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osmolalidad. Durante la recuperación del tracto GI, hay que man-

tener la alimentación intravenosa administrada a través de un

catéter venoso central. Se debe monitorizar el pH gástrico y esta-

blecer un tratamiento con antiácidos o con un bloqueador de H

2

.

La hipoxia y la hipoperfusión del hígado producen daño hepatoce-

lular. La extensión del daño es directamente proporcional a la dura-

ción y gravedad de la lesión. La elevación de los niveles de

transaminasas, las alteraciones de la coagulación, el aumento de la

bilirrubina y la inestabilidad del metabolismo de los hidratos de

carbono son frecuentes; todas las alteraciones funcionales y de labo-

ratorio deben ser corregidas en los casos en los que sea posibl

e 263

.

Estrategia ante la muerte por asfixia

Como el SNC es muy sensible a la asfixia, no es infrecuente ver una

recuperación cardiovascular completa coincidiendo con un pro-

fundo daño del SNC e incluso con muerte cerebral. En los casos en

que no se espera una recuperación neurológica significativa o cuando

de hecho se ha producido la muerte cerebral, se pueden suspender

las medidas de soporte vital. Los padres y los hermanos del niño

fallecido necesitan apoyo, consejos y comprensión. A menudo expe-

rimentan reacciones de culpabilidad, negación u hostilidad por no

haber estadomás atentos. Estos temas deben ser afrontados de forma

directa por profesionales entrenados para ello.

Reanimación cardiopulmonar

Reanimación del recién nacido

Al nacer se producen cambios profundos en los sistemas cardio-

vascular y respiratorio. La incapacidad de realizar estos cambios

con éxito puede resultar en lesiones del SNC o la muerte (v. también

cap. 87).

Por tanto, en cada parto debe existir alguien capaz de

practicar una reanimación neonatal. La pérdida de tiempo bus-

cando a alguien para que reanime al neonato puede tener conse-

cuencias desastrosas para el mismo. Esta sección aborda las causas

y los efectos de la insuficiencia cardiorrespiratoria al nacer y las

técnicas de reanimación. Siempre que ha sido posible se han seguido

las recomendaciones de la American Academy of Pediatrics.

Numerosas organizaciones, como la American Heart Asso-

ciation y la American Academy of Pediatrics, han establecido pro-

tocolos para la reanimación neonatal. Los protocolos ayudan a

recordar la secuencia de la reanimación. La falta de seguimiento de

estos protocolos se ha acompañado de malos resultado

s 264 .

Sin

embargo, el seguimiento estricto de los protocolos sin pensar

también puede acompañarse de malos resultados. La clave del éxito

es el conocimiento de la fisiología del parto y el nacimiento.

La reanimación del recién nacido requiere conocimientos

teóricos y prácticos. Desafortunadamente, los anestesistas tienen

pocas oportunidades para aprender y refrescar las técnicas de reani-

mación neonatal porque son pocos los pacientes que las necesitan.

Los simuladores resuelven este problema. En un futuro próximo,

los profesionales que deban reanimar a bebés deberán formarse con

un simulador neonatal y deberán repetir esta formación varias

veces al año para mantener la certificación profesiona

l 265

.

La detección de problemas potenciales y la preparación para

tratarlos antes del parto aumenta las probabilidades de una reanimación

exitosa del paciente. La monitorización de la frecuencia cardíaca fetal es

un método moderadamente fiable y muy utilizado para detectar pro-

blemas fetales graves demodo precoz. El análisis de los gases sanguíneos

fetales y del pH puede utilizarse para detectar la asfixia y puede ayudar

a decidir si es necesario provocar el parto de modo rápido y precoz.

La asfixia (es decir, la disminución de la Pao

2

y el pHa y el

aumento de la Paco

2

) se produce cuando el intercambio placenta-

rio (en el feto) y pulmonar (en el recién nacido) son inadecuados

o cuando después del nacimiento existe cortocircuito de sangre de

derecha a izquierda en el corazón o en los pulmones. También se

produce cuando existe disfunción miocárdica.

Durante la asfixia fetal, la Pao

2

disminuye de sus valores

normales (25-40 mmHg) a menos de 5 mmHg en aproximada-

mente 2 minutos

( fig. 74-3

) y se sigue de un metabolismo anaero-

bio. Cinco minutos de asfixia reducen el pH a 6,90 o menos,

aumentan la Paco

2

a más de 100 mmHg y reducen la Pao

2

a niveles

que no pueden medirs

e 266,267 .

El flujo sanguíneo hepático, renal,

intestinal, cutáneo y muscular se ve reducido y el flujo cardíaco,

cerebral, suprarrenal y placentario se mantiene constante o

aumenta. La extracción de oxígeno de la sangre aumenta de modo

important

e 268 .

La función miocárdica es mantenida por el glucó-

geno miocárdico y el metabolismo del ácido láctic

o 269 .

Una fre-

cuencia cardíaca inferior a 100 latidos/min reduce de modo

significativo el gasto cardíaco. Las catecolaminas también son

importantes para sobrevivir a la asfixia. La asfixia intraparto puede

producir hipervolemia o hipovolemia.

Valoración del feto al nacer

La valoración con la escala de Apgar, si se realiza correctamente, es

una guía útil y sencilla para lograr el bienestar neonatal y su reani-

mación

( tabla 74-14

), pero es sólo una guía. La puntuación obte-

nida al minuto de nacer se correlaciona bien con la acidosis y la

supervivencia. La puntuación obtenida a los 5 minutos puede ser

o no predictiva de la evolución neurológic

a 270,271 .

Para que tenga

valor, cada variable debe valorarse en el primer minuto y a los

5 minutos. Sin embargo, algunos recién nacidos con acidosis grave

poseen valores normales en la escalas de Apgar al minuto y a los

5 minutos y presentan vasoconstricción periférica, palidez y una

frecuencia cardíaca y una presión arterial relativamente normales.

Cuidados intensivos pediátricos y neonatales

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Sección V

Anestesia pediátrica

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Figura 74-3

 Respuesta de los monos recién nacidos a la asfixia.

(De Dawes GS:

Foetal and Neonatal Physiology.

Chicago, Year Book Medical Publishers, 1968.)