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(

100%

) 36,37

. Debido al riesgo de embolia paradójica, a menudo se

realiza un estudio de cribado con ecocardiografía con contraste

con el fin de investigar la permeabilidad del tabique interauricular

antes de la posición en sedestación para una intervención intracra-

neal o en la columna cervical, pero no siempre puede detectarse la

permeabilidad septal. La hidratación adecuada y la detección tem-

prana del aire que ha entrado con el uso de la ETE o la ecografía

Doppler precordial pueden reducir la incidencia y gravedad de la

embolia de aire venos

o 36 .

Lesión de nervio periférico

La lesión de nervio periférico sigue siendo una complicación perio-

peratoria grave y una fuente significativa de responsabilidad profe-

sional a pesar de su baja incidencia (aproximadamente 0,11% de

81.000 procedimientos anestésicos revisados en 1987-1993

) 38 .

Las

lesiones se producen cuando los nervios periféricos se someten a

estiramiento, isquemia o compresión durante la intervención qui-

rúrgic

a 39 .

Debido a que se bloquea la sensibilidad por la inconscien-

cia o la anestesia regional, faltan los síntomas tempranos de alarma

del dolor y el cambio de posición espontáneo normal. En 1984, la

ASA ideó un Closed Claims Project para evaluar resultados anesté-

sicos adversos a partir de archivos de reclamaciones cerradas de

35 compañías de seguros estadounidenses. Desde el informe inicial

de 1990, la incidencia de lesión neural ha permanecido práctica-

mente constante, lo que representa el 18% de todas las reclamaciones

en 1990-1994, sólo por detrás de la muerte (22%

) 1-3 .

Entre el total

de 670 reclamaciones archivadas, la neuropatía cubital fue la locali-

zación más frecuente (28%), seguida del plexo braquial (20%), la raíz

nerviosa lumbosacra (16%) y la médula espinal (13%)

( tabla 26-1

).

La distribución de las lesiones neurales ha cambiado signifi-

cativamente con el tiempo. La neuropatía cubital disminuyó del 37%

en 1980-1984 al 17% en la década de 1990 y la lesión de la médula

espinal aumentó del 8% en 1980-1984 al 27% en el mismo período.

La lesión de la médula espinal y la neuropatía de raíces lumbosacras

se asociaron de forma predominante a la anestesia regional. El

hematoma epidural y la lesión química representaron el 29% de los

mecanismos conocidos de lesión entre las reclamaciones archiva-

das. Las lesiones se relacionaron probablemente con el uso del

bloqueo neuraxial en pacientes anticoagulados y el mayor uso

de bloqueos para el tratamiento del dolor crónico

( tabla 26-2 ) 3,40,41

.

Con la excepción de la lesión de la médula espinal, el meca-

nismo de lesión neural sigue siendo en gran medida desconocido.

La mayoría de las lesiones, en particular las lesiones de los nervios

de la extremidad superior, como el nervio cubital y el plexo bra-

quial, ocurrieron en presencia de una colocación adecuada y de

acolchado. Debido a la morbilidad significativa asociada a la lesión

del nervio periférico, en 2000 la ASA publicó un consejo para la

prevención de neuropatías periférica

s 16

. El consejo no se basó en

pruebas científicas, sino en el consenso de un grupo de expertos

consultores. Sólo 6 de 509 estudios sobre la posición revisados

«... exhibieron métodos y análisis suficientemente aceptables que

proporcionaron una indicación clara de las relaciones entre las

intervenciones y los resultados de interés»

( tabla 26-3 )

.

930

Control de la anestesia

III

Figura 26-20

 Posición en sedestación adaptada para una intervención quirúrgica en el hombro. A ésta se le llama a veces «posición en silla de playa». Los

brazos deben apoyarse para evitar estirar el plexo braquial.