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del placebo (o tratamientos alternativos aceptados) proporciona

pruebas sólidas de que los resultados se relacionan con la interven-

ción. Estos estudios tienen un menor grado de validez externa,

porque la intervención puede no comportarse de la misma forma

cuando se difunde en una población más heterogénea en la que el

tratamiento no se define, lo que es un dato importante. Además, las

complicaciones de bajo riesgo en subgrupos específicos de pacientes

pueden no detectarse en ensayos con distribución aleatoria peque-

ños. Por ejemplo, las complicaciones cardiovasculares de los inhibi-

dores de la ciclooxigenasa 2 no se detectaron al principio en los

ensayos con distribución aleatoria.

En los estudios retrospectivos se identifican pacientes que

han mostrado un resultado y se definen los factores de riesgo aso-

ciados al resultado. Un ejemplo de un diseño retrospectivo es el

estudio de casos y controles. Los estudios de casos y controles

identifican pacientes con el resultado de interés. Estos pacientes se

incluyen con frecuencia como parte de un estudio de cohortes

prospectivo. La prevalencia de un factor de riesgo en los pacientes

con el resultado (es decir, casos) se compara con la prevalencia del

factor de riesgo en controles con características clínicas similares

para maximizar la eficiencia y potencia de los resultados. Las pro-

porciones de casos y controles pueden variar, de manera que se

aumenta la potencia al aumentar el número de controles.

Los estudios de casos y controles pueden sufrir diversos

sesgos. La definición exacta de casos y controles puede influir en

el análisis. Con frecuencia, a los pacientes se les empareja en

función de la edad y el sexo, pero pueden ser importantes otros

factores. Es crítico que la exposición preceda al resultado, y un

gradiente dosis-respuesta confirma adicionalmente esta relación.

Problemas inherentes al estudio

de los riesgos relacionados con la anestesia

Varios aspectos relacionados con el estudio del riesgo relacionado

con la anestesia pueden afectar a las observaciones. Por ejemplo,

hay múltiples definiciones de mortalidad perioperatoria. Varían en

particular la franja de tiempo en la cual una muerte puede atri-

buirse a la intervención quirúrgica y a la administración de la

anestesia. Por esta razón, el NSQIP (National Surgical Quality

Improvement Project) exige 30 días de seguimiento en todos los

pacientes para obtener modelos sólidos ajustados por el riesgo de

morbilidad y mortalidad. El asunto del horizonte temporal es par-

ticularmente importante con las intervenciones quirúrgicas ambu-

latorias o de estancia corta en donde la recuperación de la anestesia

acontece en casa. A medida que sigamos vigilando a nuestros

pacientes en favor de su seguridad, será importante prolongar el

seguimiento más allá del marco hospitalario tradicional, y muchos

estudios recientes han incluido este enfoque.

Un problema importante en cualquier estudio del riesgo es la

frecuencia real de complicaciones en la población de interés. Existen

múltiples fuentes de datos para estudiar el riesgo perioperatorio.

Aunque algunos de los estudios originales utilizaron datos de una o

un pequeño grupo de instituciones, este método ya no es práctico

en la era actual. Como se ha demostrado a lo largo de este capítulo,

la mayoría cree que el riesgo relacionado con la anestesia se ha re-

ducido con el tiempo, aunque esta premisa se ha puesto en dud

a 9

.

Por ejemplo, la mortalidad relacionada con la anestesia descrita en

el CEPOD (Confidential Enquiry into Perioperative Deaths) de 1987

fue de 1 cada 185.000 pacientes, comparada con 1 de cada 2.680 ca­

sos publicados por Beecher y Todd unos 30 años ante

s 10,11 .

Conside-

rando la frecuencia actual, un estudio debería ser enorme para

detectar una mortalidad relacionada con la anestesia. Este tipo de

estudio requeriría información procedente de un gran número de

lugares o datos que cubrieran múltiples años en una sola institución.

Considerando las precauciones que hay en Estados Unidos respecto

a la confidencialidad y la responsabilidad legal, sería difícil realizar

un estudio multicéntrico del riesgo en pacientes no seleccionados.

Estos problemas pueden no estar presentes en otros países.

Otro aspecto es el efecto del acto de estudiar el resultado.

Como en cualquier estudio del riesgo, la frecuencia real de com-

plicaciones se reduce debido a una mayor observación. Esto se

observa a menudo en forma de una frecuencia menor de la espe-

rada de complicaciones en el grupo placebo del ensayo controlado

con distribución aleatoria.

Un método alternativo es identificar malos resultados y

evaluar los patrones de error. Por ejemplo, Cheney y cols

. 12

realiza-

ron el ACCS (American Society of Anesthesiologist [ASA] Closed

Claims Study). Mediante la obtención de los registros de compli-

caciones importantes que condujeron a litigios legales fueron

capaces de identificar factores que contribuían a un mal resultado.

Con este método pueden identificarse morbilidades seleccionadas

que llevan al litigio. La limitación de este método es que se desco-

noce la frecuencia real de complicaciones; sólo se identifican las

reclamaciones legales cerradas. No se incluyen en la base de datos

los casos que no dan lugar a litigios.

Se han hecho varios intentos de establecer bases de datos

epidemiológicas grandes. Un ejemplo de este tipo de método ha

sido el trabajo de Mangano y el del Multicenter Study of Periope-

rative Ischemia Group con respecto a la cirugía cardíaca. Este grupo

utilizó sus bases de datos para evaluar aspectos como la frecuencia

e importancia de la fibrilación auricular tras una intervención qui-

rúrgica cardíaca y el uso de aspirin

a 13,14

. Otros métodos son la

creación de bases de datos de cirugía cardíaca de la Society of Tho-

racic Surgeons, la U.S. Veterans Administration NSQIP y el New

England Collaborative Projec

t 15-18 .

Estas bases de datos se utilizan

para definir factores de riesgo de un mal resultado, obtener frecuen-

cias de complicaciones locales y nacionales, y como una herra-

mienta educativa. Estas bases de datos contienen poca información

o ninguna respecto a la práctica de la anestesia, aunque muchas

sociedades de especialidades de anestesia están discutiendo si ela-

borar bases de datos independientes o unirse a grupos quirúrgicos

para obtener bases de datos más sólidas.Aunque estas bases de datos

pueden proporcionar información sumamente importante para

mejorar la asistencia, se desconoce su capacidad para generalizar los

resultados a centros que no tengan la infraestructura suficiente para

participar en tales proyectos (p. ej., hospitales más pequeños).

Este aspecto final (el aspecto institucional de la cirugía)

puede tener las implicaciones relacionadas con el patrón de asis-

tencia que se ejerce en un hospital en particular. Aunque los estu-

dios clasifican con frecuencia el riesgo en relación con la anestesia,

la intervención quirúrgica o la enfermedad del paciente, la asisten-

cia preoperatoria puede tener una repercusión profunda en el

riesgo. Por ejemplo, el riesgo de embolia pulmonar puede relacio-

narse con la asistencia de enfermería y la frecuencia con que el

paciente deambula tras la intervención quirúrgic

a 19

. La presencia

de un intensivista que haga visitas diarias y las mayores proporcio-

nes de personal de enfermería respecto al médico también pueden

afectar a los resultado

s 20 .

Las variaciones en la asistencia total pro-

porcionada por un hospital, incluidos los anestesiólogos y los ciru-

janos, pueden afectar significativamente a los resultados.

Un avance a la hora de determinar la frecuencia de compli-

caciones locales es la creación de sistemas de información hospi-

talarios. El uso de bases de datos informatizadas en la evaluación

del riesgo comenzó con Marx y cols

. 21

en la década de 1970. Estos

sistemas de información son ahora casi un requisito para la super-

vivencia del hospital. La capacidad de investigar en estos sistemas

hará que en el futuro sea mucho menos costoso realizar estudios a

gran escala sobre el riesgo institucional. Los sistemas de informa-

ción sobre la anestesia son cada vez más frecuentes. Reich y cols

. 22

utilizaron uno de estos sistemas para identificar anomalías hemo-

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Control de la anestesia

III