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No todos los pacientes con tumores carcinoides sufren sín-

tomas secundarios a la secreción de hormonas por el tumor. Sin

embargo, algunos lo hacen y un carcinoide no sospechado puede

manifestarse durante la cirugía por hipersecreción de líquido gás-

trico. La serie más amplia publicada indica que sólo un 7% de los

pacientes sufren síndrome carcinoide, caracterizado por enrojeci-

miento, diarrea y cardiopatía valvular. Un 74% de los que sufren el

síndrome presentan enrojecimiento cutáneo, un 68% hipermotili-

dad intestinal, un 41% síntomas cardíacos y un 18% sibilancias. Los

factores que determinan los síntomas incluyen la localización del

tumor y las hormonas específicas que producen y secretan.Aunque

en general se cree que cuando los pacientes no sufren síndrome

carcinoide, los tumores no producen serotonina (5-hidroxitripta-

mina [5-HT]), esto puede no ser cierto. Un 50% de los pacientes

con síndrome carcinoide del aparato digestivo muestran produc-

ción de 5-HT, que se traduce en unas concentraciones urinarias

altas de ácido 5-hidroxiindolacético (5-HIAA), un metabolito deri-

vado de 5-HT. El síndrome carcinoide se suele asociar a los tumores

carcinoides típicos con metástasis hepáticas. Parece probable que

el hígado elimine los mediadores liberados por el tumor. La altera-

ción de esta capacidad de eliminación por el tumor metastásico

determina el síndrome carcinoide.

La mayor parte de los pacientes con tumores carcinoides e

incremento de 5-HIAA urinario tienen tumores carcinoides típicos

originados en el intestino medio (íleon o yeyuno). Estos pacientes

sólo excretan pequeñas cantidades de 5-hidroxitriptófano (5-HTP).

Los pacientes con tumores carcinoides atípicos originados en el

intestino anterior (bronquio, estómago o páncreas) secretan

grandes cantidades de 5-HT y 5-HTP y cantidades moderadamente

elevadas de 5-HIAA.

Aunque en general se acepta que 5-HT es responsable de la

diarrea que sufren los pacientes con tumores carcinoides, otros

agentes neurohumorales podrían contribuir al enrojecimiento e

hipotensión, como dopamina, histamina y algunos de los neuro-

pépticos, como la sustancia P, la neurotensina, el péptido intestinal

vasoactivo y la somatostatina.

El efecto fisiológico neto de 5-HT circulante representa un

efecto compuesto de la acción directa (mediada por los receptores

de 5-HT) e indirecta (mediada por la modulación de la neurotrans-

misión adrenérgica). La existencia de varios subtipos de receptores

de 5-HT puede explicar las diferencias en los efectos de 5-HT en

los distintos lechos vasculares sensibles a serotonina. Las acciones

indirectas se median por la liberación de catecolaminas y depen-

den de las concentraciones de 5-HT circulantes.

La 5-HT tiene un efecto escaso, si acaso alguno, sobre el

corazón. Sin embargo, cuando las concentraciones aumentan se

producen efectos miocárdicos cronotrópico e inotrópico positivos,

que vienen mediados por la liberación de noradrenalina. Los

efectos de la serotonina sobre la vasculatura incluyen vasocons­

tricción y vasodilatación.

Las alteraciones de la función digestiva atribuidas a 5-HT

incluyen aumento de la motilidad y secreción intestinal neta de

agua, cloruro sódico y potasio. Se ha descrito que 5-HT produce

broncoconstricción en muchos animales, pero en raras ocasiones

en humanos. Los asmáticos son una excepción posible. Los

tumores carcinoides se suelen manifestar con diarrea con altera-

ciones hidroelectrolíticas. Dado que estos tumores secretan sus-

tancias vasoactivas, los pacientes pueden presentar hipo o hiper­

tensión además del enrojecimiento secundario a la liberación de

sustancias vasoactivas. Las sustancias vasoactivas se pueden

liberar en los tumores por muchas sustancias, como las catecola-

minas. Hasta la década de 1990 el tratamiento de los pacientes con

tumores carcinoides planteaba un reto real al anestesista. Por

tanto, los anestesistas de aquella época trataban de encontrar el

equilibrio entre evitar las sustancias que se sabe inducen la libe-

ración de 5-HT (p. ej.,

d

-tubocurarina y morfina) e inducir una

anestesia tan leve que los estímulos dolorosos activaran una res-

puesta de estrés simpátic

a 404 .

El anestesista debía estar también

preparado para tratar la hipotensión, la reducción de la resistencia

vascular periférica, el broncoespasmo y la hipertensión. Se había

planteado la utilidad del bloqueo del receptor

a

-adrenérgico

con fenotiacinas, butirofenonas o fenoxibenzamina y del recep­

tor

b

-adrenérgico con propranolol para prevenir la liberación

mediada por catecolaminas de las sustancias vasoactivas. Pero esta

costumbre puede producir hipotensión. Sin embargo, esta dificul-

tad de manejo del síndrome carcinoide cambió cuando se intro-

dujeron análogos de somatostatona. De hecho, la somatostatina es

un potente inhibidor de la liberación de péptidos por los tumores

carcinoides y un inhibidor de los efectos de estos péptidos sobre

las células receptoras, por lo que se han convertido en el trata-

miento de elección para el control preoperatorio, intraoperatorio

y postoperatorio de los síntomas y crisis del tumor carcinoid

e 404,405

.

En los pacientes quirúrgicos cardíacos se ha reducido la mortali-

dad con el tiempo y los vasopresores han sido seguros combinados

con octreótido

406 .

Sin embargo, la facilidad de manejo de la mayor

parte de los paciente

s 404,405,407-410

no debería engañar al anestesista

de forma que no se prepare; de hecho, la somatostatina produce

problemas por sí misma y no ha conseguido prevenir la hipoten-

sión o el broncoespasm

o 411,412

.

En los pacientes con hipotensión grave que no se puede

tratar con somatostatina, el fármaco de elección será angiotensina

o vasopresina (la angiotensina no se comercializa en EE.UU.). Sin

embargo, las sustancias vasoactivas liberadas por el tumor carci-

noide producen fibrosis de las válvulas cardíacas y con frecuencia

se asocian a estenosis pulmonar o insuficiencia tricuspídea. Para

aumentar el gasto cardíaco en un paciente con insuficiencia tricus-

pídea, el anestesista debería evitar los fármacos o situaciones que

incrementan la resistencia vascular pulmonar (p. ej., angiotensina,

vasopresina, acidosis, hipercapnia, hipotermia).Además, la produc-

ción de grandes cantidades de 5-HT (igual a 200mg/día de 5-HIAA)

puede provocar una deficiencia de niacina con pelagra (que se

asocia a diarrea, dermatitis y demencia).

El incremento agudo de la actividad de cinina plasmática en

los pacientes con síndrome carcinoide se ha considerado durante

muchos años responsable de los síntomas. Los efectos fisiológicos

de las cininas incluyen vasodilatación de los vasos pequeños de

resistencia y estimulación de la liberación de histamina en los

mastocitos. Esta última acción potencia sus propiedades vasodila-

tadoras propias y reduce todavía más la PA sistólica y diastólica.

Además, el aumento de la permeabilidad vascular puede provocar

edema. No se sabe que las cininas afecten de forma directa al

miocardio.

Los esteroides han resultado eficaces para tratar los síntomas

de los carcinoides bronquiales. Aunque se ha descrito la adminis-

tración profiláctica preoperatoria y el uso terapéutico intraopera-

torio, no se dispone de estudios controlados sobre los efectos

beneficiosos de este tratamiento. Aprotinina, como los esteroides,

inhibe la cascada de la calicreína. Este fármaco es capaz de bloquear

la actividad proteinasa de la calicreína y algunos trabajos han des-

crito una respuesta clínica espectacular.

Un subgrupo de pacientes con síntomas del síndrome carci-

noide excretan histamina en cantidades elevadas en la orina. La his-

tamina provoca la vasodilatación de vasos sanguíneos pequeños, lo

que produce el enrojecimiento y reduce la resistencia periférica total.

Se sabe que la histamina produce broncoconstricción, sobre todo en

pacientes con asma bronquial y otras enfermedades pulmonares. Su

papel en el broncospasmo por carcinoide, si existe, está poco claro.

Los fármacos bloqueantes del receptor de histamina se han empleado

con cierto éxito para aliviar el enrojecimiento asociado al síndrome

carcinoide. El antagonismo H

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exclusivo resultó igual de eficaz para

Implicaciones anestésicas de las enfermedades concurrentes

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Sección III

Control de la anestesia

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