Table of Contents Table of Contents
Previous Page  1822 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 1822 / 2894 Next Page
Page Background

o de la hoz que engloben la mitad posterior del seno sagital

( fig. 53-10

) y de craneosinostosis, las cuales se suelen realizar en

niño

s 97,98 .

Los puntos de apoyo del marco y el gas atrapado bajo

presión también pueden provocar una EGV, aunque ha sido muy

infrecuente la aparición de casos de relevancia clínica.

Las fuentes habituales de EGV crítica son los senos venosos

cerebrales principales, sobre todo el transverso, el sigmoide y la mitad

posterior del seno sagital, todos los cuales pueden ser no colapsables

debido a sus fijaciones durales. El aire también puede penetrar a través

de venas emisarias, en especial desde la musculatura suboccipital, del

espacio diploico craneal (que puede lesionarse tanto por la craneoto-

mía como por los puntos metálicos de fijación) y de venas epidurales

cervicales. Nosotros creemos, aunque no está confirmado en ningún

estudio sistemático, que el riesgo de EGV asociado a una laminecto-

mía cervical es máximo cuando la exposición requiera la disección

del músculo suboccipital con la posibilidad de abrir las venas emisa-

rias a la atmósfera en su punto de entrada al hueso occipital. También

existen pruebas anecdótica

s 99

de que en ocasiones puede penetrar aire

a presión desde los ventrículos o el espacio subdural al sistema venoso,

quizá siguiendo la ruta normal de salida del LCR.

Detección de una embolia gaseosa venosa

Los monitores utilizados para la detección de la EGV deben pro-

porcionar: 1) un alto nivel de sensibilidad, 2) buena especificidad,

3) una respuesta rápida, 4) una medida cuantitativa del episodio de

EGV y 5) una indicación del curso de la recuperación de dicho

episodio. La combinación de Doppler precordial y monitorización

del CO

2

espirado cumple estos criterios y es el estándar asistencial

actual. La colocación de la sonda Doppler en una localización

paraesternal izquierda o derecha en el segundo a cuarto espacio

intercostal tiene un índice de detecciónmuy elevado para la embolia

gaseos

a 100

y cuando se obtiene un buen tono cardíaco, las manio­

bras para confirmar su adecuada colocación parecen innecesarias.

La ETE es más sensible a la EGV que el Doppler precordial

( fig. 53-11 ) 101

y ofrece la ventaja de identificar cortocircuitos dere-

cha-izquierda de air

e 95,102-104 .

Sin embargo, su seguridad durante la

utilización prolongada (sobre todo con una flexión cervical pronun-

ciada) aún no ha sido establecida. El análisis del nitrógeno espirado

resulta atractivo en teoría. Sin embargo, las concentraciones de

nitrógeno espirado existentes en situaciones menos graves que una

EGV catastrófica son muy pequeñas y sitúan a la instrumentación

disponible en los límites de su sensibilidad (v

. fig. 53-11 ) 105

.

En la

figura 53-12

se muestra la respuesta fisiológica y de

monitorización ante un episodio de embolia gaseosa. La

tabla 53-6

ofrece una respuesta de actuación adecuada ante tal suceso.

Catéteres cardíacos derechos

Básicamente, en todos los pacientes que vayan a someterse a procedi-

mientos de fosa posterior en posición sentada debe utilizarse un

catéter cardíaco derecho. Aunque una EGV catastrófica que compro-

meta la vida es relativamente infrecuente, un catéter que permita la

evacuación inmediata de aire intracardíaco será en ocasiones el ele-

mento clave para la reanimación. La libertad de movimientos es

mucho más amplia con las posiciones no sentadas, por lo que suele

ser adecuado, tras una valoración documentada conjunta con el ciru-

jano, omitir el catéter en el ventrículo derecho. La percepción del riesgo

de EGV asociado con el procedimiento pretendido y con la reserva

fisiológica del paciente es la variable que contribuirá a la decisión.

1822

Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

Figura 53-10

 Imágenes axial

(parte superior)

y coronal

(parte inferior

)

de RM de un meningioma parasagital. La resección de meningiomas

dependientes de la reflexión dural que cubre el seno sagital o de la

duramadre de la convexidad u hoz adyacentes comporta un riesgo

de embolia gaseosa venosa, debido a la proximidad del seno sagital

(la estructura triangular situada en el extremo superior de la cisura

interhemisférica en la

imagen inferior

).

Figura 53-11

 Sensibilidad relativa de varias técnicas de monitorización ante

la aparición de una embolia gaseosa venosa (EGV). CO

2

-TE, CO

2

teleespiratorio; ECG, electrocardiograma; ETE, ecocardiografía transesofágica;

GC, gasto cardíaco; PA, presión arterial; PAP, presión arterial pulmonar;

PVC, presión venosa central.

Tabla 53-6

 Tratamiento de los episodios de embolia gaseosa aguda

Evitar nuevas entradas de aire

Notificarlo al neurocirujano (inundar o sellar el campo quirúrgico)

Compresión yugular

Descender el nivel de la cabeza

Tratar el aire intravascular

Aspirarlo a través de un catéter cardíaco derecho

Interrumpir el N

2

O

F

io

2

: 1,0

Vasopresores/inotrópicos

Compresión torácica