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Anestésicos intravenosos

J.G. Reves, Peter S.A. Glass, David A. Lubarsky, Matthew D. McEvoy

y Ricardo Martinez-Ruiz

Puntos clave

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1.

La introducción del tiopental en la práctica clínica, en

1934, marcó el inicio de la anestesia intravenosa

moderna. Hoy en día, se utilizan numerosos anestésicos

intravenosos para la inducción y el mantenimiento de la

anestesia y para la sedación consciente.

2.

El anestésico intravenoso que más se utiliza en la actualidad

es el propofol, un alquilfenol que se presenta formulado en

emulsión lipídica. Este fármaco logra un inicio y un fin del

efecto rápidos, así como una disminución del tiempo

dependiente del medio de 10 minutos, cuando su infusión ha

durado menos de 3 horas, y por debajo de 40 minutos,

cuando se realizan infusiones de hasta 8 horas. Parece que

su mecanismo de acción consiste en potenciar las corrientes

de cloro inducidas por el ácido

g

-aminobutírico (GABA).

A dosis terapéuticas, el propofol provoca una depresión

moderada de la ventilación. Asimismo, induce una

disminución de la presión arterial en función de la dosis que

se administre, sobre todo por la reducción del gasto

cardíaco y de la resistencia vascular sistémica. Una

característica exclusiva del propofol es su efecto antiemético,

que sigue estando presente incluso a concentraciones por

debajo de las que producen sedación. La dosis de inducción

es de 1-2mg/kg para la pérdida de consciencia, con una

velocidad de infusión para el mantenimiento de la anestesia

de 100-200

m

g/kg/min. Para una sedación consciente, suele

bastar una velocidad de 25-75

m

g/kg/min.

3.

Hasta hace poco, los barbitúricos eran los fármacos de

inducción intravenosos que más se utilizaban. El tiopental

consigue un inicio y un fin del efecto rápidos cuando se

utiliza en dosis única, pero se acumula con rapidez si

se administra durante períodos prolongados, lo que

conlleva una recuperación lenta. El metohexital tiene un

inicio y un fin del efecto rápidos, similar a los del propofol,

para procedimientos que duren menos de 2 horas. Los

barbitúricos se administran en forma de sales de sodio

diluidas en agua a un pH alcalino. Al igual que el propofol,

se cree que ejercen su efecto hipnótico a través del

receptor GABA

A

. Los barbitúricos proporcionan

protección cerebral, y en general se usan por este efecto.

Provocan una disminución moderada, dependiendo de la

dosis, en la presión arterial (principalmente secundaria a

vasodilatación periférica), y también reducen el impulso

respiratorio. Los barbitúricos están contraindicados en el

caso de pacientes con porfiria. La dosis de inducción del

tiopental es de 4mg/kg, y la del metohexital de 2mg/kg.

Se puede utilizar el metohexital para el mantenimiento de

la anestesia a dosis de 100-200

m

g/kg/min o para una

sedación consciente a dosis de 25-75

m

g/kg/min.

4.

Las benzodiazepinas se emplean sobre todo como

premedicación para producir ansiólisis y amnesia, o para

inducir sedación consciente. El midazolam es la

benzodiazepina hidrosoluble que más se utiliza por vía

intravenosa debido a que su inicio y fin del efecto son

relativamente rápidos, y a que carece de metabolitos

activos, frente a otras benzodiazepinas (p. ej., el diazepam).

El inicio de acción del midazolam es más lento que el del

propofol y el de los barbitúricos, y el fin del efecto, en

especial cuando se utiliza en dosis altas o en infusiones

prolongadas, es mucho más largo que el del propofol o el

del metohexital. Las benzodiazepinas actúan a través del

receptor GABA. El flumazenilo es un antagonista específico

de las benzodiazepinas. Puede usarse para revertir los

efectos de éstas. En general, las benzodiazepinas sólo

producen un ligero descenso de la presión arterial y una

depresión respiratoria entre leve y moderada. La dosis de

midazolam necesaria para causar ansiólisis y sedación ligera

es de 0,015-0,03mg/kg por vía intravenosa, y suele ser

necesario repetirla cada 30-60 minutos.

5.

La ketamina es un derivado de la fenciclidina

completamente diferente de los hipnóticos antes

mencionados. Produce un estado disociativo de hipnosis

y analgesia. Se ha utilizado para la inducción y el

mantenimiento de la anestesia. La ketamina actúa sobre

todo, pero no de manera exclusiva, a través del receptor

N

-metil-

d

-aspartato (NMDA). La ketamina, a dosis altas, se

asocia a graves efectos secundarios psicológicos y otros

muchos efectos secundarios. Últimamente se la ha utilzado

sobre todo por su efecto analgésico. Tiene un inicio y un fin

de acción relativamente rápidos, incluso tras una infusión de

varias horas. Posee un efecto simpaticomimético que

conserva la función cardíaca. Ejerce un escaso efecto sobre

el sistema respiratorio y tiende a conservar los reflejos

autonómicos. La dosis de inducción es de 2-4mg/kg por vía

intravenosa. La infusión de ketamina produce analgesia

y puede administrarse con el propofol para obtener una

técnica de anestesia intravenosa total. Una dosis de

10-20mg antes de la intervención proporciona profilaxis

analgésica (analgesia preemptiva).

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2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos