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un mayor efecto vasoconstrictor selectivo en el territorio mesenté-

rico que en la vascularización uteroplacentari

a 50 .

La vasoconstric-

ción del territorio mesentérico aumenta la precarga cardíaca, lo que

mejora la perfusión uteroplacentari

a 51 .

Transferencia placentaria

de fármacos anestésicos

Muchos de los fármacos que se administran a una mujer embara-

zada atraviesan la placenta y pueden tener efectos impredecibles

en el feto. Los fármacos que habitualmente se utilizan tienen efectos

farmacológicos directos e indirectos en el entorno uterino. Tras la

administración de un medicamento a la madre, una cierta cantidad

del mismo atravesará la placenta y pasará a la circulación fetal. Los

fármacos atraviesan la placenta a través de tres mecanismos fun-

damentales: difusión simple, transporte activo o pinocitosis. La

transferencia placentaria de un medicamento depende de numero-

sos factores, incluidos peso molecular, unión a proteínas, grado de

liposolubilidad, concentración materna del fármaco, y el pH

materno y fetal. El principio de Fick rige la tasa de transferencia de

un fármaco a través de una membrana, y se expresa:

Q/t = ​  K × A × (C

m

− C

f

)  ________________ 

D

donde Q/t es la velocidad de difusión; K, el coeficiente de difusión;

A, la superficie de membrana disponible para el intercambio;

C

m

–C

f

, el gradiente de concentración entre la circulación materna

y fetal, y D, el grosor de la membrana.

Las moléculas más grandes pasan con dificultad a través de

la placenta, pero las que tienen pesos moleculares por debajo de

500 daltons la atraviesan fácilmente. La mayoría de los medicamen-

tos que se administran a la embarazada durante el parto poseen un

peso molecular bajo; por tanto, se transfieren al feto con facilidad.

Los fármacos muy liposolubles atraviesan rápidamente la placenta.

Las sustancias muy ionizadas y con poca liposolubilidad (p. ej., los

relajantes musculares no despolarizantes) tienen una transferencia

placentaria muy limitada.

Una vez que el medicamento atraviesa la placenta, la dispo-

nibilidad del mismo depende del pH fetal y de su unión a proteí-

na

s 52 .

El grado de ionización afecta de forma considerable a la

transferencia de fármacos, ya que sólo las porciones no ionizadas

pueden atravesar la placenta.

El grado de ionización de una sustancia se determina

mediante la ecuación de Henderson-Hasselbalch:

pH = pK

a

+ log​ [base] _______

[ácido]

 ​

donde pK

a

es el logaritmo negativo de la constante de disociación

del ácido. El pK

a

de un fármaco es el pH en el que la fracción ioni-

zada y la no ionizada son ambas del 50%. La mayoría de los valores

de pK

a

de los anestésicos locales se encuentran entre 7,7 y 9,1, muy

cercanos al pHfisiológico. Los cambios en el pH sanguíneomaterno

o fetal pueden alterar la ionización de un fármaco, y por tanto su

transferencia placentaria. En un feto con acidosis puede producirse

un fenómeno denominado «atrapamiento iónico». Este fenómeno

se debe a que el pH fetal, al ser más ácido, favorece la ionización

de los anestésicos locales básicos (como la lidocaína) y puede expli-

car la acumulación de fármacos en un feto comprometid

o 53 .

Debido a sus características únicas, la circulación fetal puede

tener un gran impacto en la distribución de medicamentos en el feto.

Una vez que los fármacos atraviesan la placenta, entran en la circu-

lación fetal a través de las venas umbilicales. El hígado es el primer

órgano fetal perfundido por la sangre venosa umbilical, y se ha

descrito una captación hepática sustancial de muchos medicamen-

tos. Sin embargo, casi el 40% de la sangre venosa umbilical no atra-

viesa el hígad

o 54 .

La captación hepática de fármacos por parte del

feto puede protegerlo de los efectos deletéreos que ciertos medica-

mentos tienen sobre el sistema nervioso centra

l 55 .

La dilución de la

sangre venosa umbilical a través del foramen oval y del ductus arte-

riosus puede también modificar la distribución fetal de fármacos.

Evaluación del feto

El bienestar fetal es lo más importante, tanto para el obstetra como

para el anestesiólogo, y debería ser constatado en la evaluación

preanestésica de la parturienta. El conocimiento de los métodos

actualmente disponibles para hacer una evaluación del bienestar

fetal mejora la comunicación con el resto del personal del paritorio,

sobre todo cuando surgen situaciones de emergencia.

La monitorización electrónica de la frecuencia cardíaca fetal

(FCF) se desarrolló en la década de 1960; permite hacer una moni-

torización continua durante el parto en un registro de pape

l 56 .

En

los países desarrollados, la monitorización continua de la FCF se

utiliza hoy día de forma rutinaria durante el parto en la mayoría

de las mujeres. La FCF puede ser monitorizada externamente con

transductores de ultrasonidos de superficie o internamente con un

electrodo en el cuero cabelludo fetal. La FCF normal oscila entre

120 y 160 latidos/min. Como consecuencia de los efectos opuestos

del simpático y el parasimpático sobre el marcapasos auricular

existe una variabilidad de 5 a 25 latidos/min. Se puede observar una

reducción de la variabilidad durante las fases quiescentes del ciclo

de actividad fetal (correspondientes al sueño) o puede ser farma-

cológicamente inducida por medicamentos administrados a la

madre (p. ej., meperidina). También hay variabilidad reducida

durante la hipoxia y la acidosis fetal.

Las desaceleraciones de la FCF se clasifican en función del

momento de su inicio en relación con las contracciones uterinas.

Si se producen en ausencia de contracciones, son casi siempre

patológicas. Las desaceleraciones precoces (tipo I) son como imá-

genes especulares de las contracciones uterinas medidas con un

tocógrafo (interno o externo) y, por lo general, están relacionadas

con descargas vagales que se producen como respuesta a la com-

presión de la cabeza fetal. Las desaceleraciones variables difieren

tanto en la morfología como en el momento de su inicio en relación

con las contracciones uterinas. Estas desaceleraciones suelen

mostrar abruptos ascensos y caídas de la FCF y están producidas

por la compresión del cordón umbilical. Las desaceleraciones

tardías (tipo II) se producen después del pico de la contracción

uterina y son indicativas de compromiso fetal. Para evaluar la situa-

ción del feto durante el parto se pueden combinar los patrones de

FCF con el muestreo de sangre del cuero cabelludo fetal para deter-

minar su pH. Hay que tener en cuenta que no existe una correlación

exacta entre la gravedad de la hipoxia fetal y la profundidad de las

desaceleraciones de la FC

F 57 .

De hecho, a pesar de que casi siempre

se utiliza la monitorización fetal, se ha sugerido que el único bene-

ficio clínicamente significativo de la monitorización continua de la

FCF es la reducción de las convulsiones neonatales frente a un

aumento en la tasa de partos instrumentados y cesárea

s 58

. Un

aumento de la FCF puede también indicar asfixia fetal, pero puede

deberse a fiebre materna o a los efectos de algún fármaco.

La pulsioximetría fetal es una incorporación reciente a las

técnicas disponibles para monitorizar al feto y todavía está en

estudio. Se introduce un transductor a través del cuello uterino,

para colocarlo entre la mejilla fetal y la pared uterina. A día de hoy,

los investigadores han obtenido un amplio rango de valores de

Anestesia en obstetricia

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Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

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