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venoso sistémico producida por la repentina aplicación de una PEEP

elevada puede ser desaconsejable si existe una disfunción cardiovas-

cular ya producida por el episodio de EGV.

Se ha recomendado colocar a los pacientes que sufran una

EGV significativa en posición lateral con el lado derecho hacia arriba.

El fundamento es que el aire permanecerá en la aurícula derecha,

donde no contribuirá al atrapamiento aéreo en el ventrículo derecho

y donde seguirá siendo susceptible de recuperarse a través de un

catéter auricular derecho. La primera dificultad es la total imposibi-

lidad de recolocación del paciente situado dentro de un soporte

cefálico de pinchos metálicos. Además, el único intento sistemático

para evaluar la eficacia de esta maniobra, aunque realizado en perros,

no logró identificar ningún beneficio hemodinámic

o 124

.

Óxido nitroso.

El N

2

O se difundirá en las burbujas aéreas

atrapadas en el árbol vascular; dicho gas debe ser eliminado tras un

episodio de EGV clínica para no agravar el impacto cardiovascular.

Como se señaló anteriormente, el fenómeno de la EGP añade una

razón adicional para eliminar el N

2

O

después

de haberse producido

una EGV. Cuando se produce una EGV grave, con independencia de

cómo se haya manipulado el gradiente PAD-PAI antes del episodio,

la PAD se elevará abruptamente respecto a la PA

I 125

y una EGV grave

originará un aumento agudo del riesgo de EGP en los pacientes con

un agujero oval permeabl

e 104

. ¿Debería descartarse por completo el

N

2

O en los pacientes con riesgo de EGV? Algunos médicos deciden

que evitarlo es sencillamente la «ley del mínimo esfuerzo» y así

eluden preocuparse sobre las consideraciones que crea. Sin embargo,

el N

2

O se puede utilizar sabiendo que ni aumenta la incidencia de

EG

V 126

ni agrava la respuesta hemodinámica a la EGV, siempre que

se elimine cuando se produce la EG

V 127

.

Monitorización

Las técnicas de monitorización neurológica se exponen en el capí-

tulo 36. La monitorización invasiva frecuentemente resulta ade-

cuada en neurocirugía. Algunas de las indicaciones para utilizar un

catéter arterial se enumeran en la

tabla 53-7 .

Los pacientes con una PIC elevada pueden no tolerar la

congestión vascular asociada con la hipertensión repentina que se

produce como consecuencia de una anestesia superficial. El alivio

quirúrgico de una PIC elevada puede asociarse a una hipotensión

repentina cuando se libera la compresión del tronco del encéfalo.

La monitorización de la presión arterial latido a latido también sirve como un reflejo significativo de la profundidad de la anestesia y

como un sistema de aviso precoz de lesión neurológica. Gran parte

del encéfalo es insensible. Por consiguiente, la fase intracraneal de

muchos procedimientos neuroquirúrgicos no es muy estimulante y

suele ser necesaria una anestesia superficial para lograr la estabili-

dad circulatoria. Debe prestarse atención constante a la posibilidad

de un despertar repentino (con mayor frecuencia asociado a la

tracción o irritación de un nervio craneal), sobre todo cuando se

evita la parálisis mediante la utilización de registros electromio-

gráficos de los músculos faciales para monitorizar la integridad del

nervio craneal. Las respuestas de la presión arterial pueden revelar

un despertar inminente. También pueden servir para avisar al ciru-

jano de una irritación, tracción o compresión excesivas o inadver-

tidas del tejido neural. Estos problemas ocurren más a menudo con

procedimientos de fosa posterior que afecten al tronco del encéfalo

o a los nervios craneales, y es necesario comunicar de inmediato al

cirujano los cambios abruptos que se produzcan.

La utilización de catéteres cardíacos derechos para la extrac-

ción de aire se expone en la sección sobre embolia gaseosa venosa.

Por consiguiente, la pérdida sanguínea prevista y el flujo de líqui-

dos (incluida la utilización intensiva de manitol), así como la eva-

luación de la reserva fisiológica del paciente, deberían determinar

la necesidad de catéteres de PVC o de arteria pulmonar. La utiliza-

ción del Doppler precordial también se describe en la sección sobre

embolia gaseosa venosa.

Utilización de líquidos intravenosos

Los principios generales de la utilización de líquidos (v. cap. 44)

para la anestesia neuroquirúrgica son: 1) mantenimiento de nor-

movolemia y 2) evitar la reducción de la osmolaridad sérica. El

primer principio se deriva de un concepto expuesto en la sección

sobre control de la presión arterial, según el cual, en general lo

mejor es mantener una PAM normal en los pacientes que van a ser

sometidos a la mayoría de procedimientos neuroquirúrgicos y a

cuidados intensivos neuroquirúrgicos. El mantenimiento de la

normovolemia es simplemente un elemento de la conservación de

una PAM normal. El segundo principio deriva de la repetida obser-

vación de que la disminución de la osmolaridad sérica provoca

edema del parénquima cerebral tanto normal como anómal

o 128 .

La

administración de líquidos que aporten agua libre (es decir, sueros

que no contengan suficientes solutos carentes de glucosa para que

sean isoosmolares respecto a la sangre) reducirá la osmolaridad

sérica si la cantidad de agua libre administrada supera a la reque-

rida para mantener la pérdida continua de agua libre.

El suero salino normal y una solución de Ringer lactato son los

líquidos que con mayor frecuencia se utilizan intraoperatoriamente.

Con 308mOsm/l, el suero salino fisiológico es ligeramente hiperos-

molar respecto al plasma (295mOsm/l). Presenta la desventaja de que

Anestesia neuroquirúrgica

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53

Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

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Tabla 53-7

 Indicaciones relativas para la monitorización de la presión

intraarterial

PIC elevada

Isquemia o isquemia incipiente del tejido neural

HSA reciente

Traumatismo craneal reciente

Lesión reciente de la médula espinal

Intención o posibilidad de oclusión vascular temporal

Inestabilidad circulatoria

Traumatismos

Lesión de la médula espinal (shock medular)

Posición sentada

Posible coma barbitúrico

Posibilidad de hipotensión inducida

Posibilidad de hipertensión inducida

Previsión o posibilidad de hemorragia intensa

Oclusión de un aneurisma con clips

Malformaciones arteriovenosas

Tumores vasculares

Tumores que afecten a los senos venosos principales

Reconstrucción craneofacial

Procedimientos extensos de craneosinostosis

Previsión de una anestesia superficial sin parálisis

Manipulación/compresión/disección del tronco del encéfalo

Previsión de manipulación de nervios craneales (sobre todo del NC V)

Ventajas para los cuidados intensivos postoperatorios

Tratamiento hipervolémico

Traumatismos craneales

Diabetes insípida

Cardiopatía incidental

HAS, hemorragia subaracnoidea; NC, nervio craneal; PIC, presión intracraneal.