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El sistema nervioso autónomo

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Sección I

Fisiología y anestesia

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

torácico,hipotensión,pérdida de consciencia y bloqueo cardíaco com-

pleto. Una excesiva respuesta broncoconstrictora debe tratarse con un

b

-agonista inhalado. La presencia de

b

-bloqueo coexistente se consi-

dera como contraindicación para la administración de metacolina.

El betanecol, derivado carbamato de la metacolina, se utiliza

a veces en el postoperatorio para recuperar la actividad peristáltica

en el intestino o para forzar la extrusión de orina en una vejiga

atónica. Este fármaco muestra una actividad preferente por los

receptores intestinales y urinarios respecto a los cardíacos, de

modo que se consigue la estimulación del tracto gastrointestinal y

la vejiga con mínimos efectos cardiovasculares. El betanecol suele

administrarse por vía oral aunque, si el deterioro de la función

gastrointestinal hace inviable la absorción de una dosis oral, puede

recurrirse a la vía subcutánea.

El carbacol se emplea de forma tópica o intraocular para

inducir constricción pupilar en el tratamiento a largo plazo del glau-

coma de ángulo abierto. Aplicado de forma tópica, es con frecuencia

mejor tolerado que los agentes oftálmicos a base de anticolinesterasa,

y puede resultar eficaz en pacientes resistentes a la pilocarpina y a

la fisostigmina. La rápida constricción pupilar se debe a la combi-

nación de bloqueo ganglionar y efectos muscarínicos. La pilocar-

pina, otro alcaloide natural, se utilizó en el tratamiento del glaucoma

hasta que se desarrollaron fármacos más modernos.

Antagonistas muscarínicos

Los antagonistas muscarínicos son los componentes activos de

algunas plantas utilizadas desde la antigüedad por sus efectos

medicinales y tóxicos. A pesar de lo antiguo de su utilización, los

antagonistas muscarínicos representan aún un grupo de fármacos

importante en anestesia y cuidados intensivos.

Los antagonistas muscarínicos compiten con la acetilcolina

liberada neuralmente por el acceso a los colinoceptores muscarí-

nicos y bloquean sus efectos. También antagonizan las acciones de

los agonistas muscarínicos sobre los colinoceptores muscarínicos

no inervados. Los receptores muscarínicos presinápticos de las

terminaciones nerviosas adrenérgicas pueden inhibir la liberación

de noradrenalina, y los antagonistas muscarínicos pueden intensi-

ficar la actividad simpática. Con la excepción de los compuestos de

amonio cuaternario, que no atraviesan con facilidad la barrera

hematoencefálica y presentan pocos efectos sobre el SNC, no existe

una especificidad de acción significativa entre estos fármacos. Blo-

quean todos los efectos muscarínicos con la misma eficacia, aunque

se han observado ciertas diferencias cuantitativas en sus efectos

( tabla 2-11 )

. La investigación ha diferenciado varios subtipos de

receptores muscarínicos y se han sintetizado agonistas y antago-

nistas que se unen de forma preferente a unos u otros subtipos. La

pirenzepina bloquea preferentemente los receptores M

1

, la tripitra-

mina muestra mayor afinidad por los receptores M

2

y la darifena-

cina seunedemanerapreferente a los receptoresM

3

.La farmacología

diferencial de los distintos agentes antimuscarínicos ha desempe-

ñado un papel destacado en el desarrollo de tratamientos para los

trastornos de la vejiga hiperactiva. La oxibutinina, la tolterodina, la

darifenacina, la solifenacina y el trospio conforman un grupo de

fármacos desarrollados todos ellos para optimizar el alivio de los

síntomas vesicales y minimizar los efectos sobre los receptores

muscarínicos fuera de la vejiga.

Históricamente, estos fármacos se han empleado en el trata-

miento de la úlcera péptica, en varias formas del síndrome del

intestino espástico, en patologías de las vías respiratorias altas y en

el asma. No obstante, estas aplicaciones se han visto muy reducidas,

en especial tras el desarrollo de fármacos que bloquean de forma

específica la histamina (H

2

), como la cimetidina, para el trata-

miento de la úlcera péptica. La atropina, empleada en el pasado

para tratar el broncoespasmo, fue desplazada por la introducción

de fármacos

b

2

-agonistas que no secan las secreciones ni disminu-

yen la motilidad ciliar. El uso tópico de análogos de la atropina en

la práctica oftalmológica para dilatar la pupila es aún habitual.

La adición de un fármaco anticolinérgico muscarínico a la

premedicación anestésica para reducir las secreciones y prevenir

los reflejos vagales nocivos era obligada en los tiempos de la anes-

tesia del éter, pero es ya menos importante tras la introducción de

los modernos agentes inhalados. El uso preoperatorio rutinario de

estos fármacos como antisialogogos se mantiene en algunos casos

pediátricos y otorrinolaringológicos o cuando se planifica una

intubación con fibra óptica.

La atropina presenta una estructura terciaria que atraviesa

con facilidad la barrera hematoencefálica

( fig. 2-18 )

. Efectos sobre el SNC se han observado con las dosis relativamente altas

(1 o 2mg) que se administran para bloquear los efectos adversos

muscarínicos de los fármacos anticolinesterasa que invierten el

bloqueo neuromuscular (v. cap. 19). Por el contrario, uno de los

fármacos antimuscarínicos sintéticos, el glucopirrolato, no atraviesa

la barrera hematoencefálica, debido a su estructura cuaternaria, y

su administración se ha generalizado para este uso. El glucopirro-

lato tiene una duración de acción mayor que la atropina.

La escopolamina, que se asemeja a otros integrantes de esta

clase en sus acciones periféricas, presenta efectos pronunciados

sobre el SNC. Es el principio activo de la mayor parte de los

fármacos dispensados sin receta como soporíferos, y resulta eficaz

en la prevención del mareo por movimiento. La preparación en

parche de escopolamina puede emplearse de forma profiláctica

para el mareo por movilidad y para las náuseas y vómitos posto-

peratorios pero, al igual que las formulaciones para administración

oral y parenteral, puede asociarse a efectos adversos que afectan al

ojo, la vejiga o la piel, así como a otros efectos psicológico

s 299,300 .

Tabla 2-11

 Fármacos anticolinérgicos muscarínicos

Fármaco

Duración

Sistema

nervioso

centra

l *

Antisialogogo

Frecuencia

cardíaca

Atropina

Corta

Estimulación +

++

Glucopirrolato Larga

0

++

+

Escopolamina Corta

Sedación

++

0/+

*

Los efectos de la atropina son limitados en dosis de uso clínico, aunque pueden

resultar significativos en ancianos.

0, sin efecto; +, efecto ligero; ++, efecto moderado.

Figura 2-18

 Fórmulas estructurales de fármacos antimuscarínicos de

utilidad clínica.