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técnica CEE permite el uso de dosis menores de anestésico local

espinal, y por tanto reduce la incidencia de bloqueo espinal alto

y de hipotensió

n 193 .

Los problemas potenciales que puede presen-

tar la técnica CEE en un parto por cesárea son la incapacidad de

probar el catéter, la posibilidad de fracasar en la inserción del

catéter epidural tras la inyección espinal y el riesgo de aumentar

la extensión del fármaco espinal previamente inyectado tras el

uso del catéter epidura

l 194 .

Sin embargo, un estudio reciente no

ha encontrado diferencias en la extensión del bloque

o 195

. Una

descripción detallada de la técnica CEE puede encontrarse en la

sección de este capítulo sobre analgesia en el parto. Además, se

remite al lector a una revisión amplia de Rawal y cols. sobre el

tem

a 196

.

Anestesia espinal continua

La anestesia espinal continua tiene muchas potenciales ventajas

sobre la técnica espinal de punción única o la epidural. La técnica

clásica requiere el uso de agujas epidurales de gran calibre; las

técnicas más actuales utilizan microcatéteres de calibre 32 que se

insertan a través de una aguja espinal de calibre 26

G 197 .

La técnica

ganó rápidamente popularidad a pesar de las dificultades técnicas

pero, como ya se ha comentado, fue abandonada tras la retirada de

estos catéteres por la FDA. Las ventajas de la anestesia espinal

siguen existiendo, y los macrocatéteres (p. ej., colocar un catéter

epidural intratecal) pueden utilizarse en parturientas de alto riesgo.

Para realizar una anestesia espinal continua, el anestesiólogo

perfora la duramadre con una aguja de epidural y luego inserta el

catéter epidural 3-4 cm en el espacio intratecal. La localización

del catéter se puede probar con la aspiraciónde LCR. Como se utiliza

un catéter, se pueden emplear dosis más pequeñas con incrementos

paulatinos. Esta forma de administración es especialmente venta-

josa en pacientes de alto riesgo, como las que tienen patología

cardíaca, patología respiratoria, obesidad mórbida y enfermedad

neuromuscular. Para reducir el riesgo de cefalea tras el uso de esta

técnica, la aguja epidural debería estar rotada de manera que sea

paralela a las fibras de la duramadre en el momento de la punción.

Además, para reducir aún más el riesgo de cefalea se han propuesto

determinadas medidas, como dejar el catéter epidural in situ más

de 12 horas e inyectar un bolo de suero salino antes de retirar el

catéte

r 198 .

Anestesia general

A pesar de que el uso de la anestesia general para los partos por

cesárea ha descendido enormemente en las últimas décadas,

todavía es necesaria para el control de diferentes situaciones, como

hemorragia materna, coagulopatía franca, compromiso vital del

feto, o casos en los que la paciente rechaza la anestesia regional. Un

estudio reciente ha mostrado que la mortalidad anestésica materna

asociada con la anestesia regional ha disminuido, pero que el

número de muertes asociadas a la anestesia general se mantiene

relativamente constante. Por tanto, el riesgo relativo de muerte

durante la anestesia general se ha incrementado en más de 16 veces

la mortalidad de la anestesia regiona

l 199 .

La anestesia general tiene

las ventajas de la rapidez de la inducción, el control de la vía res-

piratoria y una mejor hemodinámica. La frecuencia con que se

utiliza la anestesia general depende de muchos factores, entre los

que podemos mencionar el número de pacientes que reciben anal-

gesia epidural en el parto, el porcentaje de parturientas de alto

riesgo y la pericia del anestesiólogo. Aunque no existen contrain-

dicaciones absolutas para la anestesia general, en algunas situacio-

nes, como la hipertermia maligna o una paciente con una vía aérea

difícil, puede ser necesario modificar la técnica anestésica. Los

problemas potenciales asociados con la cesárea bajo anestesia

general son intubación fallida, aspiración pulmonar del contenido

gástrico, depresión neonatal y despertar intraoperatorio materno.

La técnica para la realización de una anestesia general se resume

en el

cuadro 59-1 .

Aunque esta receta de «libro de cocina» incluye

lo básico, es esencial que cada anestesiólogo que trabaje en el pari-

torio esté familiarizado con el algoritmo para el manejo de una

intubación fallida, como se ilustra en la

figura 59-11 .

Intubación endotraqueal fallida

Un estudio realizado en Estados Unidos entre 1979 y 1990 sobre

mortalidad anestésica mostró que la mortalidad relacionada con

Anestesia en obstetricia

1987

59

Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

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 1. Administrar un antiácido no particulado. En pacientes con

alto riesgo de aspiración o de intubación fallida se deberían

considerar otros fármacos, como la metoclopramida o un

antagonista H2.

 2. Monitorización básica de rutina, electrocardiografía,

pulsioximetría y capnografía. Es necesario comprobar que

la aspiración funciona correctamente y que el equipo de

intubación difícil está disponible.

 3. Colocar a la paciente de manera que permita un

desplazamiento del útero hacia la izquierda y se obtenga

una posición optima de la vía aérea.

 4. Desnitrogenar con un flujo alto de oxígeno durante

3-5min o 4 capacidades vitales.

 5. Una vez que se han colocado los paños y que el cirujano

está preparado, se debe iniciar una inducción de

secuencia rápida con tiopental 4-5mg/kg y suxametonio

1-1,5mg/kg. Es necesario aplicar la presión cricoidea

hasta que se verifique que el tubo endotraqueal está

correctamente insertado y el manguito inflado. En crisis

hipotensivas, el tiopental debe ser sustituido por

ketamina 1-1,5mg/kg. No es necesario administrar una

dosis desfasciculante de relajante muscular.

 6. Ventilar con oxígeno al 50% y óxido nitroso al 50% y con

un anestésico inhalatorio si fuera necesario. Mantener la

normocapnia y utilizar relajación muscular a demanda,

tanto con relajantes musculares no despolarizantes como

con infusión de suxametonio.

 7. Tras el nacimiento, aumentar el óxido nitroso hasta el

70%, suspender o reducir el anestésico inhalatorio y

administrar un opioide y una benzodiazepina. Añadir

oxitocina a los fluidos intravenosos.

 8. Insertar una sonda orogástrica antes de terminar la

cirugía.

 9. Revertir el bloqueo neuromuscular si fuera necesario al

finalizar la cirugía.

10. Extubar cuando la paciente se encuentre despierta,

cuando la anestesia esté adecuadamente revertida,

y cuando la paciente responda a órdenes.

Cuadro 59-1

 Técnica de anestesia general recomendada para una cesárea