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Farmacología y anestesia

II

(v. también cap. 59). Esta diferencia puede atribuirse a la combina-

ción de factores mecánicos asociados con el embarazo (es decir, la

dilatación de las venas epidurales reduce el volumen del espacio

epidural y del subaracnoideo) y a efectos directos de las hormonas,

especialmente la progesterona,sobre la susceptibilidad de los nervios

al bloqueo de la conducción por el anestésico local per s

e 51 .

De estos

dos factores, las alteraciones hormonales son probablemente el más

importante, ya que durante el primer trimestre del embarazo se

produce una mayor extensión de la anestesia epidura

l 52

, antes de que

se hayan producido cambios importantes en las dimensiones vas-

culares del espacio epidural o del espacio subaracnoideo. La dosis

de los anestésicos locales probablemente debería reducirse en todas

las pacientes y en todas las etapas del embarazo.

Elección del anestésico local

en los diversos procedimientos

anestésicos regionales

Teniendo en cuenta consideraciones anatómicas, la anestesia

regional puede dividirse en la anestesia por infiltración, la aneste­

sia regional intravenosa, el bloqueo nervioso periférico (incluido

el bloqueo de los plexos nerviosos), el bloqueo nervioso central y

la anestesia tópica (v. también caps. 41, 42, 43, 59, 60, 71 y 77). Se

incluye también la anestesia tumescente, un método de anestesia

local por inyección que es empleada con frecuencia por los ciruja-

nos plásticos.

Anestesia por infiltración

Cualquier anestésico local puede administrarse mediante infiltra-

ción. El inicio de la acción es casi inmediato para todos los agentes

tras su administración subcutánea o intradérmica; sin embargo, la

duración de la anestesia es variable

( tabla 20-4

). La adrenalina

prolonga la duración de la anestesia por infiltración de todos los

anestésicos locales, aunque su efecto es más pronunciado cuando

se combina con la lidocaína. La elección del anestésico local que va

a ser infiltrado depende en gran medida de la duración deseada del

efecto anestésico.

La dosis de anestésico local requerida para lograr una anes-

tesia por infiltración adecuada depende del tamaño del área que

vaya a ser anestesiada y de la duración estimada del procedimiento

quirúrgico. Para anestesiar áreas extensas se deben emplear volú-

menes grandes de soluciones anestésicas diluidas. Estas conside­

raciones son particularmente importantes cuando se realiza la

infiltración anestésica en lactantes o en niños pequeños. Como

ejemplo, téngase en cuenta que la dosis máxima de lidocaína para

realizar una anestesia por infiltración con seguridad en un lactante

de 4 kg es de 5mg/kg, por lo que pueden administrarse 20mg, que

corresponden a 1ml de una solución al 2% o a 4ml de una solución

al 0,5%. La lidocaína resulta eficaz para la anestesia por infiltración

en concentraciones tan diluidas como del 0,5 al 0,3%, de modo que

para anestesiar con seguridad áreas extensas puede emplearse la

solución menos concentrada.

Los pacientes suelen experimentar dolor inmediatamente

después de la inyección subcutánea de las soluciones anestésicas

locales, debido en parte a la naturaleza ácida de estas soluciones.

La neutralización de las soluciones de lidocaína mediante la adición

de bicarbonato sódico inmediatamente antes de la inyección reduce

el dolor durante la infiltración cutáne

a 53

y puede adelantar el inicio

de la acción anestésica (v. más arriba).

Anestesia regional intravenosa

La anestesia regional intravenosa consiste en la administración

intravenosa de un anestésico local en una extremidad comprimida

por un torniquete (es decir, un bloqueo de Bier) (v. cap. 60

) 54 .

El

anestésico local difunde desde el lecho vascular periférico hasta los

tejidos no vasculares, como son los axones y las terminaciones

nerviosas. La seguridad y la eficacia de este procedimiento anesté-

sico regional dependen de la interrupción del flujo sanguíneo en

la extremidad afectada y de la liberación gradual de la compresión

ejercida por el torniquete oclusor. La anestesia regional intravenosa

se ha empleado principalmente durante la práctica de procedi-

mientos quirúrgicos en las extremidades superiores. Este tipo de

anestesia también puede utilizarse para efectuar procedimientos

quirúrgicos de corta duración en el pie. La aplicación de un torni-

quete en la zona inferior de la pierna debería realizarse por debajo

del cuello del peroné para evitar la presión sobre el nervio peroneal

superficial. En general se prefieren los torniquetes en la zona supe-

rior de la pierna antes que en la zona inferio

r 55

.

La lidocaína ha sido el fármaco más empleado para realizar

una anestesia regional intravenosa, pero también se han usado con

éxito la prilocaína, la mepivacaína, la cloroprocaína, la procaína, la

bupivacaína y la etidocaína. Podría pensarse que los aminoésteres

son más seguros debido a su hidrólisis en la sangre; sin embargo, se

han descrito casos de tromboflebitis en varios pacientes tras el uso

Tabla 20-4

 Anestesia por infiltración

Fármaco

Solución simple

Solución con adrenalina

Concentración (%)

Dosis máxima (mg)

Duración (min)

Dosis máxima (mg)

Duración (min)

De duración corta

Procaína

  1-2

500

 20-30

 600

 30-45

Cloroprocaína

  1-2

800

 15-30

1.000

 30

De duración intermedia

Lidocaína

0,5-1

300

 30-60

 500

120

Mepivacaína

0,5-1

300

 45-90

 500

120

Prilocaína

0,5-1

350

 30-90

 550

120

De duración larga

Bupivacaína

0,25-0,5

175

120-240

 200

180-240

Ropivacaína

0,2-0,5

200

120-240

 250

180-240