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la ventilación es constante, como sucede durante la ventilación

mecánica controlada, «el CO

2

espirado es un espejo preciso y con-

tinuo de la perfusión pulmonar y, por tanto, del gasto cardíaco

» 49 .

A pesar de la posible importancia clínica de las observacio-

nes tan bien documentadas de Kalenda y de sus conclusiones,

transcurrieron varios años antes de que se explorara con más de­

talle la monitorización de la Petco

2

durante la parada cardíaca y la

RCP. En 1984, usando un modelo porcino de parada cardíaca,

Grundler y cols

. 50

demostraron el rápido descenso de la Petco

2

con el inicio de la parada y su incremento inmediato con la reani-

mación. A partir de estas observaciones experimentales prelimina-

res, este grupo propuso que la monitorización de la Petco

2

es una

guía relativamente sencilla y no invasiva para las intervenciones de

soporte vital avanzado durante la RC

P 50,51

. Las reducciones impor-

tantes del flujo sanguíneo pulmonar durante la parada cardíaca y

la RCP y, por tanto, el fracaso agudo en el aporte de O

2

a los pul-

mones explicaban esta Petco

2

tan baja y el aumento de la presión

venosa del CO

2

(Pvco

2

) (v. comentario sobre el bicarbonato

sódico

) 52 .

Los estudios posteriores realizados en perros confirma-

ron la posible utilidad de la Petco

2

porque la Pvco

2

espirada se

correlacionaba muy estrechamente con la presión de perfusión

coronaria, que por sí sola era un factor determinante de la super-

vivencia tras la parada cardíaca en este model

o 53,54

. En un modelo

porcino de FV, el inicio de la FV se asoció a un descenso rápido de

la Petco

2

con respecto a la media (±SEM) del 4,0±0,2% a menos

del 0,7±0,2

% 55

. Con la compresión torácica externa y la ventilación

mecánica con volumen constante, la Petco

2

aumentó hasta el

1,9±0,3%, con un incremento inmediato hasta el 4,9±0,3%después

de la desfibrilación con éxito y 12 minutos de RCP. Asimismo, se

demostró una estrecha correlación entre los cambios del gasto

cardíaco y la Petco

2

durante la RCP aplicada tanto con tórax

cerrado como abiert

o 55

.

Se ha descrito la monitorización de la Petco

2

en los seres

humanos en parada sometidos a RC

P 56-59

. En un estudio de 10 pa­

cientes en los que se reinstauró la circulación espontánea, la

Petco

2

aumentó inmediatamente al restaurar la circulación espontánea desde una media (±DE) del 1,7 ± 0,6% hasta el 4,6 ± 1,4%

56 .

El incremento rápido de la Petco

2

fue a menudo el primer signo

clínico de reinicio de la circulación espontánea.

En 10 pacientes en situación crítica, 9 de los cuales tenían un

shock séptico o cardiogénico al inicio de la parada cardíaca, la

Petco

2

disminuyó desde una media (±DE) del 1,7±0,9% al

0,4±0,4% poco después del inicio de la parada cardíac

a 59 .

El valor

tan bajo encontrado antes de la parada indica un bajo gasto cardíaco

y, por tanto, un flujo sanguíneo pulmonar reducido. Este valor

aumentó durante la compresión torácica externa hasta el 1,0±0,5%.

En siete pacientes en los que se había restaurado la circulación, la

Petco

2

aumentó rápidamente desde el 1,3±0,5% hasta el 3,7±2,1%

y después descendió hasta un volumen estable del 2,4±1,8% cuatro

minutos después de reiniciarse la circulación espontánea. La Petco

2

se mantuvo en el 0,7±0,4% en pacientes en los que la reanimación

no pudo restaurar la circulación espontáne

a 59

.

Cada vez hay más datos que indican que las mediciones de

la Petco

2

obtenidas durante la parada cardíaca y la RCP pueden

tener un valor predictivo de la probabilidad de restauración de la

circulación espontánea. En un estudio se constató que los pacientes

que posteriormente tuvieron pulso presentaron una Petco

2

media

de 19±14 (DE) mmHg al comienzo de la reanimación, mientras

que los que nunca recuperaron el pulso espontáneo tuvieron una

Petco

2

media de 5±4 mmHg (

p

<

0,0001

) 58 .

Otros investigadores

han observado diferencias significativas similares en la Petco

2

durante la RCP entre los pacientes en los que reaparece la circula-

ción espontánea y en los que no lo hac

e 60-62

. Dos de esos estudios

se realizaron en pacientes con parada cardíaca extrahospitalari

a 61,62

.

La Petco

2

fue significativamente mayor durante la RCP en pacien-

tes que después recuperaron la circulación espontánea que en los

que no la recuperaron. Por ejemplo, 1 minuto después de iniciar la

medición, la Petco

2

fue de 23,0±17,4 mmHg en los casos que

recuperaron el pulso y de 13,2±14,7 mmHg en los que no lo hicie-

ron (

p

=0,0002)

( tabla 87-1

). Se apreciaron diferencias de una mag-

nitud similar a los 2 minutos, así como diferencias en el valor

máximo observado durante la reanimació

n 61 .

Aunque se necesitan

más datos para cuantificar la potencia predictiva de esas diferen-

cias, parece evidente que las mediciones de la Petco

2

durante la

parada cardíaca y la RCP se convertirán en un índice objetivo para

predecir la probabilidad de que los esfuerzos persistentes de reani-

mación den lugar a la restauración de la circulación espontánea.

Los principales determinantes de la Petco

2

son la produc-

ción de CO

2

, la ventilación alveolar y el flujo sanguíneo pulmo-

na

r 63-66

. En presencia de una ventilación con volumen constante y

una producción de CO

2

aparentemente sin cambios inmediata-

mente después de la parada cardíaca, los cambios de la Petco

2

observados tanto clínica como experimentalmente durante la

parada cardíaca y la RCP y el reinicio de la función circulatoria

espontánea indican que la Petco

2

refleja el flujo sanguíneo y, por

tanto, el gasto cardíac

o 56-60

. La monitorización de la presión arterial

sistémica mediante un catéter arterial y de la Petco

2

con venti­

lación controlada debe aportar una evaluación hemodinámica

Reanimación cardiopulmonar: soporte vital básico y avanzado

2741

87

Sección VII

Cuidados críticos

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

T

abla

87-1

Presión teleespiratoria de dióxido de carbono durante la reanimación cardiopulmonar

P

etco

2

(mmHg)

Con RCE

Sin RCE

Pacientes

N.° de pacientes Media±DE

IC al 95%

N.° de pacientes Media±DE

IC al 95%

Todos

1 minuto

14

23,0±7,4

18,7-27,3

13

13,2±14,7

10,4-16,1

2 minutos

12

26,8±10,8

20,0-33,7

12

15,4±5,7

11,8-19,0

Máximo durante la RCP 14

30,8±9,5

25,3-36,3

13

22,7±8,8

17,4-28,0

Fibrilación ventricular

1 minuto

8

24,3±6,8

18,5-30,0

5

12,0±4,2

6,8-17,2

2 minutos

6

28,2±11,4

16,2-40,1

5

12,4±4,3

7,0-17,8

Máximo durante la RCP 8

33,0±10,2

24,5-41,5

5

20,6±11,1

6,8-34,4

P

etco

2

,

presión teleespiratoria de dióxido de carbono; RCE, restauración de la circulación espontánea; RCP, reanimación cardiopulmonar.

Adaptado de 2005 AHA Guidelines for Cardiopulmonary Resuscitation and Emergency Cardiovascular Care.

Circulation

112 (Suppl I):IV-1-IV-203, 2005.