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El sistema nervioso autónomo

43

2

Sección I

Fisiología y anestesia

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

identificado hasta 20 subunidades

a

diferentes. La estructura de la

a

-subunidad unida determina la función de la proteína G. Se dis-

tinguen cuatro categorías de subunidades

a

:

a

s

,

a

i

,

a

q

y

a

12

. Los

correspondientes complejos de proteínas G formados cuando las

subunidades

a

se unen a la estructura

bg

se denominan G

s

, G

i

, G

q

y G

o 55 .

Cada clase de receptor adrenérgico se acopla a una de las

subfamilias principales de proteínas G, unidas a diferentes efecto-

res. Los principales subtipos de receptores

a

1

,

a

2

y

b

se unen a G

q

,

G

i

, y G

s

, respectivamente, que están vinculados a la activación de

la fosfolipasa C (

a

1

), la inhibición de la adenilil ciclasa (

a

2

,) o la

estimulación de esta misma enzima (

b

) (v.

fig. 2-10

). En su estado

de reposo, la proteína G está unida al guanosindifosfato (GDP) y

no está en contacto con el receptor. Cuando el receptor es activado

por el primer mensajero, estimula a la proteína G para que libere

GDP y une el guanosintrifosfato (GTP) a su subunidad

a

, activán-

dose a sí mismo. El GTP unido señala a la proteína G para que se

divida en dos partes, constituidas por la estructura

a

-GTP y la

subunidad

bg

. La subunidad

a

liberada se fija al efector, recupe-

rando su estado de reposo. Dicha subunidad

a

se une a la unidad

bg

y la proteína G reconstruida queda de nuevo en espera en la

cara interna de la membrana.

La estimulación del

b

-receptor por parte de la proteína G

potencia la actividad de la adenilato ciclasa y la formación de

AMPc. El más breve contacto entre los receptores

b

-adrenérgicos

de la membrana plasmática y la adrenalina o la noradrenalina da

lugar a importantes aumentos (de hasta 400 veces el valor basal en

pocos minutos) de los niveles intracelulares de AMPc. El incre-

mento de la síntesis de AMPc activa las proteía cinasas, que fosfo-

rilan determinadas proteínas diana, desencadenando diversas

respuestas celulares que completan la vía entre el receptor y el

efecto. La estimulación de los

a

2

-receptores da lugar a la inhibición

G

i

de la adenilato ciclasa. Por otra parte, la relativa abundancia de

proteínas G determina la amplificación del agonismo receptor en

la fase de transducción de señal. El número de moléculas de pro-

teínas G excede el receptores

b

-adrenérgicos y moléculas de ade-

nilato ciclasa. Son la concentración de receptores y, en último

término, la actividad de la adenilato ciclasa los que limitan la res-

puesta a las catecolaminas, lo que tal vez explica la eficacia de los

inhibidores de la fosfodiesteras

a 56,57

.

Las células del miocardio responden a la estimulación de

receptores de manera diferente, según la identidad del primer men-

sajero. Dos efectos opuestos, inhibición y estimulación de la con-

tractilidad, son ambos generados por la secuencia receptor

proteína G

efector

cascada enzimática. No obstante, la iden-

tidad de los agentes químicos de la secuencia es diferent

e 58

. La

noradrenalina hace que las células miocárdicas se contraigan con

más intensidad cuando la subunidad

a

de la proteína estimuladora

(G

s

) activa la adenilato ciclasa. Las subunidades

a

de esta proteína

hacen que los canales del potasio se abran, permitiendo el flujo de

salida de este ion. La fuerza de contracción disminuye cuando la

acetilcolina actúa como primer mensajero y estimula a su receptor

para activar las proteínas inhibidoras G

i

o G

o

. Desde el punto

de vista clínico, es importante el hecho de que los cambios

segundo a segundo de la frecuencia cardíaca puedan explicarse

por la activación simultánea de G

s

y G

o

. La corriente inducida por

G

o

es mayor que la de G

s

, lo que explica la impresión de que la

estimulación vagal del corazón predomine en presencia de estimu-

lación simpática, como puede suceder en pacientes no medicados

previament

e 58 .

Regulación al alza y regulación a la baja

Los receptores

b

-adrenérgicos cambian su repuesta dinámica en

función de la cantidad de noradrenalina presente en la hendidura

sináptica o el plasma. Para ellos, esta respuesta es rápida: a los

30 minutos de la denervación o el bloqueo adrenérgico el número

de receptores aumenta. Esta regulación al alza explica por qué la

interrupción repentina del tratamiento con fármacos bloqueantes

de los receptores

b

-adrenérgicos produce taquicardia de rebote y

hace aumentar la incidencia de IM e isquemia. Numerosos fenó-

menos crónicos, como las venas varicosa

s 59

o el envejecimiento,

pueden reducir el número de receptores adrenérgicos o la sensibi-

lidad sistémica.

Clínicamente y a nivel celular, las respuestas a numerosas

hormonas y neurotransmisores se desvanecen con rapidez, a pesar

de la continua exposición a agonistas adrenérgico

s 60 .

Este fenó-

meno, denominado desensibilización, ha sido especialmente estu-

diado en relación con la estimulación de los niveles de AMPc por

parte de los receptores

b

-adrenérgicos de la membrana plasmática.

Los mecanismos para él postulados incluyen desacoplamiento

(p. ej., por fosforilación), secuestro y regulación a la baja. Los pro-

cesos moleculares subyacentes a la desensibilización rápida de los

receptores no parecen requerir la internalización de dichos recep-

tores, sino más bien una alteración en su funcionamiento que los

desacople de la estimulación de la proteína G

s

. La desensibilización

inducida por agonistas implica la fosforilación de los receptores

acoplados a proteínas G por acción de dos clases de serina-treonina

cinasas. Una de dichas clases inicia la desensibilización específica

Figura 2-13

 La glucogenólisis activada por adrenalina en una célula hepática pone de manifiesto el papel de las proteínas G en la función celular. El primer

mensajero (adrenalina) se une a su receptor específico, estimulando la producción de proteínas G (en este caso G

s

) para activar el efector, la adenilil ciclasa.

Esta enzima convierte el adenosintrifosfato (ATP) en adenosinmonofosfato cíclico (AMPc), el segundo mensajero, desencadenante de una cascada de

reacciones enzimáticas que estimula a la enzima fosforilasa (phos-a) para que el glucógeno se convierta en glucosa, que es expulsada por la célula.

(

De Linder ME, Gilman AG: G Proteins

. Sci Am

267:56, 1992.

)