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La FV es un estado de gran actividad metabólica del miocar-

dio. En presencia de FV, las reservas de oxígeno y sustratos meta-

bólicosenelmiocardiosedeplecionanconrapidez.Lascompresiones

torácicas aportan oxígeno y sustratos energéticos al miocardio, lo

que podría facilitar la desfibrilación. En modelos de animale

s 102

y

según los datos obtenidos en pacientes prehospitalarios de Seattle

103

y Osl

o 104

se demuestra el mayor éxito de la desfibrilación cuando la

RCP se proporciona antes de la desfibrilación, en particular si no

había testigos de la parada cardíaca o si el tiempo entre la parada

cardíaca y la llegada del personal de reanimación es mayor de 4 mi­

nutos. En las Directrices de 2005 se recomienda aplicar 2 minutos

de RCP (cinco ciclos de 30:2 compresiones-ventilaciones) antes de

analizar el ritmo de la parada cardíaca por primera vez en el marco

de una parada cardíaca sin testigos o de retrasos en el inicio de la

RCP. Cuando se disponga inmediatamente (es decir,

<

3 minutos)

de métodos de desfibrilación (desfibrilador manual o DEA), el per-

sonal responsable de la reanimación debería comenzar la RCP y

después desfibrilar en cuanto sea posibl

e 9

.

El primer DEA fue introducido en 197

9 105

y en 1986 se intro-

dujo el primer modelo con microprocesador. Este DEA usaba tres

descargas sucesivas constantes de 180J con una forma de onda

monofásica amortiguada. Los avances realizados en la tecnología des-

fibriladora, como la conversión de formas de onda monofásicas a

bifásicas del desfibrilador, dieron paso a unidades más pequeñas y

ligeras con un análisis del ritmo más exacto. Las formas de onda

bifásicas constantes de baja energía y compensadas según la impe-

dancia (150J) se introdujeron por primera vez en 1996, y se ha

demostrado que consiguen terminar con éxito la FV de forma equi-

valente a las formas de onda monofásicas crecientes tradicionales

(200 a 300J) en el entorno controlado de un laboratorio de electrofi-

siologí

a 106-108

. Las formas de onda bifásicas proporcionan la energía

en primer lugar en una dirección y después en la contraria mientras

dura el impulso. Una de las dos formas de onda bifásicas se usa en

los DEA y desfibriladores modernos: bifásicos truncados y bifásicos

rectilíneos. Ambas formas de onda son eficaces terminando la FV con

niveles de energía específicos para cada una de ellas. La compensación

según la impedancia permite que el desfibrilador cambie la morfolo-

gía de la forma de onda según la impedancia medida durante la

descarga (normalmente, 70 a 80

Ω

) para generar una corriente trans-

torácica capaz de lograr la desfibrilación. La unión de formas de onda

bifásicas de la desfibrilación y compensación según la impedancia

permite la desfibrilación con energías menores que con formas de

onda monofásicas no compensadas según la impedanci

a 109-112

. El

éxito de la desfibrilación se define como la terminación de la FV en

un ritmo organizado o asistolia 5 segundos después de la descarga,

independientemente de la respuesta hemodinámic

a 113

.

En las Directrices de 2005 se recomienda administrar una sola

descarga con el DEA (según determine el propio dispositivo), seguida

por RCP durante 2 minutos dentro del SVB cuando se dispone del

DE

A 9 .

Uno de los problemas a los que se enfrenta el personal respon-

sable de la reanimación es la amplia variedad de dispositivos DEA

que se encuentra en los centros sanitarios y en los lugares públicos.

Ante el coste, la longevidad y el bajo mantenimiento de los DEA, la

sustitución de los dispositivos de generaciones más antiguas progra-

mados con protocolos de desfibrilación desfasados tendrá una escasa

prioridad para los responsables de la gestión de estos dispositivos. En

consecuencia, la persona que efectúe la reanimación y aplique el DEA

puede encontrarse con un análisis del ritmo anticuado (como la

interrupción prolongada de las compresiones torácicas) y el protocolo

de desfibrilación (como las tres descargas seguidas). En estemomento,

probablemente seamejor la aplicación del protocolo del DEA, aunque

esté anticuado, que intentar evitar el protocolo y «actuar» con el DEA

siguiendo un protocolo actual. Debe hacerse todo lo posible por

obtener un desfibrilador manual a la primera oportunidad si el pro-

tocolo desfasado del DEA interfiere con la reanimación.

Cuando se utilicen desfibriladores estándar en lugar de DEA

para la reanimación, el reanimador debe conocer la tecnología

propia del desfibrilador. Cuando se activa un desfibrilador, en la

pantalla del ritmo se identifica la tecnología de desfibrilación como

monofásica o bifásica. El desfibrilador manual debe controlarse

con un protocolo idéntico a los utilizados actualmente en los DEA,

resaltándose la aplicación ininterrumpida de las compresiones

torácicas mientras se aplican las almohadillas del desfibrilador

y durante períodos en los que no se efectúa el análisis del ritmo y

reiniciando su aplicación inmediatamente después de administrar

una descarga, de repetir el análisis del ritmo cardíaco si está indi-

cado después de 2 minutos de compresiones torácicas y respiración

de rescate, y cuando se intente la desfibrilación sólo por FV y TV

rápida. Si se dispone de un desfibrilador monofásico, la energía de

desfibrilación deberá ser alta inicialmente (300 a 360 J)

9 .

En los

estudios clínicos prospectivos en el ser humano no se han podido

identificar los niveles de energía bifásica óptimos para la primera

desfibrilación o sucesivas

112,114,115 .

Aunque se ha recomendado uti-

lizar energías específicas de la primera forma de onda de desfibri-

lación en la primera descarga (150 a 200 J con una forma de onda

bifásica exponencial truncada, 120 J con una forma de onda bifá-

sica rectilínea), el profesional puede encontrarse durante la reani-

mación con un dispositivo con el que no esté familiarizado y debe

elegir la configuración de energía de 200 J para la primera descarga,

que luego podrá aumentar según necesidades en las descargas su­

cesivas cuando así esté indicad

o 116 .

Además, cuando se usa una

desfibrilación con forma de onda bifásica, el peso corporal del

paciente no influye en la energía liberada, porque las formas de

onda compensan la impedancia transtorácica para permitir la difu-

sión uniforme de la energía y evitar la necesidad de variar la energía

de desfibrilación recomendada siguiendo el concepto demostrado

en un estudio de White y cols

. 117 .

El tiempo hasta la primera des-

carga sigue siendo el factor más importante para la reanimación.

En los algoritmos de tratamiento de cada arritmia que se

presentan más adelante se incluyen otros comentarios relacionados

con la cardioversión y la desfibrilación.

Soporte vital cardíaco avanzado

Aunque habitualmente se acepta que todos los médicos, indepen-

dientemente de su especialidad, deben ser capaces de realizar una

RCP, hay que resaltar que la RCP casi siempre necesita un segui-

miento intervencionista rápido con procedimientos de SVCA. Es

esencial que los anestesiólogos sean capaces de proporcionar este

tipo de intervención definitiva, tanto en el quirófano como en la

UCI, el servicio de urgencias, la sala de partos o cualquier sala del

hospital. En el quirófano, la parada cardíaca es poco frecuente. En

dos estudios recientes se revisaron las paradas cardíacas produci-

das entre las 1

2 118

y las 24 hora

s 119

tras la inducción de la anestesia

para evaluar si ésta había contribuido a la parada. La observación,

tranquilizadora de alguna forma, de que las paradas cardíacas son

poco frecuentes en el intraoperatorio (1,1/10.000 y 1,4/10.000 en

los dos estudios mencionados anteriormente) no descarta que los

anestesiólogos tengan que estar muy familiarizados con el equipo

y las intervenciones de SVCA, ya que cuando se necesitan estos

métodos deben aplicarse con destreza y precisión. También es

necesario conocer a fondo el SVCA en caso de parada cardíaca

intraoperatori

a 120 .

La falta de intervención farmacológica rápida

dentro del SVCA fue una causa importante de mala evolución en

otras publicaciones sobre parada cardíaca intraoperatori

a 120,121 .

Resulta evidente que el SVCA comprende un conjunto de conoci-

mientos y habilidades con el que los anestesiólogos deben estar

claramente familiarizados.

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Cuidados críticos

VII