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cesárea está basada en variables no controladas y condicionadas

por factores de confusión. De hecho, las mujeres con un parto

anómalo pueden tener más dolor del esperado al comienzo del

mismo, por lo que pueden demandar analgesia epidural para un

parto que ya es disfuncional, con un alto riesgo de acabar en

cesárea. Se han realizado estudios prospectivos aleatorizados para

evaluar la controversia entre epidural y cesárea; a pesar de que en

los primeros estudios se observó una asociación entre ambas, los

trabajos más recientes han demostrado que no existen diferencias

significativas entre los grupos en la incidencia del parto por

cesáre

a 66

. Además, a pesar de las limitaciones metodológicas, una

serie de trabajos sobre eventos centinelas han evaluado el impacto

de la introducción de la analgesia epidural en una unidad de partos

estable, y no han podido demostrar que se produjera un cambio en

la incidencia de cesáreas después de iniciar una analgesia epidu-

ra

l 67

. Un meta-análisis sobre estos estudios de eventos centinelas

publicado recientemente, que incluía a más de 37.000 parturientas,

demostró que la introducción y el uso amplio de la técnica epidural

no tiene efecto sobre la incidencia total de los partos por cesárea o

sobre la frecuencia de cesáreas practicadas por distocia

s 68 .

Anestesia en el parto vaginal

espontáneo

Antes de decidir la opción analgésica para una parturienta, es

importante entender el mecanismo y las vías del dolor durante el

trabajo de parto, de manera que se pueda utilizar la técnica anal-

gésica más apropiada para el parto.

La percepción del dolor que tiene una embarazada constituye

un proceso dinámico que comprende tanto mecanismos periféricos

como centrales. Muchos factores influyen en el grado de dolor que

experimenta una parturienta durante el trabajo de parto, incluidos

la preparación psicológica, el soporte emocional durante el parto,

sus experiencias anteriores, las expectativas de la paciente ante el

nacimiento y la inducción del parto con oxitocina. Una presentación

anómala (p. ej., una occipital-posterior) puede hacer que el dolor en

las primeras fases del parto sea más intenso. Sin embargo, no existe

la menor duda de que, para la mayoría de las mujeres, dar a luz a

un hijo está asociado con un dolor muy intenso, que por lo general

supera todas las expectativa

s 69 .

De hecho, como demostró el cues-

tionario McGill sobre el dolor, el dolor del parto es uno de los

dolores más intensos que una mujer puede experimentar, normal-

mente peor que un dolor dental, una lumbalgia o un dolor asociado

con una laceración profunda

( fig. 59-5

). Un estudio sobre mujeres

en las primeras fases del parto reveló que el 60% de las primíparas

describieron el dolor de las contracciones uterinas como «insopor-

table, intolerable, extremadamente intenso o incluso atroz

» 70 .

Durante el primer estadio del parto, los impulsos dolorosos

provienen sobre todo del útero. Las contracciones uterinas pueden

inducir isquemia miometrial, que finalmente produce la liberación

de bradicininas, histamina y serotonina. Además, el estiramiento y la

distensión del segmento uterino inferior y del cuello pueden estimu-

lar los mecanorreceptores. Estos impulsos dolorosos se transmiten

por las fibras nerviosas sensitivas que acompañan a las terminaciones

nerviosas simpáticas; progresan a través de la región paracervical y

el plexo hipogástrico hasta que entran en la cadena simpática

lumba

r 71 .

Estos estímulos entran en la médula espinal en los segmen-

tos T10, T11, T12 y L1. Las parturientas describen este dolor como

sordo y mal localizado. Cuando se establece el segundo estadio del

parto y el estiramiento del periné, fibras nerviosas somáticas aferen-

tes transmiten los impulsos dolorosos a través del nervio pudendo

hacia la médula espinal en los niveles S2, S3 y S4

( figs. 59-6 y 59-7 )

.

Analgesia en la dilatación

y el parto vaginal

Disponemos de una gran variedad de opciones analgésicas, entre

las que se pueden incluir psicoprofilaxis, neuroestimulación eléc-

trica transcutánea (TENS), medicación sistémica, técnicas inhala-

torias y bloqueos neuroaxiales. Además de éstas existen otras

técnicas regionales, como los bloqueos caudales o paracervicales,

que se utilizan de forma excepcional.

Psicoprofilaxis

El «parto natural» es un término que se atribuye a Grantley Dick-

Read, quien lo utilizó en 1933; este autor pensaba que el parto era

un proceso indoloro que no requería de intervención médica si la

madre estaba adecuadamente preparad

a 72 .

Los métodos de Pavlov

utilizados en Rusia para el parto fueron adaptados por el obstetra

francés Fernand Lamaze a finales de la década de 1950, y fue enton-

ces cuando se popularizó el «parto natural» como una opción para

las embarazadas. Este método se basa en enseñar a la madre reflejos

condicionados para superar el dolor y el miedo al parto. También

utiliza un programa de educación, apoyo humano durante el parto,

técnicas respiratorias, técnicas de relajación de la musculatura

Anestesia en obstetricia

1977

59

Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

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Figura 59-5

 Cuestionario McGill sobre el dolor, donde se compara el grado

de dolor de mujeres de parto con el de pacientes de la clínica del dolor y de

urgencias en un hospital general asociado a 20 patologías. (

Reproducida de

Melzack R: The myth of painless childbirth. The John J. Bonica Lecture

. Pain

19:321-337, 1984

.)