar el gradiente entre los medios interno y externo. Uno de

estos osmoles idiogénicos es el cloruro. Se ha demostrado en el

laboratorio que los diuréticos de asa inhiben el canal de cloruro a

través del cual debe pasar este ion, por lo que retrasan el meca-

nismo normal de restauración de volume

n 57,58

.

Los mecanismos normales reguladores de volumen de las

neuronas y de las células gliales pueden ser también relevantes en

el fenómeno del edema de rebote, que se suele atribuir al uso previo

de manitol y que se supone depende de la acumulación de manitol

en el tejido cerebral. Aunque esto puede ser parte de la explicación,

quizá el fenómeno sea en realidad un «rebote hipertónico» más que

un «rebote por manitol». Tras un período sostenido de hiperosmo-

laridad por cualquier causa, puede producirse un edema de rebote

en las neuronas y las células gliales (las cuales han acumulado

osmoles idiogénicos), en el caso de que la osmolaridad sistémica

disminuya rápidamente hacia niveles normales. Se sabe con certeza

que puede producirse edema cerebral de rebote tras un episodio

de elevación extrema de la concentración sanguínea de glucosa. La

utilización de suero salino hipertónico en lugar de manitol puede

no eliminar este fenómeno.

Anticomiciales

El principio general es que cualquier irritación aguda de la super-

ficie cortical puede desencadenar crisis comiciales; ello incluye

lesiones neurológicas agudas tales como traumatismos craneales y

HS

A 59,60

. Las incisiones corticales y la retracción de la superficie

cerebral por los retractores pueden igualmente convertirse en focos

potenciales. Dada la naturaleza benigna de la difenilhidantoína, su

aplicación sistemática en pacientes que vayan a ser sometidos a la

mayoría de las craneotomías supratentoriales, así como a quienes

hayan sufrido un traumatismo craneal significativ

o 59

o una HSA,

parece adecuada en ausencia de contraindicaciones. Suele decirse

que se debe administrar la difenilhidantoína a un ritmo inferior a

50mg/min. Sin embargo, no hay necesidad de una administración

rápida en situaciones en las que la intención sea evitar las crisis

comiciales

postoperatorias,

por lo que debe aplicarse a un ritmo

significativamente menor.

Colocación del paciente

Se deben acordar previamente la posición quirúrgica pretendida y

los soportes auxiliares necesarios. Las posiciones comúnmente

empleadas y los elementos auxiliares y soportes se enumeran en la

tabla 53-5

(v. también cap. 26).

Consideraciones generales

En todas las posiciones se debe tener en cuenta la duración pro-

longada de muchos procedimientos neuroquirúrgicos. Hay que

identificar los puntos de presión y almohadillarlos cuidadosamente.

Debe evitarse la presión y tracción sobre los nervios. Dado el alto

riesgo de complicaciones tromboembólicas en los pacientes neu-

roquirúrgicos, está indicado tomar precauciones, incluyendo

manguitos de soporte y dispositivos de compresión neumática

secuencial. Para los procedimientos craneales, casi siempre será

adecuado cierto nivel de incorporación de la cabeza (p. ej., 15 a

20 grados), con el fin de garantizar un drenaje venoso óptimo. La

excepción notable se produce al evacuar un hematoma subdural

crónico, tras lo cual los pacientes son generalmente tumbados en

horizontal para evitar su reacumulación. También suelen mante-

nerse así los pacientes tras una derivación del LCR para evitar un

colapso demasiado rápido de los ventrículos.

Decúbito supino

Esta posición se utiliza con la cabeza en posición neutra o rotada para

los accesos frontal, temporal o parietal. Las rotaciones extremas de la

cabeza pueden obstruir el drenaje venoso yugular, por lo que un

rodillo bajo el hombro puede atenuar este problema. La cabeza suele

colocarse en posición neutra para las craneotomías bifrontales y los

abordajes transesfenoidales a la hipófisis. La postura con la cabeza

elevada se consigue mejor ajustando la mesa de quirófano a una posi-

ción de tumbona (silla de césped) (en flexión, con almohadas bajo las

rodillas y ligero anti-Trendelenburg). Esta orientación, además de

favorecer el drenaje venoso cerebral, reduce la tensión en la espalda.

Semilateral

La posición semilateral, también conocida como posición de

Janetta en reconocimiento al neurocirujano que popularizó su

utilización para la descompresión microvascular del V par craneal,

se emplea para el acceso retromastoideo. Se consigue mediante una

inclinación lateral de la mesa de 10 a 20 grados combinada con un

rodillo grande bajo el hombro. De nuevo, se debe evitar una rota-

ción extrema de la cabeza como para producir compresión de la

yugular contralateral por la barbilla.

Lateral

Esta posición puede utilizarse para acceder a la parte posterior del

lóbulo parietal y a los lóbulos occipitales, así como a la zona lateral

de la fosa posterior, incluidos los tumores del ángulo pontocerebeloso

y los aneurismas de las arterias vertebrales y basilar. Es importante

utilizar un rodillo axilar para evitar lesiones del plexo braquial.

1818

Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

Tabla 53-5

 Posiciones neuroquirúrgicas habituales y soportes auxiliares

Posiciones

Supino

Lateral (banco del parque)

Semilateral (Janetta)

Prono

Sentado

Ayudas/soportes para la colocación

Soporte cefálico metálico (cabezal de Mayfield)

Cabezal radiotransparente

Cabezal en herradura

Apoyo cefálico de gomaespuma

Colchón de vacío («bolsa de guisantes»)

Marco tipo Wilson

Marco tipo Andrews («fijación posterior»)

Marco Relton-Hall (cuatro apoyos)