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Anestesia en obstetricia

David J. Birnbach y Ingrid M. Browne

Puntos clave

1969

1.

La capacidad residual funcional (CRF) empieza a disminuir

durante el segundo trimestre del embarazo y queda

reducida al 80% del valor basal cuando el embarazo llega

a término. Este descenso en la CRF provoca la rápida

aparición de hipoxemia materna tras la apnea asociada a

la inducción de una anestesia general. A pesar de que

hace tiempo que no se utiliza la anestesia general de

forma rutinaria para las cesáreas electivas, ésta sigue

teniendo su sitio en la práctica habitual.

2.

La variabilidad de la frecuencia cardíaca fetal (FCF)

es predictiva del bienestar fetal y de la salud neonatal.

Las aceleraciones de la FCF son señal de bienestar fetal,

mientras que las deceleraciones sugieren hipoxia fetal.

3.

Estudios realizados en animales han sugerido que los

fármacos vasopresores con actividad predominantemente

a

-adrenérgica producen una reducción del flujo sanguíneo

uterino que puede afectar de una forma adversa al feto.

Otros estudios realizados en mujeres sometidas a

cesáreas electivas no han confirmado esos resultados en

animales y sugieren que pequeñas dosis de fenilefrina

pueden mejorar la hemodinámica materna sin provocar

efectos adversos sobre el feto.

4.

Ninguna dosis de prueba epidural puede excluir todos los

casos de colocación intravenosa o intratecal de los catéteres;

sin embargo, la aspiración a través de un catéter multiorificio

permitirá la detección de muchos de ellos. La combinación

de la aspiración, la dosis de prueba y el fraccionamiento de

las dosis, aumenta la seguridad de la anestesia epidural.

5.

Si se produce una punción dural accidental durante la

realización de un bloqueo epidural, la inserción del catéter

epidural en el espacio indradural para realizar una

anestesia espinal continua tiene muchas ventajas. Si el

bloqueo epidural se realiza en otro interespacio, no se

debe aplicar la técnica de la pérdida de resistencia con

aire ya que existe el riesgo de neumoencéfalo y cefalea

grave.

6.

Muchos casos de intubación fallida se producen cuando

no se detecta una «vía aérea difícil» antes de la inducción

de la anestesia general. Los cambios en la vía aérea que

se producen en el embarazo pueden empeorar durante

el trabajo de parto, especialmente en las pacientes

preeclámpticas. La evaluación cuidadosa de la vía aérea,

aunque es imperfecta, debe realizarse antes de inducir

una anestesia general.

7.

La rotura uterina es un evento raro que puede producir

mortalidad materna y fetal. Su incidencia durante un

parto vaginal tras una cesárea es mayor de lo que se

creía. Un aumento brusco en el tono basal uterino o la

pérdida brusca de presión uterina, acompañada de la

evidencia de una bradicardia fetal aguda, puede indicar

una rotura uterina.

8.

El sulfato de magnesio es el fármaco de elección para el

control de convulsiones en pacientes preeclámpticas, y es

un tratamiento tocolítico de primera línea en el trabajo de

parto pretérmino. El tratamiento con magnesio puede

producir hipotensión y puede potenciar más tarde la

respuesta hemodinámica materna a los fármacos

vasopresores. El magnesio potencia también la acción

de los relajantes musculares, tanto despolarizantes

como no despolarizantes.

Una mujer embarazada que requiere anestesia, analgesia, o ambas,

presenta unos desafíos que hacen del papel del anestesiólogo obs-

tétrico tanto un reto como un trabajo gratificante. Los facultativos

que proporcionan los servicios anestésicos durante la dilatación y

el parto deben estar familiarizados con la especial fisiología de la

parturienta, así como con los efectos que tienen en la parturienta

y en el feto los numerosos fármacos y técnicas que se utilizan.

Los continuos avances que se han realizado tanto en los fár-

macos como en las técnicas han provocado un descenso significa-

tivo de la cifra de muertes relacionadas con la anestesia en el

paritorio. Se estima que la mortalidad materna en Estados Unidos

es de 7,5 por 100.000 nacidos vivo

s 1

; a pesar de ello, son muchos los

que sugieren que estas estadísticas pueden ser erróneas porque no

se comunican todas las muertes materna

s 2

. Un análisis retrospectivo

reciente de Panchal y cols. sobre mortalidad materna durante el

ingreso hospitalario afirma que las complicaciones relacionadas con

la anestesia son responsables del 5,2% de las muertes materna

s 3 .

En 1992, el American College of Obstetricians and Gyneco-

logists (ACOG) y la American Academy of Pediatrics publicaron

unas recomendaciones relacionadas con la cobertura anestésica

durante el parto y en el paritorio. Estas recomendaciones incluían

la disponibilidad de instalaciones donde se pudiera atender a pacien-

tes con complicaciones con cobertura las 24 horas del día, la posi-

bilidad de realizar una cesárea de urgencia en todas las instalaciones

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