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intersticia

l 289–292

. El surfactante se administra al nacer o poco

tiempo después de nacer como 5ml de solución/kg en la tráquea,

lo que reduce brevemente la saturación de oxígeno. A continuación,

en la mayoría de los casos, la Sao

2

aumenta rápidamente, al igual

que la distensibilidad pulmonar. La mejoría de la distensibilidad

pulmonar resulta en el sobreinflado del pulmón y en lesiones pul-

monares o en la fuga de gas pulmonar en caso de que no se reduzca

la presión de ventilación.

Los lactantes prematuros amenudo reciben soportemediante

CPAP nasal poco tiempo después de nacer para reducir la necesi-

dad de intubación traqueal y ventilación mecánic

a 265 .

Sin embargo,

esto no reduce la incidencia de hemorragias en el SNC o enferme-

dad pulmonar crónic

a 293 .

La duración de la administración de

oxígeno y la enfermedad pulmonar crónica permanece constante.

Reanimación vascular

La reanimación vascular es un aspecto descuidado de la reanima-

ción del recién nacido. Si el estado del recién nacido no mejora con

la ventilación, el oxígeno (si es necesario) y la estimulación táctil,

se debe colocar un catéter en la arteria umbilical para realizar

gasometrías, determinar el pH y la presión arterial y para aumentar

el volumen sanguíneo, en caso necesario.

Corrección de la acidosis

La acidosis respiratoria se corrige con la ventilación mecánica. La

acidosis metabólica se corrige administrando bicarbonato sódico.

Las soluciones de bicarbonato sódico poseen una osmolalidad de

alrededor de 1.800mOsm/l. La administración rápida de esta solu-

ción (

>

1mEq/kg/min) posiblemente puede causar hemorragias

intracraneales en los lactantes prematuros. La reacción completa

de los iones de hidrógeno con 50 mEq de bicarbonato genera

aproximadamente 1.250ml de CO

2

. Si la ventilación es adecuada,

no se producirá un aumento de la Paco

2

; si la ventilación es inade-

cuada, la Paco

2

aumenta de modo significativo y puede producir

paro cardíaco y/o hemorragias intracraneales.

El bicarbonato sódico

debe administrarse para corregir la acidosis metabólica únicamente

si la ventilación es adecuada.

La administración de bicarbonato

también puede producir hipotensión en los lactantes hipovolémi-

cos

( fig. 74-4 )

al relajar la intensa vasoconstricción periférica indu-

cida por la acidosis. El THAM es una alternativa al bicarbonato

sódico que reduce la Paco

2

en vez de aumentarla.

Si en la escala de Apgar se obtiene un índice de 2 o inferior

a los 2 minutos o de 5 o menor a los 5 minutos a pesar de la

estimulación táctil y de la ventilación controlada, considere

administrar 2mEq/kg de bicarbonato sódico mientras se ventilan

los pulmones. Si el pH es menor de 7,00, la Paco

2

es inferior a

35 mmHg y el volumen de sangre es adecuado, corrija un cuarto

del déficit de base. Si el pH es superior a 7,10, la administración

de bases debe retrasarse y se debe continuar con la ventilación

pulmonar. Cinco minutos después se debe repetir la gasometría

y la determinación del pH arterial. Si el pH es 7,15 o superior,

ventile los pulmones y de nuevo retrase la administración de

bicarbonato. Si el pH ha descendido o permanece sin cambios,

corrija un cuarto del déficit de base con bicarbonato o THAM

mientras continua con la ventilación artificial. En la

figura 74-5

se muestran los efectos del bicarbonato sódico sobre la Pao

2

de

un grupo de recién nacidos con asfixia en los que la ventilación

se mantuvo constante. No se observó una elevación significativa

de la Pao

2

hasta que el pH superó 7,10 o 7,20, el punto en el que

Rudolph y Yue

n 294

encontraron la disminución más importante

de la RVP.

La acidosis metabólica suele deberse a la mala perfusión

tisular, que es el resultado de la hipovolemia o la insuficiencia

cardíaca. La insuficiencia cardíaca inducida por la acidosis se pro­

duce generalmente cuando el pH es 7,00 o inferior. El gasto car-

díaco mejora cuando el pH es superior a 7,15. La insuficiencia

cardíaca inducida por la bradicardia congénita suele tratarse con

isoproterenol (comenzando con 0,05

m

g/kg/min y aumentando la

dosis según sea necesario) o mediante la introducción de un mar-

capasos transvenoso. La hipoglucemia también puede producir

insuficiencia cardíaca. Por tanto, la concentración de glucosa debe

medirse durante la reanimación del niño.

2460

Anestesia pediátrica

V

Figura 74-4

 Efectos del bicarbonato sódico sobre la presión arterial aórtica

(P

ao

), la frecuencia cardíaca y el hematocrito. Obsérvese que tras la

administración de bicarbonato sódico se produjo hipotensión. El hematocrito

disminuyó a medida que se «atraían» líquidos hacia el espacio intravascular para

compensar la hipovolemia presente desde el nacimiento. La elevación del pH

disminuyó la vasoconstricción periférica producida por la acidosis preexistente.

La administración de albúmina elevó la presión arterial aórtica hasta valores

normales. En función del hematocrito final, el volumen de sangre inicial era

aproximadamente un 30% inferior al predicho.

(Adaptada de Phibbs RH:

Problems of neonatal intensive care units.

En

Lucey JF [ed.]:

Report on the 59th

Ross Conference on Pediatric Research.

Columbus, OH, Ross Laboratories, 1969.)

Figura 74-5

 Efectos de la infusión rápida de bicarbonato sódico sobre la Pa

o

2

y el pH cuando la ventilación se mantiene constante. La Pa

o

2

aumentó cuando

el pH se elevó de 7,10 a 7,20.

(Adaptada de Gregory GA: Resuscitation of the

newborn.

Anesthesiology

43:225, 1975.)