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Tratamiento renal sustitutivo

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Sección VII

Cuidados críticos

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Indicaciones para iniciar

e interrumpir los tratamientos

renales sustitutivos

No se ha alcanzado un consenso por lo que respecta a las indica-

ciones para iniciar el TRS. Algunas de las indicaciones adoptadas

por diversos autores incluyen la azoemia, la anuria y complicacio-

nes del FRA, incluido el edema pulmonar, sobrecarga aguda de

líquidos, hiperpotasemia y acidosis metabólica no controlada. Se

ha sugerido un algoritmo para la indicación del TRS

( tabla 86-1 ) 8 .

Lamentablemente, una vez se ha iniciado, no se dispone de un

marcador bioquímico o clínico aceptado en general que se obtenga

mediante el tratamiento. La práctica clínica sistemática es controlar

«adecuadamente» el balance hídrico y mantener una concentra-

ción sérica de urea menor de 30mg/dl, un valor sérico de creatinina

inferior a 2mg/dl y valores normales de electrólitos.

En los estudios publicados apenas se han descrito las técnicas

y el momento de desconectar al paciente del TRS. Recomendamos

que, cuando el paciente haya alcanzado una estabilidad hemodiná-

mica o se haya reducido la necesidad de administrar vasopresores o

haya disminuido la gravedad de la enfermedad, se determine la nece-

sidad del tratamiento. Este proceso puede acelerarse cuando la diure-

sis aumente y el balance hídrico se pueda controlar sin tratamiento.

Técnicas y modalidades

Todos los tratamientos renales sustitutivos consisten en la purifi-

cación de la sangre haciendo que fluya a través de membranas

semipermeables. La sangre fluye en fibras huecas compuestas de

materiales sintéticos biocompatibles, porosos. Una amplia variedad

de sustancias (agua, urea y solutos de bajo, medio y alto peso mole-

cular) abandona la sangre atravesando estas membranas por difu-

sión (solutos) y por convección (agua y solutos)

( fig. 86-1 )

.

Durante la

difusión

, los solutos se desplazan desde la sangre

a través de la membrana en un intento de alcanzar la misma con-

centración a cada lado; esto da lugar al paso de solutos desde el

compartimiento con la mayor concentración hasta aquel con la

concentración más baja. Otros componentes de la membrana semi-

permeable que afectan a la tasa de difusión incluyen su grosor y

superficie, temperatura de la sangre y coeficiente de difusión. La

diálisis

tiene lugar cuando una solución fluye a través de un con-

ducto semipermeable a contracorriente de la sangre, lo que permite

la difusión máxima de los solutos, porque su concentración es más

baja en la solución que en la sangre.

Durante la

convección

tiene lugar un movimiento de solutos

a través de una membrana semipermeable, junto con cantidades

significativas de

ultrafiltración

(el agua se transfiere a través de la

membrana). En otras palabras, a medida que el solvente (agua en

plasma) atraviesa la membrana como respuesta al gradiente PTM

por el UF, los solutos son transportados con él, siempre que la

porosidad de la membrana permita que las moléculas sean tami-

zadas de la sangre. La tasa de UF (Qf), el coeficiente UF de mem-

brana (Km) y el gradiente PTM generado por las presiones a ambos

lados de la fibra hueca determinan el proceso de Qf, de acuerdo

con la fórmula siguiente:

Qf = Km

PTM

La presión hidrostática en el compartimiento sanguíneo

depende del flujo sanguíneo (Qb). Cuanto mayor es el Qb, mayor

es la PTM. En los equipos modernos de TRS se maximiza el UF

aplicando una bomba, que genera el control de la tasa de UF. A

medida que se procesa la sangre, las fibras de la membrana se

manchan, y es necesaria una presión negativa para mantener una

Qf constante. Las moléculas eliminadas durante la convección son

arrastradas físicamente hasta el lado UF, pero esta función está

notablemente limitada por una capa de proteínas desarrollada pro-

gresivamente y que cierra los poros de la fibra durante los trata-

mientos convectivo

s 9

. La capacidad de membrana, o adsorción

definida, desempeña un importante papel en el aclaramiento de las

toxinas de mayor peso molecula

r 10 .

En general, la capacidad de

adsorción de la membrana es saturada en las primeras horas de

tratamiento. Por tanto, la difusión y convección son muy impor-

tantes para la eficacia del TR

S 11 .

A medida que la UF avanza en el tiempo, el agua y los

solutos plasmáticos son filtrados de la sangre, se pierde la presión

hidrostática dentro del filtro y se incrementa la presión oncótica

porque la sangre se concentra y el hematocrito aumenta. La frac-

ción de agua plasmática que se elimina de la sangre durante el UF

Tabla 86-1

 Indicaciones del tratamiento renal sustitutiv

o *

• Anuria-oliguria (diuresis

200 ml en 12 h).

• Acidosis metabólica aguda (pH

<

7,10).

• Hiperazoemia (BUN

80 mg/dl) o creatinina

>

4 mg/dl.

• Hiperpotasemia (K

+

6,5 mEq/l).

• Signos clínicos de toxicidad urémica.

• Disnatremia aguda (Na

+

115 o

160 mEq/l).

• Fiebre (temperatura

>

40°C sin respuesta al tratamiento médico).

• Anasarca o edema grave.

• Insuficiencia multiorgánica con disfunción renal y/o síndrome de

respuesta inflamatoria sistémica, sepsis o shock séptico con disfunción

renal.

*La presencia de una indicación es sugestiva; dos, muy sugestiva, y tres indicacio-

nes requieren el inicio de tratamiento renal sustitutivo.

Figura 86-1

 Se representan de modo esquemático la difusión y la convección.

Durante la difusión, el flujo de solutos (Jx) está en función del gradiente de la

concentración de solutos (dc) entre ambos lados de la membrana semipermeable,

la temperatura (T), el coeficiente de difusividad (D), el grosor de la membrana (dx)

y el área de superficie (A), de acuerdo con la ecuación siguiente:

Jx = D

T

A(dc/dx)

En lugar de ello, el flujo convectivo de solutos (Jf) requiere un gradiente de

presión entre ambos lados de la membrana (presión transmembrana [PTM])

que desplaza un líquido (agua plasmática) con su contenido «cristaloide» (un

proceso llamado ultrafiltración, cuya entidad también depende del coeficiente

de permeabilidad de membrana [Kf]). Los coloides y las células no cruzarán la

membrana semipermeable, en función del tamaño de los poros:

Jf = Kf

PTM

donde PTM=Pb−Pd−

π

, con Pb, presión hidrostática sanguínea; Pd, presión

hidrostática en el lado ultrafiltrado de la membrana, y

π

, presión oncótica

sanguínea.