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grande, las respuestas vasoactivas del período perioperatorio

pueden parecerse a las del agotamiento moderado a extremo.

Las lesiones de órganos diana que se encuentran en los

cuadros drepanocíticos se deben a tres procesos: la formación de

hoces o la adherencia (o ambas) de las células dentro de los vasos,

lo que produce infartos con la consiguiente destrucción tisular

secundaria a la isquemia; crisis hemolíticas secundarias a la hemó-

lisis; y crisis aplásicas que se observan cuando se agota la médula

ósea y que pueden producir con rapidez una anemia. La lógica

determina que los pacientes en crisis no se deberían someter a

cirugías, salvo en emergencias extremas e incluso entonces sólo

tras una exanguinotransfusió

n 423,425-429

.

Como la formación de drepanocitos se incrementa con las

tensiones de oxígeno bajas, la acidosis, la hipotermia y la existencia

de una hemoglobina S más desaturada, el tratamiento actual incluye

mantener al paciente caliente y bien hidratado, administrarle

oxígeno suplementario, mantener un gasto cardíaco alto y no

generar áreas de estasis mediante presión o torniquetes. La aten-

ción meticulosa a estas prácticas en períodos en los que no se suele

prestar mucha atención (p. ej., durante la espera en la sala de

preinducción) o cuando el intercambio de gases puede estar menos

ajustado a las exigencias cardiovasculares-metabólicas (período

postoperatorio precoz) puede ser importante para reducir la mor-

bilidad. Incluso siguiendo estas medidas de forma habitual, sin

especial hincapié en los períodos descritos, se consigue reducir la

mortalidad un 1% en diversas series de pacientes con síndromes

drepanocítico

s 426,429,430

. Una revisión retrospectiva de las historias

de los pacientes llevó a los autores de estos estudios a la conclusión

de que un 0,5% de la mortalidad como máximo se puede explicar

por la interacción entre la anemia drepanocítica y los anestésicos.

¿Es posible reducir esta frecuencia

? 422,430

Varios investigado-

res han recomendado realizar exanguinotransfusiones parciales

perioperatorias. En los niños con anemia drepanocítica y síndromes

pulmonares agudos, la exanguinotransfusión parcial mejoró los

síntomas clínicos y la oxigenación de la sangre. Además, la bilirru-

bina sérica se redujo en los pacientes con hepatopatía aguda. La

transfusión de intercambio también se asoció a una mejora clínica

de la meningitis neumocócica y la interrupción de la hematuria en

la necrosis papila

r 422

. El objetivo de la exanguinotransfusión es

aumentar la concentración de hemoglobina A al 40% y el hemató-

crito al 35%. La cifra del 40% se ha elegido de forma arbitraria

porque ningún estudio controlado ha establecido un valor umbral

del cociente entre hemoglobina A y S que haga a la sangre incapaz

de formar drepanocitos in vivo. Para conseguir este cociente de 40%

en un adulto de 70kg, se necesitaría el intercambio de unas cuatro

unidades de eritrocitos lavados; el sistema es barato, pero eficiente.

La posible reducción de la morbilidad preoperatoria tras la

transfusión de intercambio parcial no se ha comparado con los

riesgos del intercambio, salvo en dos estudio

s 424,431

, en los que se

observó que los riesgos del intercambio superaban a los beneficios.

En el primer estudio, una revisión retrospectiva de 82 intervencio-

nes quirúrgicas realizadas entre 1978 y 1986 en 60 pacientes, no se

observó ventaja alguna de las exanguinotransfusiones preoperato-

rias, medidas por una reducción de las complicaciones postopera-

toria

s 431

(sin embargo, las exanguinotransfusiones sólo se realizaron

en los pacientes más graves porque la asignación al grupo de inter-

cambio de sangre o no se hizo de forma aleatorizada). Se observó

un ligero incremento de las atelectasias postoperatorias que nece-

sitaron tratamiento en pacientes que recibieron transfusiones

preoperatorias. Más del 50% que recibieron transfusiones presen-

taron una complicación postoperatoria. Los pacientes que comen-

zaron con un hematócrito superior a 36%mostraron una frecuencia

menor de complicacione

s 431

. En el segundo estudio se realizó una

comparación aleatorizada de la transfusión agresiva frente a con-

servadora en 551 pacientes (604 cirugías) y las complicaciones

perioperatorias por drepanocitosis no fueron distintas entre ambos

grupos y las complicaciones relacionadas con la transfusión fueron

notablemente menos en el grupo de tratamiento conservado

r 424 .

Por tanto, nuestra recomendación es prestar una atención meticu-

losa a la prevención de las condiciones que fomentan la formación

de drepanocitos o que producen infección y limitar las exanguino-

transfusiones a situaciones de crisis. Quizá la administración de

concentraciones más altas de oxígeno enriquecido a pacientes

sometidos a laparoscopias debería ser también una costumbre. Se

ha demostrado que la inducción de hiponatremia aborta las crisis

drepanocíticas agudas; sin embargo, este tratamiento no ha conse-

guido aceptación general. Otros trastornos que son frecuentes en

los síndromes drepanocíticos: disfunción pulmonar con aumento

de la derivación, insuficiencia renal, cálculos biliares, IM pequeños,

priapismo, ictus, necrosis aséptica de huesos y articulaciones,

úlceras isquémicas, desprendimiento de retina por neovasculariza-

ción y complicaciones secundarias a transfusiones repetidas.

En la talasemia, las estructuras de la globina son normales,

pero una deleción genética hace que la velocidad de síntesis de las

cadenas

a

o

b

de la hemoglobina (talasemias

a

y

b

, respectiva-

mente) se reduzc

a 432-434

. Dos copias del gen que codifica la cadena

de la

a

-globina se localizan en el cromosoma 16. La deleción de

estos cuatro genes produce la muerte intrauterina y tres deleciones

pueden producir una hemólisis crónica intensa con acortamiento

de la supervivencia. El «rasgo de la

a

-talasemia-1» se produce

cuando existe deleción de dos genes y se produce una anemia leve,

mientras que la «

a

-talasemia-2» (silente) se produce cuando los

dos genes se han delecionado pero no se asocia a anemia leve ni

microcitosis. En el rasgo de la

a

-talasemia la concentración de

hemoglobina A

2

es normal. La

b

-talasemia se asocia a un exceso

de cadenas

a

, que desnaturalizan a los eritrocitos en desarrollo y

determinan su muerte precoz en la médula o una supervivencia

acortada en la circulación. El rasgo de la

b

-talasemia se caracteriza

por un incremento de la concentración de hemoglobina A

2

y es una

causa frecuente de anemia leve y microcitosis. El trasplante de

médula ósea y la manipulación farmacológica de la síntesis de

hemoglobina F son opciones terapéuticas que se están probando

en estos pacientes igual que el tratamiento de sustitución génica

directa. Estos tratamientos parecen prometedores, incluso para

revertir la insuficiencia hepática secundaria a una sobrecarga

previa de hierr

o 435 .

Estos síndromes son frecuentes en el sudeste

asiático, India y Oriente Medio y en personas de origen africano.

En la talasemia se ha descrito que la deformidad facial

secundaria a la eritropoyesis ineficaz estimulada por la eritropoye-

tina (ineficaz por una incapacidad genética de producir una hemo-

globina útil) dificulta la intubación endotraquea

l 432,433

. Este caso

publicad

o 433

no se ha vuelto a describir y no se describen casos de

esta complicación en la drepanocitosis. Sin embargo, la anemia

asociada a estos síndromes suele provocar una hiperplasia com-

pensadora de la médula eritroide, que se asocia a alteraciones

esqueléticas importante

s 432-434 .

Anemias por trastornos del citoesqueleto

(esferocitosis y eliptocitosis hereditarias),

anemias por deficiencia de enzimas y anemias

hemolíticas autoinmunitarias

Las alteraciones congénitas de la membrana del eritrocito se com-

prenden mejor cada vez. En la esferocitosis y eliptocitosis heredi-

tarias la membrana es más permeable a los cationes y más

susceptible a la pérdida de lípidos cuando se agota la energía celular

de la membrana de un hematíe normal. La esferocitosis hereditaria

(que afecta a 1 de cada 5.000 personas) y la eliptocitosis hereditaria se heredan como rasgos autosómicos dominantes. En ambos ca­

sos se cree que los trastornos de la membrana se relacionan con

una mutación de la espectrina, una proteína estructural del cito­

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Control de la anestesia

III