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Farmacología y anestesia

II

La miotoxicidad inducida por los anestésicos locales puede deberse

a la afectación mitocondria

l 152 .

Infusiones prolongadas de anestésicos

locales y desarrollo de anestésicos locales

de larga duración

Los anestésicos locales se administran cada vez más mediante infu-

sión continua, durante varios días después de la cirugía o durante

semanas o meses como tratamiento del dolor crónico de origen

neoplásico o no neoplásico (v. caps. 48 y 77). Con las infusiones pro-

longadas existe el riesgo de que se produzcan reacciones tóxicas retar-

dadas o el acúmulo sistémicodel fármaco.En los adultos,las infusiones

continuas de bupivacaína de hasta 30mg/h durante un período de

hasta dos semanas no produjeron signos de toxicidad neurológica ni

cardiovascular a pesar de que las concentraciones plasmáticas totales

de bupivacaína fuesen de 2 a 5

m

g/ml en varios paciente

s 153 .

Se están investigando varios métodos para lograr un bloqueo

nervioso de larga duración. La encapsulación en liposomas puede

prolongar la duración del bloqueo, en función de la dosis y de las

propiedades físicas del liposoma (la carga de la superficie, el tamaño

o la estructura lamelar

) 154-156 .

Los anestésicos locales pueden ser

incorporados a microesferas de polímeros biodegradables para su

liberación continu

a 157 .

Estas preparaciones consiguen un bloqueo

nervioso periférico en los modelos animales y voluntarios

humano

s 158

que oscila de 2 a 8 días, según la dosis, el sitio de inyec-

ción y la especie animal. Debido a la neurotoxicidad intrínseca de

todos los anestésicos locales de tipo aminoamida y aminoéster, es

probable que exista un riesgo potencial irreducible de neurotoxici-

dad con la mayoría de estas técnicas de liberación controlada de

los anestésicos locales aminoésteres y aminoamidas en la proximi-

dad de los troncos nerviosos mayores. Así, la relación riesgo-

beneficio de estas formulaciones será más favorable cuando se

utilicen en localizaciones no protectoras, como para el bloqueo

intercostal, en el que la anestesia prolongada puede ser un beneficio

más que una complicación de la intervención. También es probable

que este riesgo sea clínicamente menos importante en la analgesia

por infiltración.

La anestesia local de duración prolongada también parece

ser factible con el empleo de toxinas que se unen al sitio 1 del canal

de sodio en combinación con otros anestésicos locales o sustancias

adrenérgica

s 159 .

En series preliminares con seres humanos se han

utilizado otras toxinas de este tip

o 160 .

Una combinación de estas

toxinas con sustancias adrenérgicas o con anestésicos locales logra

la prolongación del bloqueo y mejora el índice terapéutic

o 159 .

Las

características teóricamente atractivas de las toxinas que se unen

al sitio 1 son la ausencia aparente de toxicidad tisular local sobre

los nervio

s 150

o los músculos

161

y sus efectos mínimos sobre los

canales de sodio cardíacos.

Se ha investigado el uso como anestésico local de otros tipos

de compuestos, entre los que se incluyen los antidepresivos tricí-

clico

s 162 ,

aunque la neurotoxicidad puede limitar la utilidad clínica

de este grupo de fármacos.

Todavía debe determinarse si se generalizará en la práctica

clínica el empleo de los anestésicos locales de larga duración. Si se

demuestra su efectividad y su seguridad, podrían emplearse en los

bloqueos intercostales y en la infiltración de heridas, en particular

para la cirugía torácica y abdominal, donde la sensación protectora

es comparativamente menos importante que para la cirugía de las

extremidades. Si se lograsen desarrollar fármacos anestésicos cuya

acción se prolongara durante períodos de tiempo de semanas o

superiores, se podrían emplear en el tratamiento del dolor crónico

y del dolor de origen tumoral.

Mecanismos biológicos del fracaso

de los anestésicos locales: inflamación,

hiperalgesia, taquifilaxia y variantes genéticas

El fracaso de la anestesia local con frecuencia se atribuye a fallos

técnicos en la administración, a un volumen o una concentración

insuficientes del fármaco o a decisiones clínicas erróneas a la hora de

seleccionar la técnica. Sin embargo, existen diversas situaciones clíni-

cas en las que los procesos biológicos contribuyen al fracaso de la

anestesia local, incluso aunque la técnica sea la correcta o se haya

elegido el fármaco adecuado.Por ejemplo,en los pacientes que acuden

al dentista con infecciones, como abscesos dentales o pulpitis grave,

se han descrito fracasos anestésicos hasta en el 70% de los pacientes

que recibieron dosis estándar de anestésicos locales. El fracaso de la

anestesia local en un área inflamada parece reflejar una combinación

de factores farmacocinéticos y farmacodinámicos. Entre los factores

farmacocinéticos se encuentran 1) el aumento del flujo sanguíneo

local, responsable de la eliminación acelerada del fármaco a partir de

los compartimentos de inyección perineural; 2) la acidosis tisular

local, que hace que una mayor proporción del fármaco se encuentre

en forma de clorhidrato, que difunde peor a través de las membranas

biológicas, y 3) el edema tisular local, que aumenta la distancia de

difusión entre el fármaco y el interior de los nervios. Los factores

farmacodinámicos incluyen los efectos de la inflamación sobre la

sensibilización central y periférica de los nervio

s 163,164

. Es interesante

destacar que en el contexto de una infección de un diente mandibular,

el bloqueo del nervio alveolar inferior (realizado proximalmente, en

un sitio supuestamente alejado del área infectada) también presenta

una tasa de fracaso inesperadamente alto.

A su vez, los anestésicos locales y la anestesia regional pueden

suprimir componentes de las respuestas inflamatorias mediante

la interacción compleja de mecanismos sistémicos, raquídeos y

locale

s 165,166

.

La menor efectividad aparente de las infusiones de anestésicos

locales con el paso del tiempo puede deberse a diversos factores no

relacionados con la tolerancia per se, entre los que se incluyen la des-

colocación de los catéteres epidurales y los cambios en el dermatomo

de origen o en la intensidad de la aferencia nociceptiva.En las pacientes

obstétricas que reciben inyecciones epidurales en bolo, la recurrencia

del dolor antes de la siguiente inyección se traduce en una menor

intensidad y duración del bloqueo, mientras que la administración de

una dosis adicional antes de que el dolor reaparezca impide esta forma

de tolerancia de aparición rápida, o taquifilaxi

a 167

. La administración

de opioides sistémicos en el postoperatorio de los pacientes sometidos

a infusiones de bupivacaína epidural torácica impidió la regresión del

bloqueo segmentari

o 168

. Los estudios en las ratas indican que en este

fenómeno se ven implicados mecanismos farmacocinéticos y farmaco-

dinámicos.En otro experimento realizado también con ratas se observó

que la taquifilaxia se relacionaba con el desarrollo de hiperalgesi

a 169

y

que los fármacos que inhiben la hiperalgesia, como los antagonistas

del receptor de

N

-metil-d-aspartato o los inhibidores de la sintetasa del

óxido nítric

o 170

, también impidieron la taquifilaxia. Por el contrario, la

administración de inyecciones repetidas de lidocaína en el nervio

ciático se acompañó de una disminución del contenido de lidocaína

intraneural, así como de una menor duración del bloque

o 171

.

Algunos pacientes refieren que los anestésicos locales no les

hacen efecto.Aunque esta afirmación puede reflejar defectos previos

en la técnica anestésica o una variedad de factores específicos del

proceso, el paciente o la intervención, es posible que en algunos

casos estos fracasos puedan deberse a variaciones genéticas en la

respuesta al anestésico local. Por ejemplo, un subgrupo de pacientes

con síndrome de Ehlers-Danlos, una enfermedad del tejido conjun-

tivo, parece responder menos a la anestesia local tópic

a 172

.