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Anestésicos locales

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Sección II

Farmacología y anestesia

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

vivo o que cualquier bloqueo nervioso pudiera producir. El meca-

nismo de esta acción extraordinaria continúa siendo un misterio.

Farmacocinética

La concentración de anestésico local en sangre viene determinada

por la cantidad inyectada, la tasa de absorción a partir del sitio de

inyección, la tasa de distribución por los tejidos y la tasa de bio-

transformación y eliminación del fármac

o 81-83 .

Los factores del

paciente, como la edad, la situación cardiovascular y la función

hepática, influyen sobre la disposición fisiológica y la concentra-

ción plasmática resultante del anestésico local.

Absorción

La absorción sistémica de los anestésicos locales depende del sitio

de inyección, de la dosis y del volumen inyectado, de la adición de

un agente vasoconstrictor y del perfil farmacológico del fármac

o 81-83

.

La comparación de las concentraciones plasmáticas de los anesté-

sicos locales empleando rutas de administración diferentes revela

que la mayor concentración se consigue tras un bloqueo nervioso

intercostal, seguido en orden de concentración decreciente por la

inyección en el espacio epidural caudal, el espacio epidural lumbar,

el plexo braquial y el tejido celular subcutáne

o 83

. La tasa y la velo-

cidad de absorción de la solución anestésica local son mayores

cuando se administra en una zona muy vascularizada. Esta relación

es importante desde el punto de vista clínico, ya que el empleo de

una dosis fija de un anestésico local puede dar lugar a reacciones

tóxicas tras su aplicación en una zona, pero no en otras. Por ejemplo,

la administración de 400mg de lidocaína sin adrenalina para un

bloqueo nervioso intercostal se acompaña de unos niveles medios

en sangre venosa de aproximadamente 7

m

g/ml, que en algunos

pacientes son lo suficientemente elevados como para producir sín-

tomas por toxicidad del sistema nervioso central (SNC). Por com-

paración, la misma dosis de lidocaína utilizada para la anestesia del

plexo braquial produce un nivel plasmático máximo medio de

aproximadamente 3

m

g/ml, con el que rara vez se producen signos

de toxicida

d 83

.

La concentración plasmática máxima de los anestésicos

locales se relaciona con la dosis total de fármaco administrado por

cualquiera de las rutas posibles. Para la mayor parte de los fármacos

existe una relación proporcional entre la cantidad de fármaco

administrado y el pico resultante de anestésico en plasma.

Las soluciones anestésicas locales se combinan a menudo

con un vasoconstrictor, generalmente la adrenalina, a dosis que

oscilan entre los 5 y los 20

m

g/ml. La adrenalina reduce la tasa

de absorción vascular de ciertos fármacos en diversos puntos de

administración, por lo que disminuye su toxicidad sistémica poten-

cial. Una dosis de adrenalina de 5

m

g/ml (1:200.000) reduce de

manera significativa el pico de los niveles plasmáticos de la lido-

caína y la mepivacaína, con independencia del sitio de administra-

ción. El nivel plasmático máximo de la bupivacaína y la etidocaína

apenas se ven influidos por la adición de un vasoconstrictor tras

su inyección en el espacio epidural lumbar. Sin embargo, la adre-

nalina disminuirá de modo significativo la tasa de absorción vas-

cular de estos fármacos cuando se emplean para realizar bloqueos

nerviosos periféricos, como es el bloqueo del plexo braquial.

La tasa de absorción de los anestésicos locales también

depende de cada fármaco en particular. Algunos estudios han

observado que la absorción de los anestésicos locales parece reali-

zarse mediante procesos rápidos y lentos, como ha sido descrito

por los modelos bicompartimentale

s 84

.

Distribución

La distribución sistémica de los anestésicos locales puede descri-

birse bastante bien empleando un modelo bicompartimenta

l 85 .

La

fase de eliminación rápida parece deberse a la captación por los

tejidos en un intento de establecer un equilibrio rápido (es decir,

por los tejidos que poseen una perfusión vascular elevada). La fase

de eliminación más lenta depende principalmente de las propieda-

des de cada compuest

o 85 .

Los anestésicos locales se distribuyen por todos los tejidos

corporales, aunque la concentración relativa en los distintos tejidos

es variable. Por lo general, la concentración de anestésico local es

mayor en los órganos más vascularizados. Como los anestésicos

locales se eliminan con rapidez por el tejido pulmonar, la concen-

tración plasmática total del anestésico local disminuye notable-

mente al pasar por los vasos pulmonare

s 86 .

Biotransformación y excreción

El patrón del metabolismo de los anestésicos locales varía en

función de su composición química. Los compuestos de tipo éster

o similares a la procaína sufren una hidrólisis en el plasma por

medio de las enzimas seudocolinesterasas. La tasa de hidrólisis de

la cloroprocaína es especialmente rápid

a 87,88

.

La degradación enzimática de los compuestos de tipo ami-

noamida se produce principalmente por la ruta hepática. El meta-

bolismo de la lidocaína es más rápido que el de la mepivacaína; y

el de la bupivacaína es más lento que el de la lidocaína o de la

mepivacaín

a 89-91

.

La excreción de los metabolitos de los anestésicos locales de

tipo amida tiene lugar a través del riñón. La eliminación urinaria

de fármaco no metabolizado es inferior al 5%.

Alteraciones farmacocinéticas

dependientes del estado del paciente

La edad del paciente puede influir en la disposición fisiológica de los

anestésicos locales (v. caps. 61 y 71). La vida media de la lidocaína tras

su administración intravenosa en voluntarios humanos cuyas edades

oscilaban entre los 22 y los 26 años fue, por término medio, de

80 minutos, mientras que en los voluntarios de 61 a 71 años la vida

media se prolongó de modo significativo hasta los 138 minuto

s 92 .

La inmadurez del sistema enzimático del hígado de los recién

nacidos hace que la eliminación de la lidocaína, la bupivacaína y la

ropivacaína sea más lent

a 93-95 .

La bupivacaína, por ejemplo, posee una

vida media de eliminación terminal de alrededor de 3,5 horas en los

adultos. En los neonatos y en algunos lactantes de poca edad la vida

media de eliminación terminal puede ser tan prolongada como de

hasta 8-12 horas. La eliminación prolongada es un problema en par-

ticular con las infusiones continuas de anestésicos locales en los lac-

tantes y se ha descrito la aparición de convulsiones con las infusiones

rápidas de bupivacaín

a 96 .

Basándose en el análisis de estos casos, el

ritmo máximo de la infusión prolongada de bupivacaína para los

niños y los adultos se ha establecido en 0,4mg/kg/h, mientras que en

los lactantes y en los niños de menor edad no debería exceder los

0,2mg/kg/

h 97 ,

ya que en los niños más pequeños se ha observado que,

incluso con esta pauta, los niveles plasmáticos de bupivacaína pueden

alcanzar un rango tóxico hasta las 48 hora

s 98 .

Del mismo modo, las

infusiones prolongadas de lidocaína en los lactantes no deberían

sobrepasar los 0,8mg/kg/h. El riesgo de toxicidad por la infusión de

lidocaína también es mayor en los lactantes por la acumulación de su

metabolito principal, el monoetilglicinexilidido (MEGX), que puede