ción, hay un número suficiente de complicaciones para realizar un
análisis en una sola institución. Keenan y Boya
n 53estudiaron la
incidencia y causas de parada cardíaca relacionadas con la aneste-
sia en el Medical College of Virginia durante un período de 15 años.
Hubo un total de 27 paradas cardíacas durante 163.240 procedimien-
tos, con una incidencia de 1,7 por 10.000 casos. Fallecieron 14 pa
cientes, con una incidencia de 0,9 por 10.000 casos. Los pacientes
pediátricos tenían un riesgo tres veces mayor de parada que los
adultos; los casos urgentes tenían un riesgo seis veces mayor. Pu-
dieron identificarse errores específicos en el manejo de la anestesia
en el 75% de los casos, la mayoría una ventilación inadecuada y
una sobredosis absoluta de anestésicos inhalados. El momento del
día no parecía influir en la frecuencia de paradas cardíacas relacio-
nadas con la anestesia. Desde una perspectiva educativa, los inves-
tigadores identificaron una bradicardia progresiva que precedió a
todas las paradas menos a una, lo que indica que una detección y
tratamiento precoces podrían evitar complicaciones.
Olsson y Halle
n 54estudiaron la incidencia de paradas car-
díacas intraoperatorias en el Karolinska Hospital de Estocolmo,
Suecia, de 1967 a 1984. Se produjeron en total 170 paradas en
250.543 procedimientos anestésicos realizados. Fallecieron 60 pa
cientes, lo que dio lugar a una mortalidad de 2,4 por 10.000 pro
cedimientos. Tras eliminar los casos de muerte inevitable (p. ej.,
ruptura de un aneurisma cerebral, traumatismo), la mortalidad
causada por la anestesia fue de 0,3 muertes por 10.000 procedi-
mientos. La causa más frecuente de parada cardíaca relacionada
con la anestesia fue una ventilación inadecuada (27 pacientes), una
asistolia tras la administración de succinilcolina (23 pacientes) y la
hipotensión tras la inducción (14 pacientes). La incidencia de
parada cardíaca aumentó al hacerlo la gravedad de las enfermeda-
des comórbidas, lo que se evaluó mediante la clasificación del
estado físico de la ASA. Al evaluar la incidencia de parada cardíaca
intraoperatoria en el tiempo, se produjo una reducción considera-
ble entre 1967 y 1984, coincidiendo con el mayor número de espe-
cialistas en anestesia empleados en la clínica.
Biboulet y cols
. 55estudiaron las paradas cardíacas mortales
y no mortales encontradas durante la anestesia y durante las pri-
meras 12 horas del postoperatorio en la URPA o la UCI en un solo
hospital en Francia. Se identificaron 11 paradas cardíacas relacio-
nadas con la anestesia entre 101.769 procedimientos anestésicos
(1,1 por 10.000). La mortalidad relacionada con la anestesia fue de
0,6 por 10.000 casos. Las principales causas de muerte fueron la
sobredosis de anestésico, la hipovolemia y la hipoxemia; en 10 de
los 11 casos hubo al menos un error humano, y todos se clasificaron
como evitables.
Newland y cols
. 56publicaron paradas cardíacas relacionadas
con la anestesia en 72.959 procedimientos a lo largo de 10 años en
un hospital docente de Estados Unidos. Consideraron que 15 pa
radas cardíacas de un total de 144 estaban relacionadas con la
anestesia (0,69 por 10.000 procedimientos), y en 10 casos más se
consideró que la anestesia había contribuido, con una cifra total de
1,37 por 10.000 procedimientos (IC 95%, 0,52 a 2,22). El riesgo de
muerte relacionada con la anestesia atribuible a la parada cardíaca
perioperatoria fue de 0,55 por 10.000 procedimientos. La mayoría
de las paradas se relacionó con la administración de medicamen-
tos, la manipulación de la vía respiratoria o problemas técnicos con
el acceso venoso central.
Kawashima y cols. enviaron todos los años cuestionarios
confidenciales a todos los hospitales certificados por la Japan
Society of Anesthesiology desde 1994 hasta 1998
57 .Se registraron
en total 2.363.038 casos en un período de 5 años. La incidencia
anual media de parada cardíaca durante la intervención quirúrgica
que fue totalmente atribuible a la anestesia fue de 1 (IC 95%, 0,88
a 1,12) por 10.000 casos. La mortalidad media anual en el quiró-
fano o en los 7 días posteriores a la intervención totalmente atri-
buible a la anestesia fue de 0,21 (0,15 a 0,27) por 10.000 casos. Las
dos causas principales de parada cardíaca totalmente atribuibles a
la anestesia fueron la sobredosis de fármacos o un error en la
selección (15,3%) y la arritmia grave (13,9%). Los errores humanos
prevenibles causaron el 53,2% de las paradas cardíacas y el 22,2%
de las muertes en el quirófano que fueron totalmente atribuibles a
la anestesia. El resultado de las paradas cardíacas totalmente atri-
buibles a la anestesia se muestra en la
tabla 23-10 .Sprung y cols. estudiaron pacientes que experimentaron
parada cardíaca en el quirófano, durante el transporte a la URPA
o la UCI o en la URPA tras una intervención quirúrgica no car-
díaca entre 1990 y 200
0 58 .La parada cardíaca se produjo en 223 de
518.294 procedimientos anestésicos (4,3 por 10.000) durante el
período de estudio. La frecuencia de parada en pacientes que reci-
bían anestesia general se redujo con el tiempo (7,8 por 10.000
durante 1990-1992; 3,2 por 10.000 durante 1998-2000). La fre-
cuencia de parada durante la anestesia general (1,5 por 10.000) y
la asistencia anestésica monitorizada (0,7 por 10.000) permanecie-
ron constantes
( fig. 23-3). La supervivencia hospitalaria fue del
34,5%. Veinticuatro pacientes (0,5 por 10.000) sufrieron una
parada cardíaca relacionada sobre todo con la anestesia, de los que
19 (79,2%) sobrevivieron hasta el alta hospitalaria. La mortalidad
intrahospitalaria atribuible a la parada cardíaca relacionada con la
anestesia fue de 0,1 por 10.000 anestesias. Dado el pequeño número
de acontecimientos, no pudo determinarse ninguna relación entre
el tipo de anestesia y la parada cardíaca relacionada con la
anestesia.
744
Control de la anestesia
III
Tabla 23-9
Series de parada cardíaca cuando el denominador es mayor
de 40.000 anestesias
Estudio
Años
N.
°
total de
anestesias
Proporción
de paradas
Hanks y Papper
1947-1950
49.728
1:2.162
Ehrenhaft y cols.
1942-1951
71.000
1:2.840
Bonica
1945-1952
90.000
1:6.000
Blades
1948-1952
42.636
1:21.318
Hewlett y cols.
1950-1954
56.033
1:2.061
Briggs y cols.
1945-1954
103.777
1:1.038
Keenan y Boyan
1969-1978
107.257
1:6.704 (P)
Cohen y cols.
1975-1983
112.721
1:1.427 (C)
Tiret y cols.
1978-1982
198.103
1:3.358 (C)
Tiret y cols.
1978-1982
198.103
1:11.653 (P)
Keenan y Boyan
1979-198
8 *134.677
1:9.620 (P)
Newland y cols.
1989-1999
72.959
1:14.493 (P)
Newman y cols.
1989-1999
72.959
1:7.299 (C)
Olsson y cols.
1967-1984
250.543
1:33.000
Biboulet y cols.
1989-1995
101.769
1:7.828
Kawashima y cols.
1994-1998
2.363.038
1:10.000 (P)
Sprung y cols.
1999-2000
518.294
1:20.000 (P)
Braz y cols.
1996-2005
53.718
1,9:10.000 (P)
C, causa contribuyente; P, causa primaria.
*
Desde que se introdujo la pulsioximetría en 1984 no se ha producido ninguna
parada cardíaca «respiratoria evitable».
Adaptada de Brown DL: Anesthesia risk: A historical perspective.
En
Brown DL
(ed.):
Risk and Outcome in Anesthesia,
2.ª ed. Filadelfia, JB Lippincott, 1992.