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neuronal probablemente recorra un espectro en el que algunas neu­

ronas sufren necrosis o apoptosis mientras que en otras la muerte celular tiene características de ambas, necrosis y apoptosis.

Cronología de la muerte neuronal

El concepto tradicional de daño isquémico era que la muerte

neuronal se restringía al período de isquemia y al período de

reperfusión precoz. Sin embargo, datos más recientes indican que

el daño neuronal postisquémico es un proceso dinámico en el que

las neuronas siguen muriendo durante un largo período después

de la lesión isquémica inicial

( fig. 3-18 ) 259

. Esta muerte neuronal

diferida, que se demostró primero en modelos de isquemia cere-

bral global, ha sido demostrada también durante la isquemia focal.

La extensión de la muerte neuronal diferida depende de la grave-

dad de la lesión isquémica. En una isquemia grave, la mayoría de

las neuronas mueren rápidamente. Con lesiones isquémicas más

moderadas, las neuronas que sobreviven a la lesión inicial pueden

morir de forma diferida. Esta pérdida neuronal progresiva con-

tribuye a la expansión gradual del infarto cerebral después de la

isquemia focal. En estudios experimentales, se ha demostrado

la evidencia de inflamación cerebral, que puede teóricamente con-

tribuir a daños posteriores, incluso 6-8 meses después de la isque-

mia inicial.

Que se produzca una muerte neuronal diferida tiene impor-

tantes implicaciones para la evaluación de estudios en los que se

investigan estrategias neuroprotectoras. Una gran cantidad de

medidas han mostrado tener eficacia neuroprotectora en estudios

en los que la extensión del daño se ha evaluado a los 3-4 días pos-

teriores a la isquemia. Sin embargo, esta eficacia neuroprotectora

puede no ser sostenida. Datos recientes indican que el infarto cere-

bral sufre una expansión gradual y que una reducción del daño

atribuible a una intervención terapéutica determinada ya no es

aparente cuando la lesión se evalúa después de un prolongado

período de recuperación postisquémic

a 259 .

Por tanto, es importante

hacer una evaluación de la eficacia a largo plazo (más de 1 mes) de

una intervención particular.

Protección cerebral

La bibliografía sobre isquemia cerebral y protección cerebral es

amplia y un abordaje detallado de este tema sobrepasa los objetivos

de este trabajo. Existen muchas excelentes revisiones actualizadas

sobre estos tema

s 256,260-262 .

Consideraciones relevantes en la isquemia global

completa (parada cardíaca)

Mantener una presión de perfusión adecuada después de sufrir una

parada cardíaca es de máxima importancia. La hipotensión que

tiene lugar después de una reanimación tras una parada cardíaca

puede agravar los procesos vasoespásticos y microcirculatorios que

ocurren en ese momento e incrementar el daño cerebral. Puede

producirse hipertensión intracraneal en una fase tardía debido al

desarrollo de edema cerebral extenso, probablemente de etiología

tanto citotóxica como vasogénica, asociado a necrosis cerebral. Los

intentos para controlar este tipo de hipertensión intracraneal con

osmoterapia suelen fracasar. Por lo general no se utiliza la monito-

rización de la PIC porque los pacientes que desarrollan aumentos

tardíos de la PIC tienen un daño tisular masivo y sostenido.

Después de una parada cardíaca se han administrado tanto

barbitúricos como bloqueantes de los canales de calcio. Los primeros

no son efectivo

s 263

. En una pequeña cohorte de víctimas de paradas

cardíacas (51 pacientes), se observó que el nimodipino mejoraba el

FSC pero no el pronóstico neurológic

o 264

. En un segundo ensayo que

reclutó aproximadamente a 150 víctimas de paradas cardíacas, no se

observó ningún beneficio general en el pronóstico neurológic

o 265

. Sin

embargo, en un subgrupo de pacientes en los que la aplicación de las

técnicas de soporte vital avanzado se retrasó más de 10 minutos, se

observó una mejoría en la supervivencia. Este único estudio no

puede servir para justificar la administración de nimodipino después

de una parada cardíaca, especialmente a la vista de los resultados

inequívocamente negativos del estudio multicéntrico con lidoflazina

en casos de parada cardíac

a 266

. Una vez más, los objetivos terapéuti-

cos importantes son el mantenimiento de la normocapnia y la nor-

motensión, la normalización del pH sistémico, evitar la hipertermia,

y prevenir y tratar las crisis epilépticas.

La inducción de una hipotermia leve es eficaz para reducir

la morbimortalidad de pacientes que han sufrido una parada car-

díac

a 267 .

La inducción de una hipotermia leve, entre 32 y 34 °C

durante un período aproximado de 24 horas, mejoró el pronóstico

neurológico y la supervivencia 6 meses después de producirse una

parada cardíaca cuando se comparaba con el grupo isotérmico. La

hipotermia suave pudo inducirse con facilidad. El recalentamiento

pasivo de los pacientes se realizó lentamente durante un período

de 8 horas. La incidencia de complicaciones fue similar a la del

grupo control isotérmico. Este importante estudio es uno de los

primeros que ha demostrado la viabilidad y eficacia de la hipoter-

mia inducida como tratamiento para prevenir lesiones por una

isquemia global. No hay duda de que la hipotermia inducida se va

a añadir ahora al arsenal terapéutico para el tratamiento de las

complicaciones cerebrales de la parada cardíaca.

Consideraciones relevantes en la isquemia focal

(incompleta)

Antes de abordar cada fármaco de manera individual, hay que

señalar que un tema general que se puede extraer de la bibliografía

sobre protección por anestésicos, sobre todo por anestésicos inhala-

torios, es que la anestesia por sí misma es protectora. Parece ser que,

por razones no definidas, la reducción del nivel de estrés sistémico

Fisiología cerebral y efectos de los anestésicos

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Sección I

Fisiología y anestesia

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Figura 3-18

 Evolución en el tiempo de la muerte neuronal. El daño por

excitotoxicidad (mediado por glutamato) produce muerte neuronal dentro de

las primeras horas después del inicio de la isquemia. El daño tisular cerebral

evoca una respuesta inflamatoria, un proceso importante en la retirada del

tejido dañado y la cicatrización, que conduce a una cantidad sustancial de daño

colateral. La muerte neuronal mediada por inflamación puede continuar durante

varios días. Puede producirse apoptosis neuronal en neuronas dañadas que han

sobrevivido a la lesión inicial. Se ha demostrado que la muerte neuronal

apoptótica se produce bastantes días después de la lesión isquémica inicial. En

la actualidad, está claro que la muerte neuronal isquémica es un proceso

dinámico en el que las neuronas continúan muriendo durante un período

prolongado.

(Adaptada de Dirnagl U, Iadecola C, Moskowitz MA: Pathobiology

of ischaemic stroke: an integrated view.

Trends Neurosci

22:391-397, 1999.)