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BHE está intacta, no se sabe con certeza si la histamina causa

directamente vasodilatación cerebral o si se trata de una respuesta

secundaria (autorregulatoria) a la reducción en la PAM. De los

relajantes musculares disponibles, la d

-

tubocurarina es el liberador

de histamina más potente. La metocurina, el atracurio y el miva-

curio también liberan histamina en menor cuantía. Probablemente,

este efecto es clínicamente irrelevante, a menos que se administren

estos agentes en las dosis elevadas necesarias para conseguir rápi-

damente condiciones de intubación adecuadas. Dentro de este

grupo de fármacos, el cisatracurio es el que tiene menos efecto

liberador de histamina. No se observó evidencia de liberación de

histamina tras la administración de 0,15mg/kg de cisatracurio

(tres veces la DE

95

para abolir la respuesta a la estimulación) en

pacientes de UCI neuroquirúrgico

s 197

.

El vecuronio, a dosis relativamente elevadas de 0,1 a 0,14mg/kg,

no tuvo un efecto significativo sobre la fisiología cerebral en pacientes

con tumores cerebrale

s 198

. No se han estudiado el pipecuronio ni el

rocuronio, aunque tampoco deberían tener efectos directos, ni se han

comunicado efectos adversos.

Las acciones indirectas de los relajantes también pueden

tener efectos sobre la fisiología cerebral. El pancuronio adminis-

trado en una dosis bolo elevada puede producir un aumento brusco

de la presión arterial. Esta presión arterial alta podría aumentar la

PIC en el contexto de una alteración de la distensibilidad intra-

craneal y una autorregulación defectuosa; sin embargo, hasta la

fecha no se ha comunicado ningún efecto clínico significativo. La

relajación muscular puede reducir la PIC porque se previene la tos

y la defecación, y esto provoca una disminución de la presión

venosa central, con una reducción concomitante en la impedancia

del drenaje venoso cerebral.

Un metabolito del atracurio, la laudanosina, puede ser epi-

leptógeno. Sin embargo, aunque dosis altas de atracurio han dado

lugar a patrones EEG de vigilia en perros, no se alteraron el FSC,

el IMC ni la PI

C 199 .

En conejos, la administración de laudanosina

no incrementó la gravedad de la actividad epiléptica causada por

la aplicación directa de cefalosporinas en la superficie cortica

l 200 .

Parece muy improbable que el atracurio pueda provocar epilepto-

génesis en seres humano

s 201 .

En resumen, el vecuronio, el pipecuronio, el rocuronio, el

atracurio, el mivacurio, el cisatracurio, la metocurina y el pancuro-

nio (si se previene la elevación aguda de la PAM con el último) son

todos relajantes musculares razonables que pueden utilizarse en

pacientes con o en riesgo de hipertensión intracraneal. Las dosis

de metocurina, atracurio y mivacurio deben limitarse a rangos no

asociados a hipotensión.

Succinilcolina

La succinilcolina puede producir aumentos modestos (

5 mmHg)

de la PIC en personas anestesiadas superficialmente. Parece que

este efecto es el resultado de una activación cerebral (que se mani-

fiesta por cambios EEG e incrementos del FSC) causada por la

actividad aferente de los husos musculare

s 202 .

Sin embargo, hay que

señalar que la correlación entre la aparición de fasciculaciones

musculares visibles y un aumento de la PIC es escasa. Como se

podría esperar con lo que parece ser un fenómeno del despertar, la

anestesia profunda en perros ha mostrado que previene el incre-

mento de la PIC inducido por succinilcolina. En el ser humano, el

aumento de la PIC se bloquea también mediante la parálisis con

vecuronio y por «defasciculación» con metocurina, 0,03mg/k

g 198 .

No se ha investigado en seres humanos la eficacia de otros agentes

defasciculantes.

Aunque la succinilcolina

puede

provocar incrementos de la

PIC, no debe considerarse como contraindicada en circunstancias

en las que su uso es apropiado para conseguir una parálisis neuro-

muscular rápida. Kovarik y cols. no observaron ningún cambio

en la PIC después de administrar 1mg/kg de succinilcolina a

10 pacientes neuroquirúrgicos ventilados no paralizados que se

encontraban en la UCI; entre ellos, 6 habían sufrido un trauma-

tismo craneal significativ

o 203 .

Sus observaciones son muy relevantes

porque es precisamente en este grupo de pacientes donde con

mayor frecuencia se plantea el uso de la succinilcolina. Dado que

el efecto de la succinilcolina sobre la PIC puede ser un fenómeno

de despertar causado por un aumento de los estímulos desde el

aparato intrafusal muscula

r 202 ,

parece razonable que las enferme-

dades que depriman sustancialmente el nivel de consciencia

puedan, de forma similar, deprimir esta respuesta. Como sucede

con otras muchas sustancias, la preocupación no debería ser si se

usa sino cómo se usa. Si se administra prestando la debida atención

al control de la presión de dióxido de carbono, a la presión arterial

y a la profundidad de la anestesia, y después de la defasciculación,

debería de haber poco riesgo en su empleo.

Otros efectos de los anestésicos

sobre la fisiología cerebral

Dinámica del líquido cefalorraquídeo

El ser humano adulto posee aproximadamente 150ml de LCR, la

mitad en el interior del cráneo y la mitad en el espacio subaracnoi-

deo raquídeo. El LCR, que se forma en los plexos coroideos y, en

menor medida, por difusión transependimaria desde el intersticio

cerebral hacia el sistema ventricular, se renueva alrededor de tres

a cuatro veces al día. Funciona como un amortiguador para el SNC

y como un sistema excretor. Se ha demostrado que los anestésicos

influyen tanto en la tasa de formación como en la tasa de reabsor-

ción del LCR. La

tabla 3-3

aporta información no cuantitativa sobre

el tipo de influencias de los anestésicos habituales. Toda la infor-

mación ha sido obtenida de animale

s 30,204-209

y estos procesos no

han sido revisados en el ser humano. De los anestésicos volátiles,

el halotano disminuye la secreción de LCR; el isoflurano no tiene

efecto, y el enflurano y el desflurano aumentan la secreción.Aunque

probablemente su relevancia en la práctica clínica es mínima,

puede ser teóricamente problemático en el contexto de un proce-

dimiento intracraneal cerrado prolongado en un paciente con una

distensibilidad intracraneal deficiente. La potencial combinación

de efectos más perjudicial en un paciente con una distensibilidad

intracraneal alterada es el aumento de la producción de LCR y la

disminución de su reabsorción. En el perro, este patrón se produce

con el enflurano, lo que quizá es otra razón (además de su potencial

epileptógeno en presencia de daño cerebral e hipocapnia) para

evitar el uso de enflurano en esta circunstancia.

Barrera hematoencefálica

En la mayoría de los lechos capilares corporales se encuentran

fenestraciones de alrededor de 65Å de diámetro entre las células

endoteliales. En el cerebro, a excepción de los plexos coroideos, la

hipófisis y el área postrema, las uniones estrechas reducen el

tamaño de este poro a 8Å aproximadamente. Esto impide que las

macromoléculas y la mayoría de los iones penetren en el intersticio

cerebral. Hay pocos datos que indiquen que los anestésicos alteren

la función de esta «barrera hematoencefálica» en la mayoría de las

circunstancias. Sin embargo, la hipertensión aguda puede crear

fisuras en la barrera y ciertos anestésicos facilitan este fenómen

o 210 .

Forster y cols

. 211

observaron que la extravasación de azul de Evan

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Fisiología y anestesia

I