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agregación de las plaquetas, un comprimido de aspirina puede

afectar la función plaquetaria durante una semana. Todos los demás

fármacos que inhiben la función plaquetaria (p. ej., vitamina E,

indometacina, sulfinpirazona, dipiridamol, antidepresivos tricícli-

cos, fenotiacinas, furosemida, esteroides) no inhiben la función de

la ciclooxigenasa de forma irreversible y estos fármacos alternan la

función plaquetaria sólo durante 24-48 horas. Si es necesaria una

cirugía urgente antes del período habitual de 8 días que se necesita

para la regeneración plaquetaria tras el tratamiento con aspirina o

cuando no ha transcurrido el período de 2 días necesario con otros

fármacos, la administración de 2-5 unidades de concentrados de

plaquetas normalizará la función plaquetaria en un adulto de 70kg

y se corregirá la disfunción de la coagulación de origen plaquetario.

Basta con 30.000-50.000 plaquetas que funcionen con normalidad

por mililitro para que la coagulación sea normal. Dado que el tra-

tamiento con dosis bajas de aspirina (

<

650mg/día) permite elimi-

nar la aspirina del cuerpo 24 horas después de la última dosis y

como el cuerpo elabora 70.000plaquetas/ml de sangre diarias,

debería ser suficiente con un período de 48 horas tras la última dosis

de aspirina en minidosis para que la agregación plaquetaria se nor-

malizara. Éste puede ser el período necesario para evitar las trans-

fusiones de plaquetas con sus consiguientes riesgos. Una transfusión

de plaquetas aumenta el recuento plaquetario de 4.000 a 20.000/ml

de sangre; la semivida de una plaqueta son unas 8 horas.

La trombocitopenia inducida por heparina se puede desa-

rrollar en horas tras la nueva exposición a heparina en un paciente

sensibilizado previamente. La lepirudina y el argatrobán son inhi-

bidores directos de la trombina eficaces para la trombocitopenia

inducida por heparin

a 451 .

Los principales factores de riesgo para la trombosis incluyen

las mutaciones del factor V Leyden y 20210A de la protrombina, el

incremento de la homocisteína plasmática y el síndrome por anti-

cuerpos frente a los fosfolípido

s 452,453 .

Los clínicos que tienen que

tratar a estos complejos pacientes pueden solicitar una consulta

local para que les ayude con el tratamiento. Este tema se aborda en

detalle en el capítulo 46.

Hemofilia y trastornos de la coagulación relacionados

Los trastornos de la coagulación de la sangre como consecuencia

de defectos en los factores de la coagulación plasmáticos pueden

ser hereditarios o adquiridos. Los hereditarios incluyen la hemofi-

lia A ligada al cromosoma X (un defecto de la actividad del factor

VIII), las enfermedades de von Willebrand (defectos en el compo-

nente vonWillebrand del factor VIII), la hemofilia B (una deficien-

cia ligada al sexo de la actividad del factor IX) y otros trastornos

menos frecuentes. El origen ligado al sexo de algunos de estos

trastornos implica que la hemofilia afecte casi de forma exclusiva

a los varones descendientes de mujeres portadoras; los varones no

transmiten la enfermedad a sus descendientes varones.

En la cirugía programada se deben comprobar las concen-

traciones del factor de la coagulación deficiente 48 horas antes de la

intervención y recuperar unas concentraciones un 40% de las nor-

males antes de la cirugía. Una unidad de concentrado de factores por

kilogramo de peso corporal suele incrementar la concentración del

factor un 2%. Por tanto, en un individuo que no tuviera actividad

alguna, sería precisa una administración inicial de 20U/kg de peso

corporal. Dado que la semivida del factor VIII son 6-10 horas y del

factor IX 8-16 horas, se deberían administrar 1,5U/h/kg de factor VIII o 1,5U/2h/kg de factor IX. La administración adicional de

factoresVIII y IX debería venir guiada por la actividad de los factores

de la coagulación durante unos 6-10 días postoperatorio

s 454-456 .

Estos factores se comercializan en distintos preparados; el

nuevo factor vonWillebrand elaboradomediante ingeniería genética,

crioprecipitado, que contiene 20U/ml, se obtiene a partir de donantes

habituales (el riesgo de hepatitis es 1 por cada 200 en los lotes de

5ml) o a partir de plasma fresco congelado (que contiene 1U/ml).

Existe cierto riesgo de transmitir la hepatitis y el SIDA por la trans-

fusión, pero al mejorar las pruebas es muy inferior al que existía

ante

s 457-460

. Se cree que la detección selectiva de las concentraciones

de aspartato o alanina aminotransferasa de la sangre determina un

riesgo muy inferior de transmitir hepatitis C e incluso SIDA por una

transfusión. En teoría la determinación de antígenos del VIH debería

reducir el riesgo de transmisión por hemoderivados. Se ha descrito

también que el tratamiento con calor reduce el riesgo de forma

importante. El factor IX, pero no el VIII, se incluye en los concen-

trados de complejo de protrombina; sin embargo, estos concentrados

pueden contener factores de la coagulación activados, lo que puede

ocasionar una coagulación intravascular diseminada (CID) y un alto

riesgo de hepatitis. Además, aunque en ocasiones se administra

EACA o ácido tranexámico como inhibidores de la fibrinólisis, estas

sustancias se asocian a un riesgo importante de CID. Otros riesgos

de los tratamientos modernos incluyen hepatitis aguda y crónica,

SIDA,reacciones de hipersensibilidad,trauma psíquico,dolor crónico

con adicción a narcóticos e inhibición de factores, sobre todo VIII.

Un 10% de los pacientes con hemofilia A o B desarrollan un

anticuerpo que inactiva al factorVIII o IX (el plasma fresco congelado

no consigue aumentar la actividad del factor de la coagulación tras

incubarlo con el plasma del paciente). Estos anticoagulantes adquiri-

dos suelen estar constituidos por IgG, se eliminan mal mediante

plasmaféresis y responden de forma variable a los inmunosupresores.

El uso de concentrados del complejo protrombina puede salvar la

vida del paciente, pero se asocia a riesgo de CID y hepatitis.

La deficiencia de vitamina K se comenta en la sección sobre

hepatopatía. Para revisarla aquí recordaremos que los factores de

la coagulación dependientes de vitamina K (II, VII, IX y X) nece-

sitan vitamina K para la adición tras la síntesis de grupos

g

-carbo-

xilo a los residuos glutamato; la administración de vitamina K o

plasma fresco congelado puede corregir estas deficiencias.

Los pacientes que acuden al quirófano tras haber recibido

muchas unidades de sangre (como en la hemorragia digestiva) pueden

tener una deficiencia de la coagulación. Este trastorno se debe inicial-

mente al agotamiento de las plaquetas,que se produce tras administrar

unas 10-15 unidades de sangre y posteriormente al agotamiento de los

factores de la coagulación (v. cap. 46). El tratamiento de estas deficien-

cias se puede corregir con concentrados de plaquetas; cada concen-

trado se suele suspender normalmente en 50ml de plasma fresco, de

forma que se remplazan también los factores de la coagulación.

Se han empleado urocinasa, estreptocinasa y activador del

plasminógeno tisular (t-PA) para tratar la embolia pulmonar, la

trombosis venosa profunda, el ictus y la enfermedad oclusiva arte-

rial. Estos fármacos aceleran la lisis de trombos y émbolos, a dife-

rencia de la heparina que es capaz de prevenir, pero no de disolver

el trombo. Las complicaciones hemorrágicas asociadas a estos

agentes fibrinolíticos son consecuencia de la disolución de los

tapones hemostáticos y se pueden revertir con facilidad interrum-

piendo el fármaco y reponiendo el fibrinógeno plasmático con crioprecipitados o plasma. Sin embargo, es raro que se necesiten

crioprecipitados y plasma preoperatorios porque la actividad fibri-

nolítica de la urocinasa y la estreptocinasa suele desaparecer a la

hora de suspender la administración. A pesar de todo, se han acu-

mulado datos insuficientes para prescribir una preparación preo-

peratoria y tratamiento intraoperatorio ideales de la hemostasia en

pacientes que han recibido tratamiento reciente con urocinasa,

estreptocinasa o t-PA. Retrasar la cirugía hasta tres semividas del

fármaco (se pueden controlar los incrementos de la actividad de

plasmina en la sangre durante

4-8 horas) puede no ser posible y

puede no ser suficiente con controlar de forma meticulosa la

hemostasia en el campo quirúrgic

o 461,462 .

Este proceso puede resul-

tar todavía más complejo en pacientes cardíacos o vasculares que

necesitan heparina intraoperatoria. Para corregir la deficiencia de

Implicaciones anestésicas de las enfermedades concurrentes

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Sección III

Control de la anestesia

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