Table of Contents Table of Contents
Previous Page  941 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 941 / 2894 Next Page
Page Background

establecido ninguna correlación entre la gravedad de la enfermedad

cardíaca y la de la enfermedad esquelética. Los estudios de necropsia

han demostrado que la miocardiopatía en la DMD afecta a las

paredes ventriculares izquierdas posterobasal y lateral contigua

como lugares iniciales y primarios de distrofia miocárdica sin afec-

tación de las coronarias pequeñas en estas zonas

33

. Las manifestacio-

nes iniciales típicas del electrocardiograma (ECG) en la DMD y la

DMB son la taquicardia sinusal, las ondas R altas en la derivaciones

precordiales derechas, las ondas Q precordiales izquierdas promi-

nentes, el aumento de la dispersión del QT y las ondas T invertidas

debido a la cicatrización de la porción del ventrículo izquierdo. Al

principio, la ecocardiografía es normal o muestra alteraciones regio-

nales en el movimiento de la pared en las zonas de fibrosis. Con la

propagación de la fibrosis puede verse la disfunción ventricular

izquierda y también son frecuentes las arritmias ventriculares. En las

fases finales de la enfermedad, la disfunción sistólica puede llevar a

una insuficiencia cardíaca y una muerte súbita. Hay una afectación

cardíaca subclínica o clínica en alrededor del 90% de los pacientes

con DMD o DMB, pero sólo es la causa de la muerte en el 20% de

los pacientes con DMD y en el 50% de los pacientes con DMB. Se

recomiendan los inhibidores de la enzima convertidora de la angio-

tensina en las primeras fases de la enfermedad y los betabloqueantes

pueden ser una opción adicional si están indicados

32

.

La insuficiencia pulmonar es una causa importante de mor-

bilidad y mortalidad en la DMD

34

. Lo habitual es que sea afectada

primero la función de los músculos espiratorios debido al inicio

temprano de la debilidad muscular abdominal. Por el contrario, la

función muscular inspiratoria está relativamente conservada en la

primera década, lo que implica el respeto del diafragma

35

. La capa-

cidad vital (CV) aumenta en la primera década debido al crecimiento

corporal general, se estabiliza al principio de la adolescencia y

después declina de forma llamativa a medida que progresa la debi-

lidad diafragmática

35

. Otros volúmenes pulmonares medidos como

el volumen de reserva inspiratorio y la capacidad pulmonar total

(CPT) siguen el mismo patrón. Una pérdida desproporcionada de la

CV y la CPT respecto a la disfunción de los músculos respiratorios

se debe en parte a factores adicionales, como la alteración de la

mecánica de la pared torácica y del pulmón, modificaciones en la

distribución del surfactante, microatelectasias y fibrosis local secun-

daria a neumonía recurrente

35

. La escoliosis deteriora más la función

pulmonar. De media, por cada 10 grados de curvatura torácica de

escoliosis, la capacidad vital forzada (CVF) disminuye un 4%

30

. En

el 90% de los pacientes se produce una curvatura mayor de 20 grados

3 a 4 años después de estar confinados a una silla de ruedas. La

insuficiencia respiratoria sobreviene inevitablemente en la segunda

década de la vida y es la causa más frecuente de muerte

36

.

D

iagnóstico

y

diagnóstico

diferencial

.

 La elevación

crónica de la concentración sérica de CPK es una indicación ge­

neral de enfermedad muscular. Tres pruebas séricas que muestren

un aumento de la concentración de la CPK obtenidas con 1 mes de

separación son diagnósticas de distrofia muscular. La CPK repre-

senta una fuga de enzimas de las células musculares y no se correla-

ciona con la gravedad de la enfermedad. La CPK podría alcanzar 50

a 300 veces el valor normal en las primeras fases de la enfermedad.

La concentración tiende a reducirse con la pérdida de masa muscu-

lar. La elevación de la fracciónMB de la creatina-cinasa (CK) excluye

su uso como marcador de lesión cardíaca

29

. El EMG puede servir de

ayuda para el diagnóstico; pero puede ser muy difícil de realizar en

los niños. La biopsia muscular, seguida de inmunotinción o

Western

blot

en busca de la distrofina, se recomienda como prueba diagnós-

tica. También es útil la reacción en cadena de la polimerasa para

detectar más del 98% de las eliminaciones existentes

26

. Los resultados

suelen estar disponibles en menos de 24 horas, lo que puede hacer

obsoleta la biopsia muscular, la antigua «prueba de referencia».

C

onsideraciones

anestésicas

.

 Los pacientes con DMD y

DMB pueden necesitar anestesia para la biopsia muscular, la correc-

ción de la escoliosis, la liberación de contracturas y la laparotomía

exploradora por un íleo

29

, así como para procedimientos dentales

37

y

obstétricos

38

.A medida que progresa la evolución natural de la enfer-

medad, el riesgo de la intervención aumenta concomitante con el

aumento de los trastornos asociados a la última fase de la enfermedad.

Sin embargo, las complicaciones perioperatorias no son proporciona-

les a la gravedad de la enfermedad. Ocurren incluso en pacientes con

una afectación leve. En consecuencia, los pacientes deben someterse

a una consulta preoperatoria y una evaluación cuidadosas.

El 50-70% de los pacientes con distrofia muscular muestra

algún tipo de anomalía cardíaca, aunque sólo tiene relevancia

clínica en el 10%

29

. La evaluación cardiológica preoperatoria con

un ECG y una ecocardiografía es esencial. Es necesaria una moni-

torización cardíaca continua con Holter si se captura alguna arrit-

mia en el ECG o el paciente describe síntomas que puedan

relacionarse con arritmias cardíacas. La ecocardiografía mostrará

un prolapso de la válvula mitral en el 10 al 25% de los pacientes.

También puede mostrar una hipocinesia posterobasilar en un ven-

trículo de paredes finas y una fase de relajación lenta con una

Trastornos neuromusculares e hipertermia maligna

941

27

Sección

III

Control de la anestesia

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

Figura 27-2

 Distribución de la debilidad muscular predominante en diferentes

tipos de distrofias:

A,

tipo Duchenne y tipo Becker;

B,

Emery-Dreifuss;

C,

de

cinturas;

D,

facioescapulohumeral;

E,

distal, y

F,

oculofaríngea.

(Reproducida

de Emery AE: The muscular dystrophies.

BMJ

317:991-995, 1998.)