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aumento, acompañado del efecto dilucional de la expansión del

volumen plasmático, explica el descenso de la creatinina plasmática

y de la urea. Es decir, los índices renales «normales» durante el

embarazo son menores que los valores en pacientes no embaraza-

das. Por tanto, los niveles sanguíneos de urea, nitrógeno y creati-

nina que podrían considerarse elevados en el límite superior en el

caso de pacientes no embarazadas, suelen ser indicativos de lesión

renal grave en parturientas. El incremento del FG precede general-

mente a la expansión del volumen sanguíneo, y se le considera un

marcador de la vasodilatación inducida por el embaraz

o 27

. La glu-

cosuria es un hallazgo frecuente que se atribuye al aumento del FG

y a la reducción de la capacidad de reabsorción del túbulo renal.

Sistema nervioso central

Las mujeres embarazadas tienen una sensibilidad aumentada a la

anestesia regional y a la anestesia general. Desde el comienzo de la

gestación, cuando se administra anestesia neuroaxial, las embara-

zadas requieren menos anestésicos locales que las mujeres no ges-

tantes para alcanzar un determinado nivel sensorial o dermatoma.

Las concentraciones alveolares mínimas de halotano e isoflurano

se reducen un 25 y un 40% respectivamente durante el embaraz

o 28 .

El mecanismo subyacente a la disminución de los requerimientos

anestésicos se conoce poco. Además, la reducción de las necesida-

des de anestésicas locales precede al efecto mecánico del útero

grávid

o 29 .

En estudios con animales, la administración crónica de

progesterona ha reducido las necesidades anestésica

s 30 .

Asimismo,

se ha constatado que las concentraciones de endorfinas y dinorfi-

nas que se encuentran elevadas en ratas preñadas pueden relacio-

narse con la alteración del umbral del dolo

r 31,32

. Obviamente, debe

existir una explicación multifactorial a la disminución de las nece-

sidades anestésicas.

El feto

Las circulaciones materna y fetal se combinan en la placenta; este

órgano tiene múltiples funciones, entre las cuales se incluyen el

soporte endocrino del embarazo y el transporte de nutrientes. Las

interacciones farmacológicas y fisiológicas que se producen en este

lugar pueden explicarse en términos de la unidadmaterno-fetal. Este

modelo, tal como se puede ver en la

figura 59-2

, puede comparti-

mentalizarse en los componentes materno, placentario y fetal. En la

siguiente sección se describen los factores placentarios y fetales.

La placenta está compuesta por tejidos maternos y fetales

que constituyen la placa basal y coriónica. En su descripción más

simple, puede ser vista como una membrana semipermeable que

constituye una interfase entre la circulación fetal y la materna. El

espacio intervelloso separa las placas y está subdividido por el

tejido decidual. Las vellosidades coriónicas y las arteriolas espirales

protruyen en este espacio intervelloso. La sangre materna fluye en

el espacio intervelloso desde la arteriola espiral cuando se produce

la transferencia placentaria materno-fetal. Aproximadamente el

80% del flujo sanguíneo uterino atraviesa el espacio intervelloso.

Alrededor del 40-50% del gasto cardíaco fetal va a la pla-

centa, y una cantidad similar vuelve al corazón por la vena umbi-

lical

( fig. 59-3 )

. La sangre fetal entra en la placenta a través de las

dos arterias umbilicales que surgen de las arterias ilíacas internas.

Estas arterias se subdividen y forman finalmente los capilares

umbilicales que atraviesan las vellosidades coriónicas. El flujo san-

guíneo fetal es de aproximadamente 75ml/kg/min, bastante menor

que el flujo materno. A pesar de que las presiones fetal y materna

son desiguales, la transferencia placentaria se produce rápidamente

para la mayoría de los fármacos.

La circulación umbilico-placentaria está regulada por

cambios reflejos fisiológicos y por el eje neuroendocrino. Numero-

sas sustancias, incluidas prostaglandinas, endorfinas, catecolaminas

y vasopresina, intervienen en la regulación fina de la perfusión

umbilico-placentaria.

Flujo sanguíneo uterino

El flujo sanguíneo uterino aumenta progresivamente durante el

embarazo, y a término alcanza un valor medio de 500-700ml. El

flujo sanguíneo a través de los vasos uterinos es alto y tiene baja

resistencia; este cambio de resistencia es más drástico después de

la semana 20 de gestació

n 33

. El flujo sanguíneo uterino carece de

autorregulación (los vasos están completamente dilatados durante

el embarazo), y el flujo arterial uterino depende de la presión arte-

rial y del gasto cardíaco maternos. Como consecuencia de ello, los

Anestesia en obstetricia

1973

59

Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

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Figura 59-2

 Unidad materno-placento-fetal.

A,

Componentes

maternos.

B,

Componentes placentarios.

C,

Componentes

fetales. (

De Birnbach DJ [ed.]

: Ostheimer’s Manual of Obstetric

Anesthesia,

3.ª ed. Nueva York, Churchill Livingstone, 2000,

pág. 45

.)