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suele ser diagnóstic

a 115 .

Por el contrario, otros autores defienden la

importancia de la dosis de prueba para mejorar la detección de la

inserción intratecal o intravascular del catéter epidural, debido a

que la aspiración por el catéter no siempre es predictiva (en espe-

cial cuando se utilizan catéteres epidurales con un solo orificio

) 116 .

Parte de la controversia que rodea a la dosis de prueba de los caté-

teres epidurales tiene que ver con el uso de la adrenalina. Se ha

demostrado que la adrenalina produce un aumento significativo de

la frecuencia cardíaca en voluntarios y pacientes quirúrgicos

cuando el catéter ha sido colocado intravascularment

e 117 .

Por otra

parte, en una parturienta, la variabilidad de la frecuencia cardíaca

materna como consecuencia del dolor de las contracciones uterinas

puede confundir la interpretación de la respuesta taquicardizante,

y la adrenalina intravenosa es capaz de producir efectos deletéreos

en el flujo sanguíneo uterin

o 118 .

Para mejorar la fiabilidad de la

adrenalina se debe inyectar la dosis entre contracciones y repetirla

en el caso de que la respuesta sea equívoca. Sin embargo, la falta de

sensibilidad y especificidad de la dosis de prueba hace que se cues-

tione su utilidad como herramienta diagnóstica. Leighton y cols.

han descrito un método alternativo para probar un catéter epidural

para una colocación intravascular. Estos autores proponen la inyec-

ción de 1-2ml de aire a través del catéter epidural mientras se

realiza una exploración precordial materna con un monitor

Doppler externo que evidencie la presencia de aire

119 .

Si se admi-

nistra una infusión continua de anestésicos locales y la paciente

permanece analgesiada sin bloqueo motor significa que el catéter

se ha colocado correctamente. En cambio, si el catéter estuviese

intravascular, después de varias horas la paciente presentaría una

analgesia inadecuada, y si estuviese intratecal la paciente tendría

un intenso bloqueo motor. Las infusiones ultradiluidas de anesté-

sicos locales no conllevan un serio riesgo, pero no ocurre lo mismo

con los anestésicos locales concentrados que se utilizan para partos

por cesárea. Algunos autores sugieren que la dosis de prueba es

esencial para cualquier parturienta que reciba anestesia epidural

(frente a analgesia epidural

) 116 .

Independientemente de la técnica

que se utilice, la práctica segura para administrar una analgesia

epidural en el parto recomienda la aspiración inicial por el catéter,

inyecciones progresivas y monitorización continua para detectar

una posible evidencia de toxicidad por anestésicos locales.

Analgesia espinal

Una inyección subaracnoidea única de anestésicos locales o de

opioides proporciona una analgesia eficaz y de inicio rápido en el

trabajo de parto (v. cap. 41). Es especialmente útil muy al comienzo

del parto, en pacientes muy agitadas, para facilitar la realización de

la técnica epidural bajo condiciones más controladas. La inyección

única espinal puede utilizarse también para un parto instrumen-

tado en pacientes que no son portadoras de catéteres epidurales.

A pesar de que se ha utilizado de forma rutinaria en algunos hospi­

tales como analgesia en el parto, esta técnica no proporciona la

flexibilidad del catéter epidural. En caso de punción dural acciden-

tal o en parturientas de muy alto riesgo se puede considerar el uso

de la analgesia espinal continua con un «macrocatéter»; propor-

ciona una analgesia excelente y la garantía de un catéter espinal.

Esta práctica puede también reducir la incidencia de cefalea pos-

punción dural (CPPD), que aparece tras la punción accidental de

la duramadre con una aguja epidura

l 120 .

Es obligatorio informar a

todo el personal sanitario relacionado con una parturienta de que

ésta es portadora de un catéter espinal para evitar sobredosis acci-

dental con anestésicos locales. A finales de la década de 1980 se

introdujeron en la práctica clínica catéteres espinales de pequeño

calibre («micro») que rápidamente ganaron popularidad por sus

ventajas, la rapidez de inserción y por el descenso potencial de las

CPPD. Sin embargo, tras la publicación de casos de síndromes de

cola de caballo asociados al uso de estos catéteres durante una

cesárea, la Food and Drug Administration (FDA) decidió retirar

estos microcatéteres de la práctica clínica. Se han propuesto varias

explicaciones a la aparición del síndrome de cola de caballo, como

la utilización de mezclas inadecuadas de anestésicos locales en el

espacio intratecal o el uso de altas concentraciones de anestésicos

locales potencialmente neurotóxicos (lidocaína 5%) que pueden

producir daño neurológic

o 121,122 .

Todavía está enmarcha un reciente

trabajo de revisión del uso de microcatéteres durante el parto, y

puede proporcionar la evidencia de seguridad necesaria para per-

mitir su reintroducción en la práctica clínic

a 123 .

Analgesia combinada espinal-epidural

En la práctica obstétrica se utiliza de manera generalizada la técnica

combinada espinal-epidural (CEE) para proporcionar una analge-

sia óptima a las parturientas (v. cap. 41). Esta técnica ofrece una

analgesia de inicio rápido con un riesgo mínimo de toxicidad o de

bloqueo motor intenso. Además, tiene la ventaja de que se puede

prolongar la analgesia tanto como sea necesario, usando el catéter

epidural. Por otra parte, si fuera necesario realizar un parto instru-

mentado, puede utilizarse ese mismo catéter para proporcionar

anestesia quirúrgica. El inicio de la analgesia espinal es casi inme-

diato y su duración se extiende entre 2 y 3 horas, dependiendo del

agente o agentes que se utilicen. Sin embargo, se ha observado que

la duración de la analgesia espinal es menor cuando se administra

a una paciente con un parto avanzado, en comparación con su

administración al comienzo del parto

124 .

Las pacientes pueden

quedar más satisfechas con la CEE que con la epidural estándar,

quizá debido a la sensación de autocontrol

125 .

La descripción ori-

ginal de la analgesia espinal en el parto se hizo con sufentanilo o

fentanil

o 126 ,

pero con la combinación de bupivacaína isobárica al

opioide se produce un bloqueo sensitivo más profundo y a la vez

también se minimiza el bloqueo moto

r 127

. Al principio se propu-

sieron dosis de 25

m

g de fentanilo o 10

m

g de sufentanilo, pero en

los estudios más recientes se sugiere utilizar dosis menores de

opioides combinados con anestésicos locale

s 128 .

Por ejemplo,

muchos clínicos están utilizando de forma rutinaria 5

m

g de sufen-

tanilo o 15

m

g de fentanilo intratecal. Estudios recientes consideran

que la ropivacaína y la levobupivacaína pueden sustituir a la bupi-

vacaína intratecal para analgesia en el part

o 129,130 .

La técnica CEE también ha posibilitado la deambulación de

pacientes que reciben analgesia neuroaxial. Debido al mínimo

bloqueo motor que produce esta técnica, se la denomina «epidural

ambulante». Sin embargo, este término es impreciso, ya que muchas

técnicas neuroaxiales permiten la deambulación durante el parto, y

muchas mujeres que reciben CEE en realidad no caminan nunca.

Además de la ventaja del rápido inicio de la analgesia, la técnica CEE

puede reducir la incidencia de algunos problemas potencialmente

asociados a la técnica epidural convencional, como el bloqueo par-

cheado, el bloqueo motor o la impregnación sacra insuficiente. Otra

ventaja potencial de la técnica CEE es que la evidencia precoz sugiere

que puede asociarse con una duración significativamente reducida

del primer estadio del parto en parturientas primípara

s 131,132 .

Se pueden utilizar muchos métodos para realizar un bloqueo

CEE: 1) la inserción del catéter epidural seguido de la punción

espinal en el espacio inferior, 2) la inserción de la aguja epidural

en el mismo interespacio que la espinal utilizando agujas especial-

mente diseñadas para ello y 3) el que más se utiliza, la técnica de

«aguja a través de aguja», que consiste en la identificación del

espacio epidural y la inserción de una larga y fina aguja espinal

atraumática (punta de lápiz) a través de la aguja epidural, hasta que

la punta de la aguja espinal perfora la duramadre, tal como se

muestra en la

figura 59-9 .

La salida espontánea de líquido cefalo-

rraquídeo (LCR) confirma la correcta colocación de la aguja; es

entonces cuando se inyecta el opioide, solo o con anestésico local.

Tras la inyección espinal, se retira la aguja y se inserta el catéter

1982

Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV