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verapamilo, el diltiacem y la nifedipina producen estos efectos,

pero en grado variable y, aunque parecen muy similares, por meca-

nismos distintos. Estos mecanismos se relacionan con las tres

clases distintas de antagonistas de los canales del calcio que repre-

sentan: las aminas fenilalquilo, las benzotiacepinas y las dihi­

dropiridinas, respectivamente. La nifedipina es el más potente

dilatador del músculo liso de los tres, mientras que el verapamilo

y el diltiacem tienen efectos dromotropos e inotropos negativos y

vasodilatadores. El diltiacem tiene una acción vasodilatadora débil

comparada con la nifedipina y afecta menos a la conducción AV

que el verapamilo. Por tanto, verapamilo y diltiacem pueden

aumentar el intervalo PR y producir un bloqueo de la conducción

AV. De hecho, puede ser necesaria la activación refleja del sistema

nervioso simpático durante la administración de diltiacem y sobre

todo de verapamilo para mantener la conducción normal. Es evi-

dente que verapamilo y diltiacem se deben ajustar con muchos

cuidado cuando el paciente ya recibe fármacos

b

-bloqueantes o

cuando se añaden

b

-bloqueantes a un paciente que ya toma dil-

tiacem o verapamilo.

El uso de fármacos calcioantagonistas se asocia a varias

implicaciones importantes de cara al tratamiento anestésic

o 485-487

.

En primer lugar los efectos de los anestésicos inhalados y narcó-

ticos y la nifedipina sobre la reducción de las resistencias vascu-

lares sistémicas, la PA y la contractilidad pueden ser aditivos. Del

mismo modo, el verapamilo y los anestésicos (anestésicos inha-

lados, óxido nitroso y narcóticos) aumentan los tiempos de con-

ducción AV y reducen de forma aditiva la PA, las resistencias

vasculares sistémicas y la contractilidad. En segundo lugar, el

verapamilo y posiblemente otros calcioantagonistas reducen las

necesidades de anestésicos un 25%. Estos fármacos pueden pro-

ducir bloqueo neuromuscular, potenciar a los bloqueantes neu-

romusculares despolarizantes y no despolarizantes y al menos en

un tipo de miopatía (la distrofia muscular de Duchenne) incluso

precipitar la insuficiencia respiratoria. Por último, dado que la

activación de los canales lentos del calcio es necesaria para pro-

ducir espasmos de los vasos cerebrales y coronarios, broncocons-

tricción y agregación plaquetaria normal, estos compuestos

pueden tener utilidad en el tratamiento de la isquemia del sistema

nervioso, la broncoconstricción y los trastornos de la coagulación

no deseados perioperatorios. Estos tres fármacos se unen mucho

a proteínas y pueden desplazar o ser desplazados por otros fár-

macos con alta afinidad de unión a proteínas (p. ej., lidocaína,

bupivacaína, diacepam, disopiramida y propranolol). Las conse-

cuencias adversas se pueden reducir ajustando el fármaco inha-

lado o narcótico según los efectos hemodinámicos y anestésicos.

Al monitorizar los efectos secundarios, el anestesista puede pre-

venir que se conviertan en graves (S. Slogoff y cols., comunicación

personal). Los cambios hemodinámicos, pero no los electrofisio-

lógicos, se pueden revertir mediante la administración de calcio.

Se puede observar una reversión de los efectos electrofisiológi­

cos cuando se administran dosis «industriales» de agonistas

b

-adrenérgicos.

Fármacos modificadores del estado de ánimo

Los fármacos modificadores del estado de ánimo son los más

frecuentemente prescritos en EE.U

U 474,475

. Incluyen IMAO, ISRS,

fenotiacinas, antidepresivos tricíclicos, otros antidepresivos que

no se clasifican en las categorías anteriores, como el bupropión,

y fármacos de abuso, como la cocaína. Los IMAO, entre los que

se incluye isocarboxazida, fenelcina, pargilina, tranilcipromina y

deprenilo, se ligan de forma irreversible a la enzima MAO, de

forma que aumentan las concentraciones intraneuronales de los

neurotransmisores amina (serotonina, noradrenalina, dopamina,

adrenalina, octopamina). Este incremento se asocia a su efecto

antidepresivo, a un efecto antihipertensivo, a un efecto antinar-

colpesia, al incremento de las enzimas hepáticas y a un retraso en

la aparición de la enfermedad de Parkinson (deprenilo). Dado

que las dos formas de la enzima (MAO-A y MAO-B) se ligan in

vitro de forma selectiva a sustrato (MAO-A es selectivo de la

serotonina, la dopamina y la noradrenalina; MAO-B lo es para

tiramina y feniletilamina), posiblemente los IMAO selectivos

para MAO-A o B podrían tener efectos distinto

s 488 .

Esto no se

sabe con seguridad pero el deprenilo (selegilina), un fármaco

selectivo para MAO-B, mejora la deficiencia de dopamina del

parkinsonismo.

Las interacciones entre los IMAO y distintos alimentos y

fármacos que contienen sustancias simpaticomiméticas de acción

indirecta, como efedrina o tiramina (presente sobre todo en los

quesos curados), puede producirse hasta 2 semanas después de

administrar la última dosis de IMAO. Los efectos más graves de

esta interacción incluyen convulsiones y coma hiperpiréxico (sobre

todo tras los narcóticos).

El tratamiento anestésico de un paciente que recibe un

IMAO puede ser caótico; por este motivo se acepta de forma

generalizada interrumpir los IMAO al menos 2-3 semanas antes

de la cirugía planificad

a 474,475,488-492

. Una opción alternativa se ha

planteado para pacientes con psicosis graves o en cirugías de

urgenci

a 488,493-495 .

Es evidente que se debe valorar el riesgo de inte-

rrumpir los IMAO frente a los riesgos de tendencias suicidas en

pacientes a los que se dejan de administrar estos fármacos. No se

han descrito interacciones entre los narcóticos y el deprenilo, de

forma que no existen datos en los que basar ninguna idea sobre

un posible deterioro de la enfermedad de Parkinson y mantener

los IMAO. Hay que recordar que se han producido reacciones

graves cuando se deja un intervalo de tiempo demasiado corto

entre la administración de IMAO y antidepresivos tricíclicos. La

cirugía de urgencia en un paciente que recibe IMAO puede carac-

terizarse por inestabilidad hemodinámica. Se puede intentar un

bloqueo regional como tratamiento del dolor postoperatorio par

evitar la administración de narcóticos. Se han descrito casos de

coma hiperpirésico tras la administración de la mayor parte de los

narcóticos en personas y los estudios animales indican una inci­

dencia de 10-50% de coma hiperpiréxico en animales pretrata­

dos con IMAO que posteriormente recibieron diversos narcóti­

co

s 474,475,488-492 .

Parece que estas reacciones se tratan mejor mediante

soporte de las funciones vitales.

Las alternativas para el tratamiento de la depresión grave

incluyen antidepresivos tricíclicos: amitriptilina, imipramina, desi-

pramina, doxepina, nortriptilina, fluoxetina, trazodona, bupropión

y otro

s 474,475 .

Los antidepresivos tricíclicos bloquean también la

recaptación de neurotransmisores y producen su liberación aguda.

Cuando se administran de forma crónica, estos fármacos reducen

los depósitos de catecolaminas noradrenérgicas. Los antidepresi-

vos tricíclicos producen efectos secundarios similares a la atropina

(sequedad de boca, taquicardia, delirium, retención urinaria) y

pueden producir cambios en el ECG (cambios de la onda T, pro-

longación del complejo QRS, bloqueo de rama del haz y otros

trastornos de la conducción o ESV). Aunque las arritmias induci-

das por antidepresivos tricíclicos se han tratado con éxito mediante

fisostigmina, se han descrito casos de bradicardia

474,475 .

Las inte-

racciones medicamentosas con los antidepresivos tricíclicos in-

cluyen las relacionadas con el bloqueo de la recaptación de

noradrenalina (como la interferencia con la acción de guaneti-

dina) y arritmias mortales tras halotano y pancuroni

o 496,497

. Estas

interacciones, aunque predecibles en una población de pacientes,

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Control de la anestesia

III